¡Emprendedor Trome!, el plan de marketing es una gran herramienta a disposición de las pequeñas empresas para mejorar su orientación al mercado y trabajar hacia la creación y aportación de valor para el cliente, ya que le otorga a la empresa la suficiente capacidad para detectar y sacar el máximo partido a las oportunidades del mercado.
Además, ayuda a establecer y cumplir los objetivos de forma eficiente, reduciendo riesgos y optimizando los recursos disponibles. Por eso emprendedor Trome, es indispensable que elabores un plan de marketing antes de lanzarte a la piscina. ¿Cómo se hace eso? Tranquilo Trome, aquí te lo explicamos clarito.
1. Análisis de la situación. ¿Dónde estamos?
En esta primera fase debes sentarte a reflexionar sobre el mercado, empezando por preguntarte de dónde parte tu emprendimiento, en función de las oportunidades y amenazas que te rodean. Esta reflexión incluye dos grandes áreas de análisis:
Análisis externo: las oportunidades y amenazas en el rubro en el que te vasa a desempeñar.
Análisis interno: determinar cuáles son tus fortalezas y debilidades en el contexto analizado.
Este análisis se conoce como FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades, Amenazas). Y lo aplican también las grandes empresas como parte de su ejercicio continuo de mejora.
2. Establecimiento de objetivos. ¿Dónde vamos?
Una vez que has realizado el análisis de la situación, debes plantear los objetivos que quieres alcanzar. No importa qué tan ambiciosos sean estos, lo importante en esta etapa es determinar prioridades. Según esta reflexión, habrá metas más alcanzables que otras. Lo importante es que sean viables y que respondan a los recursos internos que posees.
Si posees capital para producir 100 platos de menú una meta poco probable de cumplir será obtener ganancias por vender 200 platos de menú. Las metas deben ser medibles, cuantificables pero sobre todo motivadoras, porque plantear metas imposibles pueden hacerte caer en el desánimo.
3. Estrategia de marketing. ¿Cómo llegar?
En esta fase establecemos la estrategia a seguir para alcanzar los objetivos propuestos, pero teniendo en cuenta que un mismo objetivo se puede conseguir con estrategias distintas, y también que la misma estrategia no siempre proporciona el mismo resultado.
En esta etapa debemos elaborar un plan de acción en el que se detallen tácticas concretas a seguir para ejecutar la estrategia, lo que implica saber combinar adecuadamente los instrumentos de marketing. En el pasado, estos elementos se conocían como las 4P (Producto, Precio, Distribución y Comunicación), pero hoy se les llama las 4C:
Cliente: En el pasado, el marketing se hacía en función al Producto. Eso cambió para siempre. Hoy, el cliente es el centro de las decisiones que debemos tomar. No podemos fabricar un producto sin saber cuáles son las necesidades del consumidor.
Costo: El cliente no solo busca un buen precio, sino que también evalúa el tiempo y el desgaste que le tomará adquirir un producto. Más importante que establecer el Precio del producto en el mercado es definir costos que nos permitan llegar al consumidor de forma eficiente.
Conveniencia: Se debe tomar en consideración como llegará mejor el producto o servicio al cliente. Es mucho más estimulante para la venta de un producto o servicio, conocer dónde le gustaría al cliente adquirirlo, que distribuirlo venderlo en cualquier lugar donde se encuentre.
Comunicación: Más que promover las ventajas y beneficios de un producto o servicio se deben comunicar los beneficios de nuestra oferta en el lugar correcto, de tal manera, que no interrumpa la actividad del público al que nos vamos a dirigir. Puedes aprovechar el uso de redes sociales para obtener datos del mercado escritos por el público al que te diriges.
No lo olvides Trome, planificar es decidir hoy lo que vamos a lograr en el futuro.
MÁS DE EMPRENDE TROME