Los mejores casos de éxito en nuestro país nacieron de la necesidad. Esa es la experiencia de don Julio Surco, un cusqueño que desde los 9 años trabajó para ayudar a su familia. Emigró a la capital en los años 70, sirvió a la patria en la Marina de Guerra y luego trabajó en una empresa americana donde aprendió todo sobre artefactos. El terrorismo hizo que muchas fábricas cerraran y decidió vender fierros, con ese capital abrió una pequeña tienda en Paruro. Así comenzó su historia de éxito...
Señor Julio, usted dejó su querido Cusco para venir a Lima, ¿qué le impresionó en ese entonces?
Hablamos del año 70, Lima era más ordenada, había trabajo. Lo primero que hice fue servir a mi patria, estuve en la Marina de Guerra.
¿Cuál fue el primer trabajo que hizo?
Estuve en una compañía americana que hacía licuadoras Oster, muy famosa, exportaba a países de Latinoamérica.
¿Es verdad que se dedicó un tiempo a vender fierros?
Sí, cuando apareció el terrorismo muchas empresas se fueron del país y no había trabajo, y la necesidad me obligó a buscar un ingreso, tuve que vender fierros en ‘La Parada’ y con un capital de 80 soles inauguré un tiendita en Paruro, fui el primer poblador de esa zona, compraba artefactos de segunda, los reparaba y vendía.
¿Y cómo es que aprendió a hacer hornos?
Gracias a Federico A. Harman, un judío alemán que tenía una empresa. Me invitó para trabajar con él, fui uno de sus técnicos que diseñaba sus equipos, cuando él fallece decidí empezar algo mío.
¿Cómo fueron los inicios?
Empecé en mi chocita en Santa Anita, como todo provinciano, tuve un terrenito que lo conseguí por una cooperativa, cuando me hice de clientes, me fui a Villa El Salvador donde puse mi taller.
¿Qué características debe tener un emprendedor para iniciar su negocio?
Todos los días hay algo nuevo para hacer, pero debo saber qué producto quiero elaborar y tener muchas ganas para hacerlo.
¿Qué tan importante es la innovación y la capacitación?
Una empresa que no innova o mejora un producto se va a quedar, el mercado cambia constantemente. Deben adecuarse al sistema que siempre está en movimiento, por eso viajamos a diferentes países para ver y conocer lo último.
¿A qué países ha viajado para conocer sobre esta industria?
Alemania, Italia, Estados Unidos, China, Japón y casi toda América Latina.
¿Qué productos tienen más demanda?
Las freidoras automáticas. No tienen nada que envidiar a los americanos, vendemos a todo el Perú y al extranjero.
Su ‘caballito de batalla’ con el que se hace muy conocido es su horno ecológico…
Sí, este horno no bota humo y no solo lo tienen los supermercados, sino también lo hemos exportado a Estados Unidos, Bolivia y Dubái.
¿Es difícil hacer empresa en el país?
Es un sacrificio, nos piden muchos requisitos en la parte tributaria y al Congreso no le interesa la industria nacional, prefiere que todo se traiga de afuera, cuando la empresa tiene que crear su propio producto para que haya sostenibilidad económica.
Hay mucha competencia en su rubro, ¿qué ofrece a sus clientes?
Servicio técnico permanente. Un producto que creamos tiene que pasar una prueba de más de un año para soltarlo al mercado.
¿Qué proyectos se vienen?
Estamos creando un horno inteligente, que usan los chefs de alta cocina, igual como tienen los alemanes y los italianos.
¿A quién dejará todo este legado?
A mis hijos.
La economía está estática, ¿qué estrategia han empleado para mantenerse en el mercado?
Eso ha pasado en todos los gobiernos y nosotros lo aprovechamos en invertir más en el proceso de innovación.
¿Qué le dicen los clientes de sus productos?
Tengo buenos comentarios de los equipos aquí y fuera del país, son reconocidos en el mercado.
¿Con cuántas personas trabaja?
Tenemos alta tecnología con las que se hacen los equipos, por eso contamos con poca gente, unas 20 personas.
¿Qué consejos le da a sus trabajadores?
Siempre les digo que aprendan, porque seguro serán mis competidores, como ya hay varios.
Me comentó que un extrabajador vio su horno en Dubái...
Sí, él trabaja en Italia, y me llamó para decirme que había ido a Dubái, y que en un lugar donde hacían pollos estaba el horno que habíamos hecho juntos, y eso le contó a su actual jefe: ese horno es de ‘Industrias Surco’ donde trabajé.
TIPS
1.- La necesidad siempre te va a impulsar a crear.
2.- Si tienes un sueño, ve por él.
3.- Sé perseverante, porque solo así conseguirás lo que tanto deseas.
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