Desde muy joven, Ronald Abad trabajó en el campo para ayudar a sus padres en Cajamarca, y lo poco que ganaba le alcanzaba apenas para sobrevivir. Al cumplir los 21 años se vino a la capital en busca de un futuro mejor. Fue ayudante de cocina en una cevichería y, cuando nació su primera hija, lo que ganaba no le alcanzaba, es así que se arriesgó en poner su propia carretilla en una transitada avenida de La Victoria.
Su aparición en el programa ‘Ceviche con sentimiento’ lo hizo conocido y de pronto se llenó de clientela, y luego de ganar el concurso, el éxito de Ronald subió como la espuma y hoy cuenta con cuatro barras y se proyecta en abrir más en otros puntos de Lima y provincias.
¿Qué fue lo primero que hiciste al llegar a la capital?
Lo primero que hice fue buscar trabajo, entré como ayudante en una cevichería, estuve ahí cuatro años, y aprendí a hacer este plato.
¿Cómo nace la idea de independizarte?
Cuando tuve a mi primera hijita me di cuenta que lo que ganaba no me alcanzaba para mantener a mi familia, y decidí emprender mi pequeño negocio.
¿Cómo empezaste?
Compré mi carretilla y me puse a preparar mi ceviche en una esquina de las calles García Naranjo con José Gálvez, en La Victoria.
¿Tuviste temor?
Claro que sí, la calle es muy difícil, los serenos nos botaban o se llevaban las cosas, varias veces quería dejarlo ahí, pero pensaba en mi hija y seguí adelante. Estuve trabajando como ambulante por dos años y medio.
¿Con cuánta inversión te iniciaste?
Unos 500 soles para comprar los insumos y la carretilla me costó 1500 soles.
¿Qué dificultades tuviste al iniciar este negocio?
Hacer clientes, a veces me decían que me había pasado de sal en el ceviche, quería darles lo mejor, no quería que el negocio se vaya por los suelos.
¿De dónde traes tus insumos?
Los limones son de Piura, el pescado lo compro en el mercado de La Victoria.
¿Recuerdas cuánto ganabas en tu carretilla?
Algo de 200 a 250 soles diarios.
¿Es verdad que tus ventas aumentaron cuando te hiciste conocido en el programa de ‘Ceviche con Sentimiento’ donde estaba Gastón Acurio?
Sí, de vender 75 platos diarios llegué a colocar 180, y la gente se avisaba y estaba como un panal de abeja en mi carretilla (risas).
¿Cómo es que te animas a participar en este concurso?
Llegaron los chefs de Gastón, ellos furon tres veces y me dijeron que fui seleccionado para participar en el programa, porque mi ceviche es bueno, pero yo no les creía, pensaba que eran estafadores y que me pedirían dinero, pero a las finales me hicieron firmar un documento y participé.
¿En qué te benefició haber estado en el programa?
El apoyo que me dieron fue importante, al ganador se le dio una barra implementada para que ponga sus productos y venda, además de asesorías por seis meses.
¿Te consideras exitoso?
Sí, lo soy, porque como buen emprendedor quiero seguir abriendo más barras en diferentes puntos de la capital.
¿Por qué una barra y no un restaurante?
Este es el nuevo estilo de negocio, el comensal entra y rota rápido el producto, máximo está de 10 a 12 minutos, en cambio en un restaurante pueden quedarse a ver la televisión, pedirse una cerveza y a hacer hora.
¿Cuántas barras tienes hasta el momento?
Esta es la cuarta barra, la última es en sociedad con unos amigos con los que he pensado abrir de unas 15 a 20 barras en un proyecto de cinco años en diferentes distritos y en provincias.
¿En qué se diferencia tu ceviche de los demás?
Nosotros le ponemos corazón a lo que hacemos, y lo que más felicidad me da es que el cliente llega y me dice: ¡Ronald, tu ceviche es buenazo!
Ahora que se viene el verano, el que menos quiere ir a una cevichería, ¿qué has pensado ofrecer a tus clientes?
Incrementar en las barras la leche de tigre y contratar más personal, porque nos faltan manos en esta época del año.
¿Cómo es el control de calidad?
Yo mismo voy al pesquero para ver mis insumos, además mantenemos la cadena de frío, que es muy importante para estos productos.
¿Cuánta gente trabaja contigo?
Cerca de 30 personas.
¿Cuál es el secreto para que un ceviche sea bueno?
El pescado debe ser fresco y el limón bien jugoso.
¿Qué fue lo que te dijo Gastón Acurio cuando probó por primera vez tu ceviche?
Ronald, tu ceviche está buenazo y me abrazó fuerte.
¿Los precios son cómodos?
Mis platos están entre 20 a 25 soles, además los servimos bien ‘taipá’.
¿Estudiaste algo para manejar mejor tu barra?
No, pero ya he decidido seguir estudios para administrar mi negocio.
Ronald, ¿en qué sueñas?
Quiero ahorrar para poder ofrecerles una buena educación a mis hijas y darle lo que yo no he tenido.
¿Qué consejos les darías a las personas que quieren abrir un local como el tuyo?
Proyectarse bien y saber qué quieren hacer, preocúpense en atender bien a sus clientes, darles productos de calidad, porque dependemos de ellos, y nos recomendarán si somos buenos. Ya el dinero vendrá solo.
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