¡Emprende Trome! Efraín Aguilar no destaca precisamente por aparecer en revistas de negocios. No obstante, posee suficiente conocimiento sobre gestión de personas que podría escribir un libro con decenas de lecciones para empresarios. Después de años de liderar las series más exitosas en términos de rating, Efraín Aguilar ha logrado lo que ninguna producción ha podido hacer en la historia de la televisión peruana: poner al aire el capítulo de una serie con más de 20 personajes que se grabó el mismo día. “Eso es 100% productividad”, dice Aguilar con orgullo. Pocas personas saben qué es empezar desde abajo como él, que ha trabajado como electricista, cargando arena, vendiendo carbón, verduras, avisos luminosos y autos. Profesor de primaria de carrera, posee un liderazgo es indiscutible entre el equipo de actores y técnicos que dirige.
10 claves para gestionar personas, según Efraín Aguilar:
1) Capacidad de dirigir. El líder deber tener la seguridad de lo que dice y lo que hace. Tiene capacidad de decisión y don de mando, que debe dominarlo para no caer en el abuso de poder. Hay que encontrar la media perfecta para ser tolerante con la mediocridad y aceptar a los que nos superan en habilidades. Al líder le tocará trabajar con gente de mayor experiencia y talento, pero deberá sentirse en la capacidad de demostrar su liderazgo en todo momento, influyendo dentro de todo el equipo por igual. Eso se llama pedagogía del liderazgo.
2) Capacidad de delegar. Muchos dudan de enseñarle todo a los subalternos, porque temen que cuando sepa todo nos va a serruchar. Démosle la vuelta: preparo a gente para que, cuando nos vayamos de la organización, y nos reemplacen, la empresa crezca incluso más que con nosotros. Esta capacidad de delegar muy poca gente la tiene y hay que aprender a usarla. La experiencia te enseña a saber cuándo y quién está preparado para tomar la posta.
3) Trato horizontal. Uno no es líder todo el tiempo. Uno sociabiliza y se comunica. Con los actores soy horizontal. Dialogo con ellos, me entero de sus problemas y les doy consejos. A veces la palabra es una soga salvadora para los jóvenes. Pero entienden que hay momentos para ser el padre, el hermano, el amigo y otros para ser el líder. Se debe crear un clima laboral agradable. Todos los meses nos reunimos y hacemos una autocrítica para saber qué hemos hecho bien y qué mal. Ser líder no debe significar que somos inmunes a las evaluaciones.
4) Poder de selección. He tenido la suerte dirigir proyectos que han durado muchos años en el aire. ¿Cómo lo hice?: capacidad de selección. Elegí hace más de una década a Gigio Aranda como libretista. Cuando comenzamos a trabajar le dije: “tú mismo eres”. Dejé que escribiera, sin ser su cancerbero, y se fue soltando. Eso se debe hacer cuando encuentras a personas con talento: darles confianza y seguridad. Gigio explotó toda su creatividad y se rodeó de un grupo de libretistas tan buenos como él. Por eso tenemos sorpresas que llegan a los 50 puntos de rating. El verdadero talento no va de la mano de un liderazgo basado en el miedo.
5) Orden y productividad. Al fondo hay sitio es un programa con 100% de productividad. Hacemos un programa al día: se hace la preproducción, producción, edición y el capítulo hecho se emite por la noche o al día siguiente. Eso le conviene a la empresa porque hace el máximo ahorro y eso se traduce en rentabilidad, que va en beneficio de todos. Eso se logra porque cada integrante del equipo sabe sus metas y porque hubo un líder que supo trasmitir las responsabilidades a cada uno.
6) Adaptarse al cambio. Estábamos acostumbrados a tener horarios escalonados de ingreso. A las seis de la mañana entraba montaje, a las siete iluminación, a las nueve los utileros y fotografía, y el actor, que estaba citado a las 8, grababa a las 11 y perdíamos tiempo. Un día cité a todos y les pregunté ¿Quiénes pueden entrar a las 7:00 am? Los que no querían hacerlo se fueron y me quedé con los que asumieron el reto. Hoy, gracias a es esquema de trabajo, el grupo tiene un horario de trabajo establecido y más vida familiar. Eso nos ha dado efectividad.
7) Un líder sabe escuchar. El líder oye todo el tiempo pero lo que nunca debe oír son los problemas vinculados a celos o peleas internas. Todo lo que sea para mejorar la productividad, bienvenido, incluso los permisos. Pero rencillas con otros empleados, a Recursos Humanos. Nunca hay que dejar de escuchar, salvo cuando ya se tomó una decisión. Las decisiones son verticales, salvo una metida de pata. Si decidiste botar a una persona, y los argumentos te respaldan, no retrocedas. Pero eso sí, se lo comunicas cara a cara, con respeto.
8) Desaparecer los ‘divismos’. No debe existir alguien del que todo el mundo dependa. Estamos acostumbrados a tener una figura central y que todo gire alrededor de ella. Eso genera divismos, incluso entre los líderes. En una serie o novela esto hace que el actor o la actriz se crean el dueño de la pelota. La idea es crear protagonismos evolutivos y cíclicos. Así, cada uno valorará su momento, lo aprovechará, y sabrán que nadie es imprescindible. Eso hace que los divismos desaparezcan. En ese contexto, el equipo debe estar por delante del líder.
9) Mucho respeto. Existen las jerarquías, pero eso no significa que vas a maltratar a la gente. Por ejemplo, a la vestuarista de la serie le digo: “usted no recoge nada que los actores hayan dejado en el piso. Me dice el nombre de la persona que dejó eso ahí y yo lo busco. Cuando lo encuentro le digo: “¿Tú dejaste eso en el piso? Pues lo recoges y lo devuelves. Ella no es tu sirvienta. A ti te lo dieron en la mano, lo devuelves en la mano”. Eso ha creado que todos los actores dejen las cosas en su lugar, por lo tanto, hay orden y respeto entre todos.
10) El que miente pierde. No se le debe mentir al equipo, ni en las peores circunstancias. Se comparten las lecciones del fracaso, de la crítica, pero de la mentira no se saca nada bueno. Solo te desacredita y pone en duda tu capacidad de liderazgo.