
El chef José Del Castillo es conocido en el mundo gastronómico por transportar al comensal al baúl de los recuerdos cada vez, que prueba su comida criolla. Sus marcas, La Red, Isolina y La Reyes están cautivando a grandes personalidades internacionales y turistas. Hoy busca la internacionalización, y su primera parada es el nuevo aeropuerto Jorge Chávez con su propuesta de Las Reyes.
José, ya estás en el nuevo Jorge Chávez con Las Reyes, donde los turistas probarán tu comida, ¿qué te gustaría que digan?
La idea de este espacio en el aeropuerto es justamente para aquel que no tuvo la oportunidad de probar comida criolla en Lima y que se vaya con ese saborcito de casa, en formato de aeropuerto.
PLATOS PARA TURISTAS EN EL AEROPUERTO JORGE CHÁVEZ
¿Qué es lo primero que le ofrecerías a un extranjero que nunca ha probado un plato peruano?
Definitivamente, el cebiche, creo que es el plato que nos identifica, pues cualquier turista relaciona al mar y al ceviche con el Perú. Es un plato ligero si sales de Lima, y sería lo más adecuado comerlo previo a un vuelo.

En una entrevista me comentaste que la cocina peruana ya está posicionada en el mundo, ¿cuál dirías que es el valor más grande que tenemos y debemos cuidar?
El valor más grande, es que el mundo ya la conoce, la diversidad de productos y recetas que tenemos. Por otro lado, el balance positivo que escuchas en otro país cuando hablan de la cocina peruana. La responsabilidad es, ahora, cuidarla, seguir incentivando a que la conozcan y vigilando que la cocina afuera sea honesta y generosa como se hace en el Perú.
Has crecido con mucho sacrificio y tienes varias marcas. Si un joven cocinero te pide un consejo, ¿qué le dirías?
Antes de lanzarte a tener tu propio emprendimiento, hay que trabajar en otras cocinas unos años para ganar experiencia, aprender el manejo empresarial, manejo de costos y otras luces que muchas veces no te da la escuela. Después de haber conocido el mundo real, ver si eres consciente del camino que no es nada fácil, hay mucho sacrificio.
¿Cómo es ser un papá cocinero?
La cocina es un lugar donde se demuestra mucho a través de un plato. Tengo una hija de 22 años que me gusta mimarla y sorprenderla con recetas sencillas. Es una linda herramienta que Dios nos dio para prepararle algo especial a un ser tan querido como nuestros hijos.
Si un joven abre un restaurante y cierra en dos meses, ¿qué error cometió?
Emprender no solo es sacrificado, hay que tener paciencia, trabajo duro para que la clientela conozca la propuesta y que venga el boca a boca. Esa primera impresión es importante. No eres monedita de oro para abrir algo y que esté lleno. Hay trabajo duro y largo.
LA CARTA DE LAS REYES EN EL AEROPUERTO
¿Cuáles son los platos emblemáticos de Las Reyes en el aeropuerto?
Fue un gran reto armar la carta nos enfrentamos a condiciones distintas, son dos espacios que 24/7. Ofrecemos desayunos como el pan con chicharrón, butifarras, ceviche, tiradito, saltados, chaufa, huancaína, sopas, ají de gallina, seco con frejoles, tallarines rojos con asado.
¿Por qué estar en el aeropuerto?
Nos buscaron y la propuesta fue interesante. Es una oportunidad irrechazable.

Me comentas en algún momento que no querías llevar tu marca al extranjero, ¿has cambiando de opinión?
Es una nueva experiencia y es una gran vitrina con la intención de que alguien te vea y se interese por el trabajo que tenemos. Si les gusta el concepto poder replicarlo en otra parte del mundo.
¿Qué se viene para Las Reyes?
Estamos en busca de más locales, sitios que con flujo de gente que camina, seguimos en eso. La internacionalización de Las Reyes o Isolina, estamos buscando el posicionamiento del estilo de cocina que hacemos.
Un cocinero me comentó que hoy en día, una comida rica no lo es todo, se necesita más. ¿qué se tiene que hacer para atraer al comensal?
Ya no solo con cocinar rico basta, hay que tener claro el concepto y ser coherente, sin tantas pretensiones. Se tiene que contar una historia inventada o real que atraiga a la persona. La cocina tiene que ser sabrosa, el tamaño del plato, el precio, el espacio debe envolver al comensal para que disfrute.