El avión tocó tierra, pero Roger Federer sigue en el aire. El sueño de ganar el Abierto de Australia continúa, ya que tuvo el mejor recibimiento al arribar a su país.
El padre y la madre de Roger Federer, Robert y Lynette, así como cientos de fanáticos estallaron en gritos y aplausos cuando el ‘Expreso’, su esposa y cuatro hijos aparecieron por la terminal.
Roger Federer no aguantó la emoción, derramó algunas lágrimas mientras levantaba hacia el público la Norman Brookes Challenge Cup, trofeo del torneo. La humildad que siempre lo caracteriza no se perdió y, pese al cansancio del vuelo, accedió a tomarse fotos y firmar autógrafos a los aficionados.
HOMBRE DE PROMESAS
‘Papá no pierdas, no queremos irnos’, le habían dicho sus pequeños a Roger Federer, quien derrotó a Nadal en una épica final y logró su 18° Grand Slam. Cumplido el deseo, ahora ya tiene otra promesa antes de volver a entrenar: llevar a esquiar a sus hijas mayores Myla Rose y Charlene Riva. Luego, irá por otro título.