Mi gente de ‘La fe de Cuto’, lo conseguimos. Por fin, les traemos la tan esperada entrevista a Paolo Guerrero, el ‘Depredador’. El máximo goleador de la selección peruana se confiesa en este humilde programa y nos suelta todo el ‘agüadito’ que a ustedes tanto les gusta en una charla que se concretó en las instalaciones del LDU de Quito, Ecuador.

En esta primera entrega de dos partes, Paolo Guerrero nos cuenta detalles de su infancia en Chorrillos y de cómo pasó de ser un travieso niño que hacía sacar ‘canas verdes’ a su madre Doña Peta a convertirse en una promesa del fútbol que ahora es ídolo y leyenda del balompié peruano.

Finalmente, cuenta cómo lo recibió Claudio Pizarro cuando llegó al Bayern Múnich y cómo fue su pase del fútbol alemán a Brasil donde lució su talento por equipos como Corinthians, Flamengo, Inter y Avaí. Arrancamos, mi gente, no se olviden que la fe es lo más lñindo de la vida.

Mira también:

¿Qué recuerdas de tu infancia?

Tengo muchos capítulos de mi infancia, muchas experiencias, muchas amistades, he vivido por todo Chorrillos. He jugado por todas partes de Chorrillos, sobre todo en la calle, en las pistas, donde se jugaba antes, que hoy en día no se ve... Me demoraría horas en contar mi infancia, pero muy lindo porque es lo que hoy por hoy los chicos no tienen, la calle se ha vuelvo medio peligrosa, los chicos si juegan, juegan en un complejo, antes se jugaba con piedras de arco y hasta sin zapatos...

Hasta sin zapatos...

Hay tantas cosas que hoy por hoy ya no existen y que, antes, gracias a Dios tuve la oportunidad de tener esa vivencia. Quedan lindos recuerdos porque la calle te da muchas experiencias, te da la mayor parte de vivencias vivida y creo que eso es importante para todo ser humano. Yo soy un afortunado de haber vivido todas esas etapas, vengo de una familia humilde, gracias a Dios mis papás trabajaron, se rompieron el lomo para que no me falte nada, pero éramos humildes. Paraba yo con mis primos, tenía amigos del barrio, alguna travesura...

Paolo Guerrero: El ídolo del Perú y el niño de mamá (Goal.com)
Paolo Guerrero: El ídolo del Perú y el niño de mamá (Goal.com)

¿Una travesura de tu infancia?

No, mejor no contarlo (Risas), son recuerdos que uno los guarda y después dice: ‘lo que me tocó vivir después con mi mamá cuando me agarró’ (hace gestos de golpes) y de ahí mi mamá me quería llevar donde mi papá por las malcriadeces...

¿No te aguantaba?

Yo le tenía respeto y miedo a mi papá. Mi papá nunca me pegó gracias a Dios, mi mamá sí. Mi papá nunca, siempre me habló firme y claro, y me decía todas las cosas que me dolían en el fondo... habían malacrianzas que yo hacía... una chiquita...

Ya, dale...

Un día le robé un sol a mi mamá para alquilar bicicleta, a mí me encantaba la bicicleta y yo no tenía bicicleta. Mi mamá tenía en su cartera bastante sencillo y no sé cómo se dio cuenta de un sol que no estaba en su cartera. Cuando regresé a la casa me preguntó dónde había estado, le dije que estaba con mis amigos caminando y me dijo ‘no, me has robado un sol para ir a montar en bici’... lo que me cayó y de ahí nunca más le toqué la cartera... así hay 500 miles que mejor no te cuento, mejor que te cuente ella.

Voy a entrevistarla...

Yo prefiero que ella te cuente todas las travesuras que he hecho, he hecho bastantes, yo era terrible de chiquito, en mi barrio me decían ‘Damián’.

Eras un potencial... y no parece...

Era respondón y a veces los señores o un tío mío me querían pegar y yo les decía ‘tú eres mi papá ni mi mamá para pegarme’... tenía un tío que me agarraba a cocachos... pero bueno, lindas épocas, son experiencias y uno aprende ahí, aprende a respetar a los mayores, a no hacer cosas... yo me trepaba a los techos porque la pelota se caía, rompíamos los vidrios y mis amigos siempre decían que había sido yo porque era el más chiquito, decían ‘él fue...’ ¿Quién cobraba? yo porque las quejas iban hasta mi mamá, ahí me caía... me siento feliz de haber vivido todas las experiencias de mi infancia y me siento feliz por haberlas vivido.

Paolo Guerrero de niño luce muy similar a su primogénito. (Archivos El Comercio)
Paolo Guerrero de niño luce muy similar a su primogénito. (Archivos El Comercio)

¿La calle te ayudó a ser lo que eres ahora?

Te ayuda... En Chorrillos era bravo... gracias a Dios nunca me caí de los techos, he estado a punto de caerme, pero no. Me agarraba y ya no me caía.

¿Dos amigos con los que parabas, que se te vengan a la mente?

Mis primos, mi primo Christian y mi primo Martín. También tengo a Pancho, Pirincho, pero paraba más con Martín, con Christian solo en una época porque era cinco años mayor que yo a después de cierta edad él ya comenzó con otras cosas que yo todavía no, ahí pasé a otro primo que era más contemporáneo conmigo, cuatro años mayor, yo siempre paré con gente grande, jugar con gente grande, siempre me gustó. Creo que me fue bien porque después yo era parte de, me sentía parte de, no le tenía tenía miedo. Cuando fui a Alianza había categoría 79, 80, 81, yo era 84, simplemente lo único que no hicimos fu decir mis datos porque si no iban a saber que no pertenecía a esa categoría. Solo cuando ya me fueron a inscribir para jugar al campeonato, se dieron cuenta que era 84 y yo era titular... me inscribieron por mis cualidades, pero no me permitieron ir de titular. Luego entré en un partido, hice gol y de ahí ya me quedé de titular.

Paolo Guerrero en ‘La Fe de Cuto’: 'Depredador' nos cuenta detalles de su infancia y su paso por Europa
Paolo Guerrero en ‘La Fe de Cuto’: 'Depredador' nos cuenta detalles de su infancia y su paso por Europa

¿Cuáles fueron las chapas de tu infancia?

Yo era ‘chupadedo’ de chiquito, todos en el barrio me decían ‘chupadedo’ y de ahí, como me gustaba treparme al techo, responder, los viejos del barrio, que paraban en la esquina, los viejos chismosos, me pusieron ‘Damián’. Yo era respondón y cuando a mi mamá le decían que yo respondía, ahí cobraba (le pegaba). Eran los viejos chismosos, decían que yo hacía todas las travesuras en el barrio. Todo era ‘Damián’.

¿Qué tal alumno eras en el colegio?

Mas o menos. Primero estudié en el Eguren de Barranco... toda mi vida ha sido la pelota y al no haber pelota, jugábamos con lata. Y yo tenía la costumbre de pegarle a mis compañeros cuando no ganábamos o no metía el gol, es que no no me gusta perder. Llegaba esa impotencia que perdía el partido y abrazaba a mis compañeros y les quería pegar, no me gusta perder. Repetí el año porque me peleaba con mis compañeros o con los de más edad, a veces tu pateabas la lata de otro y ahí se armaba, no podías quedarte callado, colegio estatal, tú sabes cómo es, la gente de barrio... repetí tercero, mi mamá tuvo que cambiarme de colegio ya particular, ya mejorcito, que se llama Rázuri, en Barranco también, ahí estudié año y medio o dos años.

Paolo Guerrero: El chico que, desde el colegio, sabía que quería ser futbolista. (AugustoRey/Twitter)
Paolo Guerrero: El chico que, desde el colegio, sabía que quería ser futbolista. (AugustoRey/Twitter)

Y después...

Luego ya conocimos a Constantino Carvallo, llegó ese ángel para llevarnos a todos a Los Reyes Rojos y darnos una educación ya mejor, con todas las de la ley, porque aparte de darnos educación, colegio, el señor nos llevaba a patinar, a Larcomar, cosas que nunca habíamos vivido, a socializar, ya te codeas con otro tipo de gente, ahí nos dimos cuenta de la vida y decíamos ‘yo quiero llegar para poder darle a mis hijos, a mis padres, esas oportunidades’.

¿Ahí ya comenzaste a tener hambre?

Desde chiquito uno tiene hambre, el fútbol es tu pasión desde chiquito, jugar al fútbol es vida. Uno entra a la cancha y uno se convierte, son muchas cosas, dejas todos los problemas de lado por meterte en el verde, en la pelota. Es algo fuerte, es algo que uno nunca quiere dejar. Imagino que usted, tío, que cuando dejó el fútbol debió de haber sido duro también. Yo día a día pienso y digo ‘no lo quiero dejar, es mi pasión, mi vida’. Y por eso me cuido, me privo de muchas cosas, porque el fútbol es mi vida. Ya pasé por épocas que he tenido que dejar de jugar por el castigo del dopping o lesiones, esta última lesión que me dejó mucho tiempo inhabilitado o jugando con una pierna, prácticamente, y fue horrible. Yo no me divertía, jugaba con una pierna, la otra pierna la tenía hinchada, no me dejaba correr, girar, amagar, no me dejaba patear, nada. Fue durísimo, gracias a Dios ahora vuelvo a estar bien, vuelvo a disfrutar del fútbol.

Y la gente te disfruta en LDU... me imagino que eres la motivación para tus compañeros más jóvenes...

Es lindo estar acá (Ecuador), compartir, conocer nuevos países, nuevas culturas, compañeros nuevos, jovencitos que te ven y eres un ejemplo para ellos. Lo importante es dejar una buena imagen

¿En qué momento empiezas a jugar fútbol?

Desde muy chiquito, jugaba en el barrio con los amigos y me acuerdo que mi primo Christian, categoría 79, me dijo para jugar en un campeonato en Barranco. Él jugaba para un equipo que se llamaba Las Águilas, no había mi categoría y yo como era alto pasaba piola. Él me llevó a ese equipo y ahí fui jugando, primero con la categoría de él, luego fueron bajándome y cuando llegaron a mi categoría, 84, ya yo me paseaba.

Te paseabas...

Le decía a mi mamá que me lleve a Alianza a probarme. Ella me decía que espere porque era muy chiquito, que no había mi categoría y yo le decía que había la categoría de mi primo porque yo jugaba con ellos. Fui con mi primo, con Christian, nos fuimos a Alianza y a mi primo le dicen, ‘tú déjame tu teléfono’ y a mí me dicen ‘tú ven al día siguiente’.

Tenías 7 años ahí...

Yo tenía 7 años. Al final me quedé en Alianza y luego Christian González fue jugador del Boys. Él es mi primo, con él fui a Alianza. Me quedé, gracias a Dios no me pidieron ningún documento, mi partida de nacimiento donde decía mi edad.

Eso era lo primero que te pedían...

Antes no te pedían. Antes eran pruebas, ibas al día siguiente y todos los días eran partidos de práctica, recién, cuando ya formen al equipo, que iba participar el primer campeonato del Lolo Fernández, en Fertisa. Ahí ya me piden mi partida de nacimiento y se dan cuenta que yo era 84 y le estaba quitando un lugar a uno de la categoría. Me inscribieron pero me pusieron de suplente.

Pero ya estabas ahí...

Ya estaba ahí pero yo era titular y de ahí que me digan que no por ser menor... Ya mis papás hablaron conmigo y me dijeron ‘Paolo tienes que estar feliz porque estás con el grupo, ya vas a jugar, tú tranquilo’. Ya qué iba hacer.

Caíco y Paolo, la mítica foto. FOTO: Dante Piaggio / GEC
Caíco y Paolo, la mítica foto. FOTO: Dante Piaggio / GEC

Hay una foto cuando tienes dos o tres añitos, con tu tío Caico ¿Qué recuerdos te trae esa foto?

Me hubiese gustado conocer a mi tío de grande, disfrutar de esos momentos de grande, me hubiese gustado tener a mi tío hoy por hoy conmigo. Era como mi segundo papá, tenía una gran amistad con mi papá. Me llevaba para todos lados porque no tuvo hijo hombre, yo era como su hijo hombre. Tuvo tres mujeres por eso me llevaba para todos lados y decía que yo ‘era mi hijo’. Me hubiera encantado tener todas esas experiencias en mi carrera con mi tío al costado.

¿Qué tal alumno era Roberto Guizasola?

Mi compadre era... alumno... no... era terrible, pero alumno, para atrás estaba él en el colegio. A todo el mundo le pedía ayuda. Una vez nos pusieron en una clase a todos, ya te imaginas esa clase. Ya te imaginas esa clase, tío. Hubo un momento en el que yo ya entrenaba por la mañana, porque me promovieron a la sub-20 con 14 o 15 años, entonces a mí me pusieron en la clase de ellos, ‘nivelación’ se llamaba, ya te imaginas esa clase. Nos tocó una profesora viejita todavía, ya te imaginas cómo la paseaban a la profesora, era un paseo...

En serio...

Le explican y explicaban y no entendían, a los negros les comenzaba a salir humo de la cabeza... de ahí se peleaban, ellos no quería estudiar. Cucurucho empezaba con sus historias... se paraba, solamente contaba la historia y acababa la clase. Muy mal, pa’ atrás estaba, en esa clase solo hablaba Cucurucho, Wali ‘Arrocito’, puro inteligente nomás en esa clase... qué abusivos en esa clase.

Jefferson Farfán y Paolo Guerrero juegan juntos desde menores de Alianza Lima
Jefferson Farfán y Paolo Guerrero juegan juntos desde menores de Alianza Lima

¿En qué momento llega Jefferson ahí?

A Jefferson ya lo conocía pero éramos como rivales porque él jugaba en Muni, yo jugaba en Alianza. De ahí hubo un campeonato, no sé si era interescolar o interuniversidades, era universidades y colegios. A Jefferson se lo jaló San Agustín y a mí me jaló la Agraria, ahí jugábamos, pero a Jefferson lo conocía de chiquito, disputábamos campeonatos pero también la Copa del Goleador.

Ayayayy...

también había uno de Cristal, no me acuerdo el nombre, pero también metía goles, siempre entre los tres disputábamos quién salía goleador del campeonato.

¿Y quién salía?

Alianza pues, tío. Alianza siempre salía goleador. Muni se esforzaba pero no le alcanzaba, Cristal también. Yo siempre levanté la Copa, siempre, digan lo que digan los del Cristal, los del Cantolao. Los del Cantolao siempre nos querían pegar, hazle la entrevista a Donny Neyra. Le había hecho gol, de ahí le hago una guacha, termina el primer tiempo y de la nada me pega, se metieron los padres de familia... un loquerío. Era bamba ese jugador, él no era 84.

¿Ustedes hacen un trío, los tres mosqueteros, Guizasola, Jefferson y tú?

Éramos los que llevábamos la batuta ahí en el grupo de Alianza. En esa época vino Jefferson, Jair Céspedes, Carlitos Fernández, Martín Tenemás, que jugaba 84 pero lo mandaron al 85, todos ellos vinieron a Alianza y en la 84 nosotros llevábamos la batuta.

GENERACIÓN 84. Roberto Guizasola rodeado de sus amigos Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, cuando eran juveniles en Alianza Lima. Al lado, Rafael ‘El Cholo’ Castillo, descubridor de menores del club.
GENERACIÓN 84. Roberto Guizasola rodeado de sus amigos Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, cuando eran juveniles en Alianza Lima. Al lado, Rafael ‘El Cholo’ Castillo, descubridor de menores del club.

Sí, pero se subió a la cama y de la nada, yo no sabía que Michael me iba meter un tabazo, me madrugó y de ahí cuando quise reaccionar me agarraron. Me tocó, me blanqueó la cabeza, me transformé pero me agarraron entre todos, dije ‘ya pues, perdí’.

¿Qué le hiciste a Michael Guevara? Quisiste orinarte en su cama, qué te crees perro...

Cucurucho tiene la culpa, me decía ‘compadre, hazlo’. Me blanqueaba y ya pues... se subió a la cama y me metió una patada...

¿Por qué se batían con ‘Mantecoso’?

En esa época estaba de moda la Paisana Jacinta y por eso gritábamos ‘mantecoso’, Cucurucho me jode hasta el día de hoy.

Tony nos contó que se iban caminando de Matute hasta el colegio

Sí, varias veces, ahí comprábamos caramanduca, preferíamos ir caminando a gastar 1 sol cincuenta. Nos íbamos por toda la Arequipa caminando.

Peinando la zona...

Peinando, agarrábamos Abtao, Isabel La Católica, de ahí la Arequipa, cruzábamos, era un loquerío. Caminábamos, nos íbamos con el Cucurucho contando sus historias, qué no hemos pasado de chiquitos...

¿Cómo fue que te convocaron a la selección?

A la sub17, lindas épocas fuimos a Arequipa, jugamos el sudamericano sub17. De ahí vinimos a Ecuador, jugamos un campeonato sub18 aquí, lo ganamos, salimos campeones, muchas historias a nivel selección y siempre Jefferson, Cucurucho y yo ahí, éramos inseparables, es lindo eso, hasta la selección mayor hemos jugado juntos.

Paolo Guerrero y el equipo de Alianza Lima, previo a un partido de menores. (Álbum de Benjamín Navarro)
Paolo Guerrero y el equipo de Alianza Lima, previo a un partido de menores. (Álbum de Benjamín Navarro)

SU ETAPA EN ALIANZA LIMA, BAYERN

¿Qué técnico es el que te promueve a la primera de Alianza?

Franco (Navarro), no sé si tenía 15 o 16 años. Hice la pretemporada, fui a algunos partidos de la Copa Libertadores que no jugué.

¿Qué te acuerdas de la pretemporada?

Era nuevo, eran trabajos ya más fuertes. Lo que te marca es cuando te agarraban a cocachos... Pepe Soto... en el camotito, uno la quiere pisar y te retaban. Yo le decía al tío Pepe: ‘todos crecen ah’. El tío Pepe en esa época era el capitán de Alianza, estaba Jayo también.

¿Ese año mismo te vas a Bayern?

No, me voy al año siguiente, en 2002, me voy a Alemania con 17. Si mal no me equivoco, me acuerdo que Alianza iba jugar un campeonato en España y yo ya tenía fecha para irme a Alemania. Mis papás dijeron que no iba ir, yo no tenía un contrato profesional. Alianza quiso hacerme un contrato profesional pero querían pagarme nada y mis papás dijeron ‘cuando Paolo tenga 18 años, Paolo firmará su contrato profesional’, antes mis papás tenían que firmar. Yo me voy antes, Alianza quería jugar un campeonato en España pero yo no llego, yo fui a Alemania, al campeonato que campeonamos en Alemania, que jugábamos 4 o 5 partidos y a todos los equipos le ganamos.

Tuvieron la dicha de jugar juntos en el Bayern de Múnich desde el 2003 hasta el 2006.
Tuvieron la dicha de jugar juntos en el Bayern de Múnich desde el 2003 hasta el 2006.

¿Tú llegas al Bayern a la filial en 2002? ¿cómo fue?

Me fui solo, fue difícil pero tenía la ayuda de Claudio que por lo menos estaba en el Bayern, por lo menos conversábamos, a veces me invitaba a su casa, iba, almorzaba con él, con su familia, pero me fui netamente solo, yo vivía solo en un hotel.

En un hotel...

Los primeros tres meses fueron durísimos. Llamaba a mi mamá, a mi papá, diciéndoles que quería regresar y ellos me decían ‘tú acá no regresas, tu futuro está allá’. Yo decía ‘en Perú no me quieren, tengo que hacerme la idea que tengo que quedarme aquí’. Mis papás valientes, porque me imagino que ellos también sufrían, para mí era difícil adaptarme a una cultura nueva, nuevas costumbres, un país diferente, el idioma... yo hablaba inglés pero el inglés básico del colegio, entonces eran varias cosas que se sumaban y decía ‘está difícil’. Luego comencé a conocer peruanos, comencé a salir un poco, a hacer amigos latinos porque yo no hablaba alemán y me fui acomodando, se me fue pasando eso de que ‘me quiero regresar’. Es duro, tus padres tienen que tener la cabeza fría para decirte ‘quédate ahí, ese es tu lugar y no tienes absolutamente nada que hacer acá’.

Así es...

Y ya uno tiene que nacer de ti, que tienes que aprender el idioma, creo que para pasarla bien en todos los países a los que vas, tienes que aprender el idioma, si no, no la pasas bien. Fui aprendiendo alemán, por lo menos entendía, no lo hablaba pero lo entendía y contestaba en mi inglés básico, y me fui adaptando mejor, fui haciendo amistades, amigas...

Uy, qué lindo...

y ya pues, vivir solo... al principio tenía que ser responsable de mí porque yo era hijito de mamá, mi mamá plancha, lavaba, cocinaba, me daba mi desayuno. Ahí no, vives solo, ahí tienes que ser responsable por comer, que tu ropa esté limpia. Ahí comencé a planificar, tal día junto la ropa y con mi canasta como El Chavo, en esa época no tenía lavadora, vivía en un hotel. Viví como unos 4 o 5 meses en un hotel y luego pasé a un centro de alto rendimiento, pero era lejos. De ahí tienes que planificarte, tomar desayuno antes, los alemanes son muy estrictos, tienes que llegar a la hora que te dicen, tenía que planificarme mejor. En la lavandería, yo le preguntaba a mi mamá qué se metía primero, si la ropa negra o la blanca, ya me explicaba. Así vas aprendiendo.

Paolo Guerrero en ‘La Fe de Cuto’: 'Depredador' nos cuenta detalles de su infancia y su paso por Europa
Paolo Guerrero en ‘La Fe de Cuto’: 'Depredador' nos cuenta detalles de su infancia y su paso por Europa

¿Para cocinar?

Me acuerdo un día en Bayern me hicieron entrenar tres veces en un día, yo había entrenado por la mañana bien temprano, luego como a las 12, me fui a almozar y tenía que estar a las 4 para entrenar nuevamente. Yo terminé de entrenar como a la 1:30, dos casi, y yo vivía caminando como a unos 10 o 15 minutos del club, me moría de hambre, yo a veces comía en el club pero en el club la comida se acababa a la 1:30. Dije ‘voy a tener que prepararme algo o McDonalds’. Felizmente ya tenía mi departamento y abajo, en la esquina, había un supermercado, dije ‘ya, voy hacer mi atún, cebollita, papita, eso es rápido, mi arroz, en cinco minutos ya estaba’. Como estaba cansado porque había entrenado dos horarios, dije ‘quiero dormir, comer, descansar y ya estar bien para el tercer entrenamiento’. No pude hacer los dos, compré un atún, pero era con tuna, el limón no es el limón peruano, era amargo, cuando lo probé, era incomible. De asado lo boté, ya no podía descansar, ya estaba fuera de mi planificación. Me comí un McDonalds y tuve que tirarle el tercer entrenamiento así como estaba, pero fue duro.

En muchas oportunidades, Claudio Pizarro y Paolo Guerrero comandaron juntos el ataque de la selección peruana
En muchas oportunidades, Claudio Pizarro y Paolo Guerrero comandaron juntos el ataque de la selección peruana

PAOLO Y CLAUDIO PIZARRO

¿Tú hablas mejor alemán que Claudio Pizarro?

Puede ser que sí porque, obviamente, Claudio tenía a su familia allá, entonces el compartía entre hablar alemán y español. En mi caso llegó una época en la que yo solo tenía amigos alemanes porque dejé de parar con los latinos. Con los latinos tenías que estar de ojo, tío, son bravos, a veces haces amigos cubanos, dominicanos, cubanos y tienes que estar de ojo con esos jugadores. Llegó un momento en el que tenía un círculo de amigos alemanes. Yo ya hablaba alemán ya comencé a hablar alemán.

¿Ahí conoces al goleador Rummenigge?

Pero Rummenigge era directivo del club, una leyenda en Alemania, en Italia. Una persona, como todo alemán, frío, observador, le gustaba criticar, a algunos jugadores su presencia no le gustaba porque a veces salía a criticar cuando el equipo no jugaba bien y era duro para criticar, pero era parte de estar en el Bayern, ahí todos los días vives en presión por ganar títulos, partidos, nunca estás relajado, ahí es todo el tiempo presión, 24/7. Te acostumbras a eso y es bonita la presión, sabes que estás en un equipo súper súper grande y nunca puedes relajarte, ni siquiera en los entrenamientos.

¿Luego te promueven al primer equipo con 19 añitos y ahí te ves con Claudio?

Claro, yo con 18 ya entrenaba algunas veces con el equipo de mayores, solo que jugaba con el amateur, es como la reserva.

¿De quiénes te acuerdas en el camerino?

Ahí uno se siente cohibido de ver tantas figuras, gente grande, Oli Khan, Ballack, los franceses campeones del mundo, Lizarazú, Sagnol. Ves gente que yo hacía mucho tiempo que los había visto jugar Champions League desde Perú y después llegar a compartir vestuario con ellos era... mira con las figuras con las que hoy por hoy estoy. Es lindo, como experiencia de vida te sirve muchísimo.

¿Estaba también Zé Roberto?

Zé Roberto, Lúcio, Santa Cruz, Claudio... esos entrenamientos eran candela, habían bronca donde se metían patada patada, yo no podía reclamar nada. A mí me iban a patear y yo calladito cuando me pisaban, sin asco. Qué iba reaccionar, me quedaba calladito y aguantaba las patadas. Te entraban mal y no podías hacer nada, callado y pa’ adelante.

Paolo Guerrero - Bayern Múnich y Hamburgo. (Foto: UEFA)
Paolo Guerrero - Bayern Múnich y Hamburgo. (Foto: UEFA)

PAOLO GUERRERO EN HAMBURGO

Luego te vas al Hamburgo ¿cómo fue?

Lindo, seis años jugué en el Hamburgo. Lindas historias, hice muchas amistades, linda es la ciudad.

¿Qué anécdotas de esos años?

Tengo muchas. No pudimos ganar títulos, jugamos dos veces consecutivas. Una tras otras, semifinal de Europa League y no conseguimos el campeonato. Un año jugamos la semifinal con Werder Bremen, donde jugaba Claudio. Habíamos ganado en Bremen y me sacan amarilla y no juego la vuelta, solo jugué la ida, que habíamos ganado 1-0 allá. La vuelta nos voltean el partido en Hamburgo, íbamos ganando 2-0 y al final ganaron 3-2.

Les voltearon el partido...

Yo no jugué, fue terrible y después la otra semifinal fue con Fulham. Habíamos empatado con Fulham 0-0 en Hamburgo. Yo estaba regresando de una lesión que me rompí el ligamento posterior, estuve 9 meses, volví con 9 meses a jugar, era mi segundo o tercer partido. Ganando allá 1-0 en Inglaterra, al final perdimos 2-1, nos voltearon el partido pero ya en los minutos finales. Pero teníamos buen equipo, en esa época le ganamos al Bayern en su cancha, hice un gol, estuvimos en la punta de la Bundesliga, era un equipazo y hoy el Hamburgo ya está en segunda división.

Paolo Guerrero y su look por el año 2013 (Photo by AIZAR RALDES / AFP)
Paolo Guerrero y su look por el año 2013 (Photo by AIZAR RALDES / AFP)

EL PASE DE PAOLO GUERRERO A BRASIL

Luego te vienes a Brasil al Corinthians ¿cómo fue?

Lindo, lindas épocas, lindas vivencias, lindas experiencias. Mi mamá no entendía ese cambio tan radical de Europa a Sudamérica. Le decía ‘mamá, tranquila. Yo voy a volver a Europa, voy a ganar el Mundial de clubes y vuelvo a Europa, yo estoy tomando mi decisión’. En todo siempre he tratado de compartir mis cosas con mis padres, para tomar una decisión en conjunto, ellos son importantísimos para mí. Sus comentarios y consejos trato de recibirlos de la mejor manera. Mi mamá no entendía por qué me estaba yendo a Brasil. Ganamos el Mundial de clubes pero ya no volví, me quedé en Brasil, por más que haya tenido oportunidades y propuestas.

De 2012 a 2015 en Corinthians...

Y en agosto de 2015 me voy a Flamengo.

¿Cómo fue la experiencia de jugar en Brasil?

Es bravo jugar en Brasil, los jugadores son grandes y pegan. Es un fútbol totalmente diferente al europeo, sobre todo al alemán, pero prevalece más la técnica, el fútbol. En Alemania es más choque, es más físico, transiciones rápidas. En Brasil prevalece más la técnica, se juega un poco más, hay más espacio. Me hubiese encantando jugar en España, en Inglaterra, pero tuve la oportunidad de jugar en Brasil, se juega más y ves que todos son calidosos, mucha calidad.


Paolo Guerrero celebra trinfo en mundial de clubes y se corona campeon mundial con corinthians  CORINTHIANS (BRA) X CHELSEA (ING)
Paolo Guerrero celebra trinfo en mundial de clubes y se corona campeon mundial con corinthians CORINTHIANS (BRA) X CHELSEA (ING)

Fuiste campeón con el Corinthians con gol al Chelsea ¿cómo te sentiste con ese gol histórico?

Era lindo poder participar, poder ayudar a un equipo sudamericano a salir campeón de un campeonato tan importante como es el Mundial de Clubes. Primero, el haber anotado en la seminfinal, que todo el mundo decía que teníamos que pasar fácil, no fue fácil. Muchos equipos sudamericanos que en la semifinal y chau, para la casa, Palmeiras, Atlético Mineiros y ahora Flamengo con Al-Hilal, es lindo poder haber ayudado.

¿Cómo fue esa charla del técnico en la final, qué se te viene a la mente?

Escalofríos. El técnico, Tité, aparte de la charla que nos dio que eran muy motivadoras, hace que tú te expreses, hace que el jugador hable, diga qué le parece el partido, qué ve de lo que se puede presentar dentro del campo, te hace opinar hasta del árbitro. Ya en el bus nos pasan un video de la familia, uno llega recontra motivado al partido.

¿Qué video te pasaron?

A mi me pasaron a mi mamá, no tenían el teléfono de mi mamá, no sé cómo llegaron a ella. En el video, los dos me deseaban la mejor de las suertes, llegas con la moral al tope para jugar, fue lindo. Me emociono, uno no espera eso, no cuentas con eso, solo estás pensando en el partido y que te pongan algo de la familia, a otros les pusieron de sus esposas.

PAOLO Y SU ‘CALVARIO’ EN FLAMENGO

Luego te vas a Flamengo ¿cómo fue?

Fui a Flamengo, me hubiese encantado tener todo lo que hoy por hoy tiene Flamengo. Llegué y fue difícil, fue duro, la estructura. Yo llegar de estar en el Bayern, en Hambugo, Corinthians, llego a Flamengo y... (cara de pesar) Cuando dices Flamengo estás pensando en un monstruo.

Paolo Guerrero en el Brasileirao.  (Foto: Flamengo)
Paolo Guerrero en el Brasileirao. (Foto: Flamengo)

En el Real Madrid, Barcelona...

A mí siempre me gustó entrenarme en el gimansio. Llego a Flamengo y el gimnasio era chiquito, en un container. Se cambiaban en containers, el gimnasio era chiquitito. En Corinthians era gigante. Gracias a Dios que, cuando llegué, los resultados nos ayudaron, íbamos escalando puestos. Fue complicado, ya en 2016 cambió un poco, hicieron la parte de atrás, construyeron un poco mejor, ya con duchas, un gimnasio un poco más grande, una sala para tomar desayuno, almorzar, comer. Ahora Flamengo tiene un CT (Centro de entrenamiento) súper top con la última generación de todo, me hubiese encantado estar ahí.

La pasaste bravo...pero te ganaste a la hinchada

Fue difícil, complicado, la hinchada se quedó un poco dolida por cómo salí del Flamengo. La hinchada me culpa por no haber jugado la final de la Sudamericana, por el doping. La jugaron con Independiente y la perdieron, no pude estar presente en ninguno de los dos partidos, fue el castigo del doping. Ni siquiera podía ir a apoyar a mis compañeros, ni pasar un estadio. Mis abogados me dijeron, ‘Paolo tú ni siquiera puedes pisar ni estar cerca del estadio porque pueden ponerte el castigo más alto’.

Qué duro...

La hinchada se quedó un poco molesta conmigo por no haber jugado el partido pero me castigaron injustamente.

Los hinchas son muy fanáticos...

Se quedaron un poco molestos, me culpan de haber cometido algo que yo no había hecho. Ese castigo del doping no estaba entre mis planes, pero son experiencias de la vida.

El Bravo te ha puesto pruebas...

Gracias a Dios he tenido a mis padres que me decían ‘cáete 10, levántate 11 veces’ y gracias a Dios he tenido fuerza de voluntad para levantarme después de cada caída.

Paolo Guerrero firmó contrato con Inter de Porto Alegre por las próximas tres temporadas. (Foto: SC Internacional)
Paolo Guerrero firmó contrato con Inter de Porto Alegre por las próximas tres temporadas. (Foto: SC Internacional)

PAOLO EN EL INTER

¿Luego te vas al Internacional de Porto Alegre?

Sí, pasó el castigo, en 2019. Fue increíble volver a jugar, hice muchos goles en Inter, jugué una final que fue la Copa de Brasil, que no pudimos ganar y el año que, para mí era súper prometedor y dónde yo jugaba todas mis cartas sobre todo para jugar final de Libertadores, me salgo lesionando. Justo el tercer partido de campeonato, de Brasileirao. No jugué ni un partido de fase de grupos de Libertadores, al tercer partido de Brasileirao, mi rodilla se fue al cacho.

¿Cómo fue el centro de entrenamiento de Inter?

Internacional tiene sus canchas lindas, el estadio es espectacular, la cancha de Inter es alfombra. Sus canchas de entrenamiento bien, su gimnasio puede mejorar. Fue bonito pero solo puede jugar 2019, 2020 me fui al cacho, me lesionaron y no pude volver igual. Me rompí el ligamento con una patada. Ya no pude volver de la misma manera, mira cuánto tiempo he estado sin jugar, pero gracias a Dios ya estoy normal para jugar.

PAOLO GUERRERO EN AVAÍ

Luego de Internacional pasas a Avaí ¿cómo fue?

Sí, firmé los últimos 4 meses. En realidad, yo no quería ir pero mis representantes presionaron y me dijeron que ya estaba recuperado, para que ese año no dejara de jugar, la única propuesta era de Avaí. Yo quería esperar, yo en esa época estaba en Río, entrenando en la playa. Al final acepté, pensé que seguro me iba costar por estar tanto tiempo parado, además el equipo, cuando llegué estaba peleando la baja. Estaba en una situación difícil, yo quería llegar en una mejor situación para adaptarme. Llegué a Avaí y no entrenábamos en una buena cancha. En el estadio está buena la cancha para jugar, pero la cancha para el entrenamiento estaba un poco dura y eso me afectaba. Habían días en los que se me hinchaba la rodilla, como estaba volviendo, tenía que volver a adaptarme a cargas de entrenamiento y Avaí no tenía la estructura. Ellos necesitaban que yo esté bien y yo no estaba bien.

Te veía impotente...

Habían días que estaba bien, me hubiera encantado llegar a Avaí como estoy ahora, pero bueno fue así el camino que tuve hasta llegar aquí. Me siento muy bien, ya estoy en la selección, volver a la selección también fue lindo después de mucho tiempo, me duele mucho no haber estado en el repechaje pero bueno, las cosas tienen un por qué.

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