Fútbol Peruano

César Charún: Bicampeón con la U, vivió en el Lolo, su paso por Grecia, Franco Navarro y más

César Charún es el invitado de la semana en La fe de Cuto. Cuenta sus inicios en Universitario su paso por Grecia y mucho más.
César Charún se confiesa en 'La fe de Cuto' (Foto: Trome)

Mi gente de La fe de Cuto. Luego de la emotiva entrevista con , les traemos una charla con César Charún, bicampeón con Universitario de Deportes. Harto agüadito como siempre les gusta.

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En la charla, César Charún nos cuenta cómo fueron sus inicios en la división de menores de Universitario de Deportes y cómo fue que vivió con su familia dentro del estadio Lolo Fernández.

En otro momento, cuenta su experiencia en el fútbol de Grecia y su paso por Sporting Cristal. Además, fue dirigido por Franco Navarro, con quien tiene divertidas anécdotas que cuenta en el programa. No se olviden que la fe es lo más lindo de la vida.

Mi tía Margarita fue una leyenda de Universitario de Deportes, tuve el honor de disfrutarla...

Mi vida fue bien particular por la profesión que quise seguir. Prácticamente nací en un estadio de fútbol. Mi mamá se crió con mi tía, mi tía era prácticamente su madre. Mi mamá se casa y nosotros, del hospital fuimos al Lolo. Soy el tercero de cuatro hermanos y desde que abrí los ojos vi un estadio de fútbol, qué podía escoger, no me quedaba de otra que jugar fútbol. Desde chico quería llegar a ser futbolista profesional pero quería jugar en Universitario. Me pasaron muchísimas cosas durante el trayecto, que te las voy a contar, cosas increíbles que mucha gente no sabe, pero al final se me dio, y se me dio muy joven. Gracias a Dios que mi tía me pudo ver, porque después al tiempo ella fallece. Ella me pudo ver jugar en Universitario y campeonar. Universitario para mí, aunque no lo diga mucho, es un club que yo quiero mucho, cada vez que paso por el Lolo, sin entrar siquiera, me inspira melancolía, es indenoscriptible.

Tú no debutas en la U...

Yo hago menores en Universitario. A los 14 años, estábamos jugando un campeonato en La Unión, tenía un entrador, el profe era medio comodín y mi papá... el Cholo Castillo estaba detrás de mi papá para que yo vaya a jugar a Alianza. Mi papá no era hincha de la U, había sido boxeador, vivía en el Lolo, admiraba a todos los futbolistas pero le gustaba más el juego de Alianza. Pero tenía todo en contra, mi tía, mi mamá, mis hermanos, mis tíos, tenía que quedarse calladito, pero me decía para que me vaya. Le decía a mi mamá que mi papá me estaba diciendo para que me vaya a Alianza, mi mamá se ponía brava. Pasó el tiempo y nos fuimos a jugar un campeonato al Tejido de La Unión, yo estaba calentando en un partido, que habían dos chicos, se apellidaban Riospita, el papá era comandante, no sé. Ellos llegaban tarde y el profe siempre los ponía, pero nunca había pasado conmigo, había pasado con otros compañeros. Los chicos no tenían la culpa, era el profe. Mi viejo iba conmigo y apoyaba con el agua, apoyaba al profe. Yo estaba calentando, ya íbamos a entrar a jugar y llegan corriendo los dos.

César Charún se confiesa en 'La fe de Cuto' (Foto: Trome)

Los dos hermanos...

El profe se me acerca y me dice ‘César, siéntate un ratito’... cuando me hizo eso... yo tenía que obedecer. Se cambiaron, entraron a la cancha y yo me puse a llorar de cólera. Mi viejo, que era un monazo, viene y me pregunta qué había pasado, me sacó de la cancha, me cambié y me llevó a la casa. Se agarró mi viejo de eso. Le contó a mi mamá y se empezó a quejar de la argolla, le dijo ‘como es negro y son puros blancos’, antes no habían muchos colorines, todos eran blancos en la U.

Claro...

Yo hasta ahí no me quería ir pero estaba con cólera. Mi viejo me llevó a Alianza, ya mi mamá no tenía piso, ya me había visto sufrir, qué iba a decir, ella y mi tía. Ese mismo día, mi viejo se va a buscar al profe a una tienda donde se ponían a tomar. Fue un escándalo, casi lo mata, el profe se tuvo que poner detrás de los otros profes. Ahí yo me voy a Alianza y ahí juego dos años.

Dos años...

Ahí conozco a Darío, a Juan Reynoso, a Mágico González, a todos los finados también, todos los monstruos, no sabes lo que jugaban. Yo jugaba clásicos de menores en el Lolo y yo vivía ahí, jugaba por Alianza, ya había jugado por la U. Recuerdo un clásico ahí, yo hice todas las jugadas y le ganamos 1-0 a la U. Anda a ver si me hablaban cuando llegaba a la casa, mi tía ni me miraba, mi mamá asada, mi papá sí festejaba. Esos dos años la pasé mal en mi casa. Ellas dos andaban molestas porque yo jugaba en Alianza. Después de esos dos años me llaman a la selección sub16, que jugamos el sudamericano acá en Lima, estaba Oblitas y Cruzado de entrenador. Yo juego y me fue bien y el presidente de Bolognesi de Tacna, que estaba en primera en ese momento, me fue a buscar a la casa, tenía 16 años. Cuando vi esa propuesta... a parte, yo veía a mi alrededor y no nos sobraba nada, al contrario, teníamos que hacer malabares para muchas cosas, dije ‘esta es la oportunidad de darle a mi mamá lo que le falta’. Pero mi mamá no quería que me vaya, yo me quería ir y mi tía dudaba, era más suelta ella, no era tan protectora. Al final me terminé yendo. Ahí estuve un año.

César Charún se confiesa en 'La fe de Cuto' (Foto: Trome)

Tu abuela Mercedes era la que cocinaba, yo pensaba que era mi tía Margarita...

Mi abuela era la cocinera del club. Ellos eran primero de La Atarjea, de El Agustino, luego ella se va al Lolo a trabajar como cocinera y se lleva a mi tía, a mi mamá y a los hermanos menores. Mi tía comienza a trabajar ahí, ayudaba a mi abuela en la cocina. Ahí es donde ella aprende. Mi abuela después se junta con mi ‘tata’ y le dan trabajo en el Lolo, mi ‘tata’, el padrastro de mi mamá, de mi tía, es el que me lleva a jugar a los miniatura de Universitario, ahí es donde empieza, pero mi abuela es la que empieza esa relación con la U.

¿Cómo así llegan a vivir al Lolo?

Mi abuela se va al Lolo, cría a mis tíos y a mi mamá, mi mamá se casa poco después de que mi abuela muere. Ya mi tía había asumido la cocina de la U. Mi abuela muere, mi mamá se casa pero mi tía le dice ‘quédate acá’, mi mamá no se quiso despegar de mi tía y mi viejo ya se queda a vivir ahí. La primera casita era detrás de Oriente, esa fue la primera casa que tuvieron. De ahí, le dan la casita esa que teníamos nosotros, atrás de Sur, ahí es donde nosotros crecimos.

Tu mamá luego siguió el legado, mi tía solo supervisaba

Claro, iba, supervisaba. Luego mi tía arma su restaurante también. No es como ahora, que hay problemas de la U y Alianza... antes los jugadores de la U y Alianza se sentaban a comer en la misma mesa. En el restaurante de mi tía, Daniel Reyes podía comer con Martín Duffoo sin ningún problema, eran patas. Roberto Martínez era muy amigo de ellos y no pasaba nada, en la cancha eran enemigos pero fuera de la cancha eran patas.

¿Dónde estudiabas?

Primaria en San Ignacio de Loyola, del Lolo estaba caminando a cinco minutos. Luego en secundaria me fui a Alipio Ponce en Barrios Altos, me llevan becado porque un profe que dirigía al Muni, menores, me lleva a ese colegio. Era un colegio de policías, ahí estudiaba el finado Escobar, el potrillo, se paraba escapando nomás.

Dicen que era bien especial...

Sí, también jugando era un monstruo. Algo como Jefferson. Era impresionante cómo jugaba. Jefferson para mí, en los últimos tiempos, quizá no es muy carismático pero era un monstruo, te definía un partido solo. Si Jefferson hubiera sido argentino o brasileño, imagínate... Lo que hizo en Alemania no lo hace cualquiera. Hay tres jugadores que a mí me marcaron: Julio César Uribe, Jefferson Farfán y Luis Escobar, respeto a los otros pero esos tres a mí me marcaron, impresionante lo que hacían, creo que ni ellos mismos saben lo que tenían pero eran bravos.

Cuando tu papá te lleva a Alianza ¿Qué pasó por tu cabeza?

Confundí un poco, no podía decidir, era chiquillo pero tenía como cierto temor llegar a Alianza, no porque no tenía la capacidad sino porque no era mi hábitat, pensaba cómo me iban a recibir esos negritos, pero todo fue bien. Ahí el jefe de la categoría era Darío Muchotrigo, el decía quién pateaba los tiros libres pero lo hacía porque él era el que mejor jugaba. Me recibieron bien, me trataron bien, el ‘Cholo’ también, fue una linda experiencia también, hice buenos amigos. Ahí jugué con Reynoso y luego con él vuelvo a jugar en la U. Yo quería volver a Universitario, mi sueño era debutar con la U. De ahí me llaman a la sub16. Después de la sub16 me voy a Bolo y después me convocan a la sub19. Ahí el Cholo Castillo me ve de nuevo, yo ya no estaba en Alianza, entrenamos en Matute y me dice para firmar en Alianza pero la U ya me había hablado. Ahí fue cuando regreso a Universitario. Fue mi mayor alegría. Brzić se metió a la cocina para hablar con mi tía, le preguntó que era yo de ella y le dijo que me quería para el próximo año. A los días nomás me va a buscar don Alfredo a la casa. Ahí en la casa fue que arreglamos todo.

Pero antes de eso te convocan a la sub19 dirigido por Percy Rojas

Estando en Bolo me convocan a la sub19, yo tenía 17 años. Él me había visto de chiquito y fue mi entrenador, él, también Oblitas, ellos prácticamente me habían criado.

¿Cómo fue tu contrato con Universitario?

Yo escuché y ellos me prometieron. Don Alfredo, Jorge, Raúl Montoya me dijeron, si juegas de titular te vamos a dar esto y esto. Arreglé, lógicamente era un club grande y ganaba más de lo que ganaba en San Agustín, en Bolo, pero ellos no pensaron que yo iba ser titular. Yo jugué todo el torneo.

Te acuerdas de tu chapa, ‘Fierro viejo’... los tiros libres eran tuyos...

Esa me la puso Lucho Cruzado porque era negro y le pegaba fuerte. Luego el Puma se la agarró para empezar a vacilarme.

Llegas y todavía campeonas...

Claro. Yo disfrutaba tanto cuando jugaba, me transportaba hacia atrás, cuando veía a Fernando Cuéllar, Miguel Seminario, Suluaga, JJ Oré, yo sentía una emoción cuando era chiquito... Y después yo sentir lo mismo pero como jugador... yo salía a la cancha y me transportaba hacia atrás.

Tu eres bicampeón con la U

Sí, 92 y 93. Yo sentía, en el 92, sentía que no nos podía ganar nadie, sentía que el equipo era tan bueno como equipo que parecía que no nos podía ganar nadie. El ‘Puma’, Martín Rodríguez, donde vas a pasar ahí. Juan Carlos Bazalar Puchungo Yañez, de un toque, era preciso. Andrés ‘Balán’ González era bravo, cuando se molestaba se ponía nervioso, te podía matar.

Césitar, en el 94 te vas a Municipal...

Con Ronald Baroni, estaba Belmont. Yo estaba por arreglar por la U, pero na de las cosas que me prometieron, no me la cumplieron. No pensaron que iba a ser titular dos años, me prometieron un departamento. Si yo era titular, me lo tenían que dar en el primer año. Estuve buen tiempo esperando, pero ahí aparece Muni y me avienta la candela. Esa plata no la había ganado nunca. Ahí es donde me voy a Muni, juego todo el año. Pero faltando tres meses, las cosas no eran lo mismo. Después me voy al Sipesa, me lleva el profesor Arrué.

En el 97 vuelves a la ’U’

De los tres años que estuve, creo que fue el mejor año. Fui más protagonista. Hice nueve goles. De ahí me voy a Grecia.

César Charún -Paniliakos. (Foto: El Comercio)

Estuviste en el Paniliakos, en Grecia...

Cuando recién llego a ese club, es horrible, no sabes nada. Ellos llegaban al camerino ni me miraban. El utilero era un viejito, él me atiende. Trataba de decirme si me quedaba bien los zapatos. De pronto un yugoslavo me habló en español, nos hicimos patas. Lo único que no me gustaba es que ellos, después de los entrenamientos, se iban a tomar café, pero hacía un frío.

Después regresas a Cristal...

Después de Grecia, la idea era que regrese a Universitario. Estaba Company y me llamaban, peor no podía pero no tenía contrato. Cuando regreso, ellos estaban volando, tenían dos campeonatos. Se me cayó una posibilidad de la Universidad Católica. Después me volvieron a llamar de Grecia, pero ya estaba acá dos meses, con mi familia, no quería ir. Ahí me llama Cristal, lo analicé, buena candela y todo ordenadito. Pero no es lo mismo, el ambiente es más frío, se priorizan otras cosas. En ese tiempo habían buenos jugadores, Santiago Salazar, Rebosio, Julinho. El técnico era Motta, un argentino, no le fue bien y se tuvo que ir. Después llegó Oblitas. Aprendí muchas cosas.

Estuviste en Estudiantes de Medicina con mi couch, Franco Navarro...

Nos fue muy bien. Llegó Carty, Magallanes, Chiquito, Barrionuevo, el ‘Patrón’ Galliquio. Llegó un preparador físico argentino, muy bueno, pero se escapaba de la concentración.

Luego vuelves a Melgar, UTC, Atlético Torino y la despedida...

Los descuentos, te cuesta también dejar... No le dije a nadie, solo les dije a mis compañeros después del partido.

Te costó dejar el fútbol

Sí, era lo que había hecho toda mi vida, tenía 39 años, pero ya había empezado a estudiar para entrenador. Creo que mi carrera ha sido aceptable.

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