Muchos futbolistas extranjeros han pasado por Universitario de Deportes, pero pocos dejaron una huella tan profunda como Luis Alberto ‘Beto’ Carranza. No solo por su fútbol pícaro, sino por aquel golazo del 25 de junio del 2000 en Cerro de Pasco, una jugada que quedó grabada para siempre en la memoria crema. Más de 4300 metros sobre el nivel del mar, una cancha que parecía una pista de motocross y un título del Apertura en juego. Y ahí, el argentino corriendo como si no existiera el oxígeno.
Veinticinco años después, ya sin botines pero con la misma chispa, Carranza recibió a Luis Guadalupe y a La fe de Cuto para revivir ese momento. Sin embargo, entre anécdotas, risas y recuerdos, hubo una confesión que terminó robándose el show: la verdad de la mítica ‘sopa de cóndor’ del doctor Jorge Alva.
Beto recuerda ese gol como si lo hubiera marcado ayer. “Cuando le meto el puntinazo no podía creer que la pelota se estaba metiendo”, cuenta entre risas. La cancha estaba tan mala que la pelota “iba dando sapitos”, pero aun así terminó dentro del arco. Lo que vino después fue casi tan dramático como la jugada: sale corriendo para trepar el alambrado, se resbala, cae y, encima, todos sus compañeros se le tiran encima.
Ahí vino la otra escena inolvidable: el Betito con mascarilla de oxígeno, luchando por recuperar el aliento. “Mis amigos se burlan cuando me ven con la mascarilla. ‘Doctor, ya estoy bien, ya estoy bien’, le decía para que me la saque”. Cada vez que lo recuerda, no sabe si reírse o taparse la cara.
Lo más curioso es lo que aún hoy le preguntan: “Muchos me siguen diciendo: ¿de dónde sacaste el aire?”. Y él, entre broma y broma, reconoce que a veces ve el video y siente que en una de esas el defensa le va a quitar la pelota.
La charla se pone más picante cuando aparece el nombre del doctor Jorge Alva. De inmediato, Beto sonríe. Ya sabe lo que viene. No hay hincha crema que no haya escuchado hablar de la famosa 'Sopa de Cóndor’ esa que, según la leyenda urbana, servía para rendir en la altura, recuperar el aire o, en la versión más malintencionada, era “un cóctel de pastillas”.
Pero esta vez, Carranza cortó la especulación de raíz: “La ‘Sopa de Cóndor’ era una sopa normal… pero quedó en la cabeza de todos que te ayudaba... Muy rica, pero no sentía que te diera un aditivo.”, reveló en pleno programa. Nada de superpoderes, nada de recetas secretas, nada de ingredientes prohibidos. Solo una sopa común y corriente, caliente, rica… y con fama inmerecida.
Eso sí, Beto no dejó pasar la oportunidad de vacilar a Cuto: “Yo no sé, tú la has tomado más que yo”, dijo entre risas. Una declaración que dejó claro que el mito sobrevivió más por la imaginación del hincha que por la realidad del vestuario.
Lo que sí le molestaba, y lo sigue diciendo, era la mascarilla. “Lo único que no me gustó fue la máscara de oxígeno”, repite. Y es que, si bien marcó uno de los goles más recordados de la ‘U’, después del festejo parecía haber disputado un maratón en la Luna.
Al final, entre carcajadas, anécdotas y confesiones, Beto Carranza no solo recordó el gol que ayudó a la ‘U’ a ganar el Apertura del 2000, también enterró para siempre el mito de la sopa de cóndor. Una historia que durante años rondó las tribunas, pero que hoy, gracias a La fe de Cuto, por fin tiene una versión definitiva: era solo sopa… pero ¡qué rica sopa!
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