El primer recorrido de prueba del Tren Lima–Chosica no solo permitió ver por primera vez a los coches Caltrain en movimiento por la capital, sino que también despejó una de las mayores dudas técnicas que habían rodeado al proyecto: su capacidad real para cruzar estructuras críticas del corredor ferroviario. Durante su llegada a Chaclacayo, el convoy superó sin contratiempos el puente Los Ángeles, ubicado en el límite con Chosica.
El paso del tren fue transmitido en vivo por un canal de YouTube, cuya conductora destacó que la unidad avanzaba “con total normalidad, sin ningún inconveniente”, confirmando la compatibilidad con la altura del puente. Las imágenes mostraron a vecinos apostados en los alrededores para presenciar el momento.
La prueba cobró especial relevancia porque la altura de los vagones —de dos niveles y aproximadamente cinco metros— había generado intensos cuestionamientos en días previos. Varios especialistas habían advertido riesgos en puentes y túneles, lo que incluso llevó al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) a solicitar un informe técnico completo a la Municipalidad de Lima.
Desde la comuna aclararon que esta marcha en vacío forma parte del proceso previo a la operación del servicio, que se ejecutará inicialmente sin pasajeros. El convoy siguió su trayecto sin incidentes rumbo a Chosica, mientras continuaban los trabajos de traslado del material rodante que será sometido a mantenimiento especializado.
Antes de esta prueba, el proyecto estuvo rodeado de advertencias técnicas y un debate público sobre la viabilidad del servicio. Expertos señalaron puntos críticos como los puentes Trujillo, Balta y la antigua estación Desamparados, donde la altura sería similar a la de los nuevos trenes. Un especialista consultado por TVPerú recordó que estas observaciones se vienen planteando “hace tiempo” y que personal municipal realizaba trabajos preliminares de acondicionamiento “de manera artesanal”.
En respuesta, el MTC pidió auditorías de seguridad, historial de mantenimiento, estado estructural de los trenes y una evaluación de compatibilidad con toda la infraestructura. La Municipalidad, por su parte, sostuvo que estas verificaciones forman parte del protocolo antes de la marcha blanca.
El recorrido de prueba, que tuvo como punto de partida la estación Monserrate, se convirtió en la evaluación más extensa hecha hasta ahora. Se empleó una locomotora y cinco vagones que avanzaron a velocidad promedio bajo supervisión de especialistas y autoridades.
Mientras tanto, continúa el proceso de revisión y puesta a punto de los 90 coches y 19 locomotoras donados por la empresa Caltrain. La comuna ha señalado que estos deberán quedar operativos antes de permitir el ingreso de pasajeros.
La ceremonia del inicio de la marcha en vacío estuvo encabezada por el alcalde de Lima, Renzo Reggiardo, junto con la ministra de Economía, Denisse Miralles, y el presidente ejecutivo de ProInversión, Juan del Carpio. Esta última entidad brindará asesoría técnica para acelerar el proyecto.
En la presentación se detalló que el recorrido total entre Lima y Chosica comprende 45 kilómetros y que el viaje tomará aproximadamente 1 hora y 15 minutos en esta primera etapa. La velocidad promedio será de 40 km/h.
Cada tren estará compuesto por una locomotora y cinco coches, con capacidad para trasladar 1.250 pasajeros por viaje. En términos de equivalencia, esta cifra representa el transporte simultáneo de hasta 833 combis o 2.500 taxis colectivos. Se estima que la demanda inicial alcanzará los 52.000 usuarios diarios.
El servicio arrancará con tres paraderos: Monserrate, Parque de la Muralla y Chosica. No habrá estaciones intermedias en esta fase. El primer tren circulará entre las 5:30 a. m. y 8:00 a. m., mientras que el último lo hará entre las 5:30 p. m. y 9:00 p. m., horarios pensados para atender las horas de mayor demanda.
El alcalde Reggiardo señaló que, más adelante, se buscará ampliar el recorrido hacia Huaycán y habilitar más paraderos y vías que permitan reducir tiempos de espera. Reconoció que aún no se ha definido si el punto final del servicio se mantendrá en Monserrate o se extenderá hacia Plaza Unión o la avenida Alfonso Ugarte.
Las siguientes fases contemplan implementar paraderos intermedios, incrementar la frecuencia de trenes y evaluar una eventual ampliación hacia el Callao. También se estudia la conexión con el Metropolitano para mejorar la integración del sistema.
El proyecto, sin embargo, llega después de un periodo de tensiones entre la Municipalidad y el MTC, cuando ambos se enfrentaron por la puesta en marcha del servicio tras la llegada de los vagones desde Estados Unidos. Con el cambio de Gobierno, ProInversión y la ATU se incorporaron al proceso para brindar asistencia técnica y asegurar la integración con la red de transporte masivo.
Según las propuestas que maneja el MTC, la operación podría darse bajo dos esquemas: uno con siete trenes, sin paraderos intermedios y con vigilancia en 54 cruces; o un modelo más ambicioso, con 17 trenes, dos vías en la mayor parte del trayecto, 11 paraderos y 17 puentes peatonales, lo que permitiría hasta 74 viajes diarios y una capacidad de 92.500 pasajeros.
Por ahora, la primera marcha en vacío marcó un hito para el proyecto. Y aunque aún quedan pruebas, auditorías y decisiones técnicas pendientes, el convoy logró superar su primer desafío: demostrar que sí puede cruzar la infraestructura existente sin contratiempos.
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