Por: PERCY VARGAS
Un edificio caído en las intersecciones de las calles Amsterdam y Laredo en la colonia Condesa es solo una muestra la magnitud del devastador terremoto en México de 7.1 grados que también afectó la capital mexicana, Puebla y Morelos. La tragedia enluta al país azteca.
Toda la manzana circundante a la zona afectada por el terremoto en México fue cercada por la policía. Vidrios rotos y algunos pedazos de cemento en el suelo eran parte del panorama de esta colonia mexicana.
Las autoridades mexicana prohibieron el uso de celulares pues una fuga de gas también amenazaban la zona y ponía en riesgo a los sobrevivientes de la tragedia y a todas las personas que se encontraban en el lugar prestos a ayudar en las labores de rescate de este dantesco terremoto en México.
ARDUAS LABORES DE RESCATE
Un edificio multifamiliar se vino a abajo tras el terremoto en México. Tres personas habían sido rescatadas, pero muchos permanecían sepultados. La esperanza de encontrar sobrevivientes bajo los inmensos pedazos de cemento seguía latente, por lo que topos, bomberos, militares y ciudadanos mexicanos y extranjeros se quedaron a los alrededores para ayudar con el traslado de los restos de escombros que se sacaba del lugar.
Los rescatistas informaron que se escucharon ruidos bajo los escombros es por eso que cerca de la 1:00 am se intensificaron las labores de rescate. Este terremoto en México ya ha dejado más de 200 muertos.
Mujeres, hombres, mexicanos y extranjeros, todos se unieron en la misión de rescate. No importaba la hora ni el cansancio, el país no durmió y el terremoto en México no fue excusa para no ayudar.
LEVANTAR PUÑOS: SEÑAL DE ESPERANZA
El levantar los puños se ha convertido en una nueva señal de esperanza para los mexicanos que buscaban sobrevivientes del terremoto en México. Cada vez que los rescatistas ponían las manos en el aire, las personas que se encontraban cerca hacían silencio absoluto para así poder escuchar un posible pedido de ayuda de algún sobreviviente bajo los escombros.
Las maquinarias también tuvieron que ser apagadas por momentos, lo que si no calmó fue la solidaridad de los mexicanos que, a pesar de ser de madrugada, continuaban llevando provisiones como agua, alimentos y baldes para la remoción de escombros que salía del edificio colapsado por el terremoto en México.
Botellas de Agua y sándwichs fueron repartidos entre el personal de rescate que, en su mayoría, estaba conformado por voluntarios jóvenes que hicieron un alto en sus labores diarias. Incluso, turistas y periodistas de todas las nacionalidades dejaron sus labores informativas para ayudar en esta ardua labor.
Hasta el momento continúa las labores de rescate con la firme esperanza de que ocurra un milagro en medio de tanta tragedia y desolación que ha dejado este terremoto en México.