Detrás de cada bolsa de cemento y cada fierro vendido en la ferretería de doña Carmen hay una historia de lucha. Hace quince años, tras un divorcio complicado, decidió que el trabajo sería su refugio. Con una vitrina prestada de su madre y unos cuantos martillos, clavos y pegamentos, levantó el negocio que hoy abastece a varias zonas de Lima.
No era su primer intento como emprendedora. Vendió gaseosas y, hasta probó con un negocio de ropa que no prosperó. Fue gracias al consejo de una amiga ferretera con experiencia que decidió incursionar en este rubro.
Las primeras ganancias las invirtió en más mercadería y en una motito para repartir pedidos. Con el tiempo aprendió a negociar con proveedores, a reconocer materiales de calidad y a ganarse la confianza de los maestros de obra. Ha cargado sacos de cemento, ladrillos y fierros, y hasta ayudó a construir el segundo piso de su vivienda. “Lampeaba y ponía ladrillos. Todo lo aprendí en la cancha. Ahora soy una ferretera de acero, ¡ja, ja, ja!”, cuenta con orgullo.
Su carácter le ha abierto espacio en un negocio dominado por hombres. Atiende sola, hace cuentas, trata con proveedores y nunca pierde la sonrisa frente al cliente. Si alguien le pide algo que no tiene, responde de inmediato: “No lo tengo, pero te lo consigo ahorita”.
También se ha vuelto precavida. Ella misma sube al camión a contar cada bolsa de cemento y advierte a sus caseros sobre los productos adulterados.
“Cuando un precio es demasiado bajo, hay que sospechar. Yo les enseño a revisar para que no los engañen”, explica.
Su esfuerzo no ha pasado desapercibido. Gracias al apoyo de Unacem Progresol accedió a capacitaciones y logró ampliar sus puntos de venta. Y siempre se da tiempo para engreír a sus clientes fieles: las herramientas, polos o gorras que las marcas le obsequian, ella se los regala a sus caseros.
Con disciplina y planificación, puedes reducir riesgos y asegurar que tu negocio siga creciendo. Aquí te damos cinco claves.
1. CUENTA LA MERCADERÍA AL RECIBIRLA
No confíes solo en la guía de remisión. Revisa y cuenta tú mismo cada material. Así evitas que falten productos.
2. CUIDADO CON LOS PRECIOS SOSPECHOSAMENTE BAJOS
El producto puede ser adulterado o de mala calidad. Lo recomendable es comprar a quienes ya les has comprado y sabes que cumplen.
3. CONTROLA EL INVENTARIO CADA SEMANA
Te ayudará a detectar faltantes a tiempo. No esperes a fin de mes, es mejor revisar poco a poco para no perder dinero.
4. ALERTA CON LOS PRODUCTOS FÁCILES DE ROBAR
Accesorios pequeños deben colocarse a la vista del vendedor o en una vitrina.
5. ANOTA CADA VENTA
Registra desde el clavo hasta el saco de cemento; así sabrás cuánto entra y cuánto sale.
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