EL CUBANO CARLOS ‘EL GALLO’ ZAMORA hacía en nuestro país lo único que sabe hacer y para lo que fue formado: espiar y sabotear la democracia, a favor de quienes siguen la misma línea comunista de su país.
Hasta el jueves pasado fungía de embajador de Cuba en el Perú. El gobierno del presidente José Jerí comprobó su tapadera, lo obligó a terminar sus funciones en forma definitiva y lo despachó a La Habana. Días antes, el 28 de octubre, nuestro vicecanciller Félix Denegri lo llamó a una reunión para “dialogar con él respecto a las actividades que desarrollaba en el Perú”. Sus explicaciones no lo convencieron. Después de esa conversación, al ‘Gallo’ Zamora se le comunicó que debía cesar sus funciones y retirarse de la nación.
Aunque hasta hoy no se han explicado más detalles sobre esa decisión, según informaciones de inteligencia, Zamora estuvo detrás de la asonada violenta que hubo en todo el país, especialmente en la zona sur, después del golpe de Estado y la detención del izquierdista Pedro Castillo.
Esas mismas fuentes lo ubicaban como instigador en la sombra de las protestas violentas que ocurrieron en Lima, en octubre, cuando el presidente José Jerí asumió la presidencia de la República, después de ser vacada Dina Boluarte. En una de ellas resultó muerto un protestante, con lo que se quiso arrinconar a Jerí a renunciar. También se le vincula en la protección del prófugo Vladimir Cerrón.
Zamora llegó al Perú en diciembre del 2021, cinco meses después de que Pedro Castillo asumiera la presidencia. Desde que apareció, solo algunos periodistas advertimos que ‘El Gallo’ era un espía comunista de alto vuelo que operaba bajo la fachada de diplomático. Su misión era blindar a Castillo, quien ya enfrentaba las primeras crisis de corrupción de su gobierno.
Sus credenciales así lo demostraban. Un año antes, cuando era embajador en Bolivia, había sido acusado de azuzar y financiar las revueltas sangrientas para mantener en el poder a su íntimo amigo, el también izquierdista Evo Morales, quien había ganado las elecciones fraudulentamente. Hubo muchos muertos, la gente ya no quería a Morales, que tuvo que fugar del país. ¿Qué país lo cobijo? México, obviamente.
Zamora llegó al Perú junto con su esposa Maura Juampere, quien también era una espía y coronel de Inteligencia. Ella lo había acompañado cuando simuló de embajador en Ecuador, Panamá y Bolivia. No hay que olvidar que antes de que ellos arribaran a Lima, durante la primera y segunda vuelta de la campaña electoral que llevó a Pedro Castillo a la presidencia, unos 400 cubanos ingresaron al país bajo distintas fachadas ‘profesionales’. Nadie sabe de sus funciones.
“Zamora dirige todo el aparato de penetración, influencia y soberanía de Cuba en el mundo”, dijo por ese entonces Luis Domínguez, experto en asuntos cubanos.
Zamora se encontraba en esa misión. Hay que aplaudir al presidente Jerí y al canciller Hugo de Zela por su decisión de enviar al ‘Gallo’ a su gallinero. Nos vemos el otro martes.
*Los artículos firmados y/o de opinión son de exclusiva responsabilidad de sus autores.
MÁS INFORMACIÓN:
Contenido GEC