La economía peruana, que hace solo algunos años fue la que más crecía en Latinoamérica, se tambalea. El 2023 cerramos con un saldo negativo y el 2024 pinta para lo mismo. Hay recesión, creció la pobreza y los jóvenes se van por miles a otros países. De todo esto conversamos con el extitular del Ministerio de Economía y Finanzas, y actual presidente del Consejo Privado de Competitividad, David Tuesta Cárdenas.
Señor Tuesta, ¿cómo vislumbra que será este año en lo económico para el Perú? ¿Hay razones para tener esperanza?
Será un año retador, pero también complejo. Existe un nivel de desconfianza del sector privado. Sobre todo por la debilidad de este gobierno y los múltiples intereses que contaminan los esfuerzos para mejorar. Se esperaría que la economía crezca, pero va a crecer muy poco, lamentablemente. El Banco Central de Reserva pronostica un crecimiento del 3%, pero la mayoría de analistas dicen que en realidad la cifra se aproxima al 2 %. Igualmente es un crecimiento muy bajo, que difícilmente pueda significar una mejora en el bienestar.
¿Esto qué significa en lo social?
Con la caída del crecimiento del 2023 (se estima en -0.5 %), probablemente la tasa de pobreza se incrementó al 30 por ciento, es decir, al mismo nivel de pandemia cuando nos encerramos y la economía no producía. Hoy la economía no está encerrada y estamos en la misma línea. Y creciendo al 2 por ciento, la pobreza irá aumentando. Creo que la principal preocupación hoy es de carácter social y político.
Y en su opinión, ¿qué debe hacer el gobierno?
Generar confianza. Esto implica realizar reformas pendientes que se han dejado de hacer. La economía peruana va perdiendo competitividad desde hace 10 años. Antes crecíamos a niveles de 6 por ciento, luego cinco, cuatro, dos... y ahora negativo. No vamos a levantar mucho el próximo año. Nos hemos atrasado mucho en inversión, en infraestructura; no hemos avanzado con las reformas en el servicio civil y en lo educativo. Por el contrario, ha habido un retroceso en la ley Servir, desde la época de Pedro Castillo, y este gobierno sigue en las mismas andanzas.
Castillo hizo mucho daño...
El expresidente impulsó la llamada Agenda 19 con normativas para el mercado laboral mucho más rígidas y este gobierno no ha cambiado nada, está igualito. No hay reforma en la gobernanza de Petroperú para que deje de perder dinero. Al gobierno ni a los políticos les interesa por los puestos del Estado asignados a dedo y el aprovechamiento de los recursos públicos para comprar cosas que no se necesitan para el amigo o la amiga. El ciudadano ve con horror eso y dice ‘en eso se va el impuesto que pago’.
A eso se agrega la ola delincuencial...
Claro, otra señal es la criminalidad, que, según las encuestas, es el problema número uno. En octubre, Ipsos hizo una encuesta a la red de bodegueros de Backus, donde el 50% dijo que el crimen era lo que más afectaba a sus negocios. Entonces, se requiere allí una labor importante. Se hablaba del ‘Plan Boluarte’ para solucionarlo, pero no hay nada y eso mella la confianza a todo nivel. No hay señales de solución en este año. En el 2025 tampoco, pues es un año preelectoral y será muy difícil hacer cosas.
El otro día Juan Sheput dijo que este gobierno no tenía futuro si no había un cambio de gabinete, con profesionales de nivel.
Yo creo que al final las características que tenga este gobierno dependen de la presidenta. Hoy tenemos un gabinete que le es funcional a las circunstancias de equilibrio precario, de supervivencia de este gobierno. Y hay algo muy evidente. El ministro de Economía es muy empeñoso, está haciendo cosas. Uno puede estar de acuerdo o no con lo que hace, pero no todo depende de él. Se requiere que otros ministerios lo acompañen. En el Ministerio de Trabajo, por ejemplo, no hay acompañamiento. No se ha hecho nada para ver el tema de la Agenda 19, no lo hace porque la presidenta tampoco quiere porque supondría enemistarse con algún partido con el cual tiene un acuerdo implícito.
Entonces es Dina Boluarte quien no quiere avanzar...
Ella es egoísta. Para ella, gobernar es durar como sea.
Se está llegando a niveles increíbles de violencia en el país, con secuestros de empresarios, sicariato y extorsiones...
Es realmente escandaloso. Fíjese, se estima que el costo del crimen en el Perú representa más de 3 puntos del PBI por año, o sea, más de 35 mil millones de soles al año que le cuesta a las empresas, a la ciudadanía. Esta situación criminal que observamos tiene lamentablemente poca respuesta del gobierno. Los planes puestos en marcha no han funcionado. Primero le pusieron ‘Plan Boluarte’ y no funcionó. Los crímenes siguen sucediendo. Lo vemos todos los días, sobre todo en las zonas periurbanas del país, donde estas bandas han encontrado un amplio espacio para reemplazar al Estado, pues se presentan a las empresas como que ellos las van a proteger, pero antes deben pagar para que no les suceda nada. Son más que la Policía, es como un Estado paralelo...
Pero el tema no se agota con lo policial.
Claro, en los textos uno encuentra que uno de los factores que alimenta la delincuencia es la situación económica. Si esta sigue mal será un factor determinantes para que la criminalidad siga existiendo. Entonces hay que trabajar y mejorar la situación económica del país para que la criminalidad disminuya.
El año pasado fue muy inestable en lo político y este seguirá en la misma línea.
Lo político es algo que no se va a solucionar en 2024, salvo que exista un milagro. Es evidente para la mayoría de la población que existe hoy un equilibrio tácito entre el Ejecutivo y el Congreso para que ambos lleguen hasta el 2026 y cumplan su mandato. Pero no hay vocación para ninguna de las partes de gobernar de verdad. Sabiendo que la economía está en declive, no puedes seguir permitiendo la misma inercia que va a la baja, debes cambiar el rumbo. Este gobierno está atado de manos políticamente para que no experimente algún tipo de proceso de vacancia.
El último año se fueron del país para no volver más 600 mil peruanos, la mayoría jóvenes profesionales.
La fuga de capital humano preocupa tremendamente. Lo observamos en jóvenes que cada vez ven menos futuro en el país, eso es algo que no se observaba antes. Y eso nos va a pasar factura a largo plazo. La economía peruana tenía un nivel de crecimiento potencial de 5 % hace diez años, hoy lo máximo que podemos crecer es la mitad. Eso está relacionado a esta pérdida de capital humano. Y estos 600 mil peruanos que se van es un anticipo de la pérdida de potencial y de dinamismo económico que podríamos experimentar en el futuro. ¿Pero qué hace el gobierno ante esto?: bachillerato automático, desmantelar la Sunedu, retroceso en la reforma laboral, todo al revés.
Hace algún tiempo usted dijo que la oportunidad de crecimiento estaba en la minería.
Sigo insistiendo en eso. Tenemos todo el potencial para atraer la inversión. Lo que se requiere es un compromiso real para crear las condiciones necesarias. Y gran parte de las mejoras está en solucionar el problema de la conflictividad. Esto se produce en gran medida por una dejadez de diferentes gobiernos, que no han tenido presencia en las áreas mineras. Presencia del Estado es lo que falta. Si uno deja espacios abiertos, al final hay terreno libre para que grupos oportunistas tomen las riendas y manipulen a muchas comunidades para exigir o reclamar cosas que no responden a la empresa sino al Estado.
¿Y cómo salir de ahí?
Con dos cosas. Uno, tiene que ver con la reestructuración del aparato estatal, que busque asegurar el cumplimiento de los compromisos entre empresa minera y las comunidades. Muchas veces los problemas se dan porque no se da seguimiento a los acuerdos. Y lo segundo, que mejoren las condiciones económicas en general del país. Cuando una economía crece en su conjunto, todos los espacios también mejoran en el ámbito social, como la minería.
¿Cómo calificaría la gestión de la presidenta Dina Boluarte?
Tiene nota jalada. De repente lo hace algo mejor que el gobierno de Pedro Castillo, quien tenía 00, pero ella está jalada con 10 o 09, sobre todo porque tuvo la enorme responsabilidad de asumir un reto, pero debió asumirlo de verdad. A mí me parece una situación muy egoísta querer solamente flotar, hacer muy poco para llegar al 2026. Es muy injusto con todos los peruanos. El país necesita que se gobierne de verdad.
¿Cree que la presidenta Boluarte es el problema?
Yo creo que todos nuestros políticos son el problema, no solo la presidenta. Vamos a ver, ¿este gobierno es el problema?, sí. Por supuesto, desde el momento en que gobierna solo para durar al 2026 haciendo poco y sacrificando el porvenir del país, dejando que el Congreso dé un conjunto de normas que van a ser muy malas para el crecimiento a largo plazo. Entonces, esa es su responsabilidad, pero es compartida también con un Congreso altamente deteriorado. Creo también que no va a haber adelanto de elecciones en el 2024. Yo tengo la esperanza de que finalmente las cosas se puedan mejorar al menos marginalmente.
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