
¡Escándalo en la Policía Nacional! Un suboficial en actividad, identificado como Georgi Araujo Alva, alias ‘Puita’, ha sido señalado como pieza clave en la logística criminal de ‘Los Injertos del Cono Norte’, la temida red liderada por Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’, hoy prófugo de la justicia.
Según reveló un reportaje del programa Cuarto poder, la Fiscalía cuenta con chats, transferencias y documentos que lo incriminan directamente como proveedor de armas, municiones e información confidencial. En uno de los mensajes de WhatsApp, ‘El Monstruo’ le ordena: “Hermano, ya está entrando. Ve saliendo, papi. Ya están entrando, cholo”.
La Dirección de Investigación Criminal asegura que ‘Puita’ filtraba operativos policiales para evitar capturas y también coordinaba el mantenimiento y afinamiento de armamento para la banda. Incluso le pedían que comprara accesorios en armerías “con las amistades que tienen guante”, en clara alusión a contactos dentro de la propia PNP.
Durante el allanamiento a su domicilio, la policía halló una pistola Glock registrada a nombre del agente Bruno Kensel Cevasco López, quien —¡sorpresa!— ya salió del país rumbo a España. ¿Otro implicado más en esta red?

LA ‘CAJERA’ QUE LO DELATÓ
Entre las pruebas más contundentes está una transferencia de S/ 1000 hecha por Grace Bados Neyra, sindicada como la “cajera” de la organización criminal. Actualmente presa en el penal de Santa Mónica, Bados habría confesado el vínculo directo entre Araujo y la red delictiva.
El propio ‘Monstruo’, desde la clandestinidad, lanzó un video donde asegura que otros policías y hasta altos mandos también serían parte de su organización: “Han conversado conmigo, han recibido su platita y ahora se hacen los pulcros”, dijo sin titubear.

UNA DOBLE VIDA Y MÁS VÍNCULOS
‘Puita’ trabajó en la Depincri de Carabayllo y luego en el batallón de asalto del Cercado de Lima, pero en paralelo llevaba una vida de lujos, conciertos y redes sociales. Una foto incluso lo muestra junto al primo de Jackeline Salazar, empresaria secuestrada por esta misma red.
El exjefe de la Brigada Especial Contra el Crimen, Francisco Rivadeneyra, aseguró que había alertado la presencia de policías infiltrados y pidió la aplicación del polígrafo. ¿Qué pasó? Fue cesado. “Identificamos a al menos 10 suboficiales sospechosos”, declaró.
La Fiscalía ahora busca determinar cuán profunda es la red de corrupción dentro de la Policía Nacional, que al parecer, no solo patrullaba las calles... también protegía al crimen.












