En San Juan de Lurigancho, Antonio Edmundo Saldaña fue brutalmente asesinado por negarse a pagar una extorsión. Saldaña, de 48 años, había logrado con esfuerzo establecer un restaurante en la zona.
A pesar de su historial como miembro del Ejército en su juventud, Saldaña se encontró siendo víctima de la delincuencia debido a su negativa a ceder a las demandas de extorsionadores.
Antonio Saldaña era conocido en la zona como el “Rey del Caldo de Gallina” y tenía más de 15 años en el negocio de la venta de comida, especialmente pollo a la brasa y arroz chaufa. Tenía aspiraciones de expandir su negocio, pero sus sueños fueron truncados.
La escena del crimen mostraba más de 12 casquillos de bala en el suelo, lo que indicaba que los sicarios habían atacado directamente a Saldaña mientras revisaba su teléfono en su vehículo, disparándole mortalmente ocho veces.
Dos semanas antes de su asesinato, Saldaña había recibido amenazas de extorsión y había cerrado temporalmente su negocio en un intento desesperado de evitar problemas, pero, lamentablemente, esto no impidió su trágico destino.
San Juan de Lurigancho enfrenta una escalada de violencia relacionada con la extorsión, con varios asesinatos en apenas una semana, lo que suma a la creciente preocupación en la comunidad y plantea un desafío para las autoridades locales que luchan por controlar esta situación. Hasta ahora, se han registrado 71 muertes relacionadas con la extorsión en el año.
Contenido GEC