Andrés Avelino Cáceres Valverde (53) dijo que odiaba a su hermano Gabriel Cáceres (54), a quien asesinó en complicidad con dos venezolanos, porque había llegado después de 10 años de Estados Unidos, y le quitó la administración de los locales comerciales que alquilaba, y que él se hizo cargo desde hace muchos años, en Independencia.
“Cómo es posible que llegara después de 10 años de Estados Unidos y haya arreglado la casa con su dinero. Lo odio porque por su culpa me quitaron la administración de los locales que tenía durante muchos años”, sostuvo en su declaración a la policía, tras ser detenido por ser el presunto autor del cruel asesinato a su hermano, ocurrido, según su confesión, el 26 de enero último.
Los policías de Depincri Independencia y peritos de criminalística volvieron a la casa, ubicada en la cuadra 4 de la avenida Coricancha 494 y realizaron la prueba de luminol en el departamento del segundo piso donde vivía Andrés Avelino Cáceres, y en el tercer piso, donde vivía Gabriel Cáceres, desde que llegó de Estados Unidos. Esto con el fin de detectar si hay restos de sangre en cada habitación de la casa y establecer dónde se produjo el violento ataque.
También volvieron a revisar el depósito, donde fue enterrado el ciudadano peruano-norteamericano Gabriel Cáceres, y encontraron un casquillo de bala, y detrás del repostero una cacerina con una munición.
Andrés Cáceres, quien usa muletas porque nació con una malformación en las piernas, confesó al detalle el brutal y horrendo crimen. Dijo que días antes fue al paradero ‘La 50’ en la avenida Túpac Amaru y le pagó 3 mil soles a dos extranjeros. Les dijo: “Quiero que le den una paliza a mi hermano. Les voy a pagar 3 mil soles” y les dio la dirección de dónde tenían que ir.
Contó además a los detectives de Depincri Independencia que compró la pistola a 700 soles en el mercado informal de ‘La 50’ y tras el crimen, la desarmo y arrojó las partes en la calle. Solo se quedó con la cacerina que la escondió detrás del repostero de la cocina y fue hallada por los detectives de la División de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Dirección Contra la Trata de Personas (DIRCTPTIM), quienes inicialmente llevaron a cabo las investigaciones de desaparición de Gabriel Cáceres Valverde (54), desde el 26 de enero último, y finalmente lo encontraron muerto y en evidente estado de descomposición el 7 de febrero en la casa donde el desafortunado ebanista vivía con su hermano Andrés.
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