Había globos, torta, bocaditos, buena música y tragos para que la celebración sea inolvidable. En pleno cumpleaños de su suegra, la venezolana Tábata Kleyber Kiss Guerrero (27) fue asesinada de cinco balazos, pero antes protegió con su cuerpo a su madre y compatriota Keila Nayibe Kiss Guerrero (46), quien resultó herida y se encuentra entre la vida y la muerte. El hecho sucedió en El Agustino.
Una cámara de videovigilancia de la municipalidad del distrito grabó cuando el sicario llegó a la vivienda donde se efectuaba la reunión que solo era para mujeres: en la calle Río blanco, lote 7, manzana V de la urbanización Seremsa.
Frente al inmueble también se visualiza a una moto, con un ocupante, que da una vuelta en la pista.
Eran las 8:40 de la noche y el criminal hizo al menos diez disparos que pusieron en alerta a los vecinos.
“Disparó afuera para dispersar a la gente que caminaba por ahí y abrirse paso. Entró y habría buscado a la mujer mayor”, dijeron moradores.
A ella le disparó en el pecho y abdomen, pero también hizo lo mismo a Tábata, quien, según testigos, se puso delante de su progenitora para cubrirla. También había disparos en las paredes y el televisor.
Ambas quedaron malheridas. El asesino, aprovechando el miedo de la gente, huyó corriendo hasta la zona de La Atarjea. Otra cámara edil también lo grabó.
Al lugar llegó la pareja de la joven, quien con otros amigos la evacuaron al hospital Hipólito Unanue. Tábata recibió cinco balazos y no soportó las heridas. Murió en el camino.
Keila Kiss fue llevada en un patrullero y ahora lucha por su vida pues presenta cuatro orificios de bala.
Policías del Depincri del distrito investigan el móvil. Se presume ajuste de cuentas.
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