Fritz Moreno Cossío, alias ‘Gringo Fritz’, no llegó al penal de Challapalca por casualidad. Según la fiscalía, terminó tras las rejas porque era el presunto cabecilla de una de las redes criminales más sofisticadas dedicadas al robo, clonación y comercialización de vehículos de alta gama. La investigación sostenía que desde el 2018 habría robado, clonado y vendido más de 500 autos BMW, Audi, Volvo y otras marcas cuyo valor superaba los 80 mil dólares.
El Ministerio Público lo señaló como líder de Los Embaucadores de Alta Gama o Los Charlies de San Miguel, una organización de once integrantes, entre ellos seis tramitadores encargados de duplicar placas y tarjetas de propiedad, frenteros que vendían los autos robados a precios bajos y hasta un policía en retiro que facilitaba denuncias y ocurrencias desde una comisaría. Con este engranaje, tramitaban más de 500 placas originales sin que los verdaderos propietarios se enteraran.
La Diviac y la fiscalía especializada lograron acopiar audios, registros migratorios y conversaciones donde los presuntos miembros explicaban que ‘Gringo Fritz’ “no cazaba Toyota”, sino solo vehículos de alta gama. El mecanismo era siempre el mismo: robar un auto, buscar otro idéntico, clonar la información y generar una denuncia falsa con un representante con poder notarial para obtener la documentación.
Ese cúmulo de evidencias permitió que un operativo en ocho distritos terminara con su captura en un condominio de Surco y el allanamiento de diez inmuebles, incluida una oficina de la Asociación Automotriz del Perú. Para la fiscalía, la estructura estaba tan organizada que “tenían dos vehículos, tomaban fotos de la placa, buscaban información en redes y usurpaban identidad sin que nadie lo note”.
Pero las razones para encarcelarlo no se quedaban solo en el tráfico de autos de lujo. Fritz Moreno tenía un historial delictivo que incluía denuncias por tenencia ilegal de armas, robo agravado, lesiones, maltrato físico y psicológico contra su pareja, y hasta ataques a terceros, como un peluquero golpeado salvajemente en un local de Miraflores.
Además, había sido vinculado con crímenes anteriores: el asesinato del hijo del exalcalde de San Juan de Lurigancho, Carlos Burgos, y otro homicidio en Miraflores en 2017, donde la víctima recibió 22 disparos. En ese caso llegó a pasar un año en prisión acusado de sicariato. En 2018, luego de salir en libertad, su casa en San Miguel fue atacada por sicarios.
Su récord migratorio también levantó sospechas: viajes constantes a Colombia, Brasil, Panamá, México, España y Francia sin tener una actividad económica que justificara movimientos de dinero tan elevados. Para la fiscalía, estas conductas formaban parte de un patrón propio del crimen organizado.
Pese a ello, él siempre intentó mostrarse como empresario dedicado a la compra y venta de autos. Incluso apareció sonriente en la casa de Sarratea junto a Pedro Castillo, tres días antes de que este asumiera la presidencia. Según registros, llevó en su camioneta a la entonces congresista Heidy Juárez. Esa exposición pública alimentó la tesis de que buscaba proyectar una imagen de “hombre de éxito” mientras operaba en las sombras.
Las pesquisas fiscales detallaron cómo operaba la organización. Mario Antonio Caballero adquiría los vehículos robados, otra persona borraba placas y series con un escáner especial, y un policía retirado filtraba denuncias. Los autos eran vendidos o alquilados a otras organizaciones criminales. En algunos casos, los investigados coordinaban la clonación de placas para autos recién adquiridos, como un Mercedes Benz mencionado en una conversación interceptada.
La banda también habría estado involucrada en el robo de un vehículo perteneciente a la secretaria del expresidente Martín Vizcarra, lo que llevó a Fritz Moreno a viajar a Tumbes hasta “que baje la marea”. Y en 2019 estuvo en la mira nuevamente, razón por la cual se mudaba de departamento cada dos o tres meses para no ser ubicado.
Para la fiscalía, la suma de robos agravados, falsificación de documentos, lavado de activos, pertenencia a organización criminal y su rol como cabecilla justificaban plenamente la prisión preventiva. En palabras del fiscal superior Jorge Chávez Cotrina, se contaba con “evidencias de la existencia de esta organización y todos los elementos para ver quién es quién”.
Solo así se entendía su traslado a Challapalca, una de las cárceles más duras del país. Desde ahí, según la investigación, seguía usando celulares de alta gama, grabando videos y manejando redes sociales, incluso enviando mensajes a su pareja desde el pabellón 8 de Ancón 1 antes de su traslado.
Esa es la razón por la que hoy su liberación —no por absolución, sino por vencimiento de la medida— genera indignación y preguntas en todo el sistema de justicia. En paralelo, se conoció que chats extraídos de celulares de reclusos como John Zafra insinuaban que Fritz necesitaba 100 mil dólares para “arreglar su calle” (lograr su salida), por lo que su familia habría hipotecado un departamento frente al mar en San Miguel valorizado en 180 mil dólares.
Luego de un operativo policial en abril de este año que significó un duro golpe para la organización criminal ‘Los Embaucadores de Alta Gama’, las autoridades centraron sus esfuerzos en investigar a un grupo de mujeres que se habrían convertido en las ‘cajeras’ de dicha organización.
Entre las féminas que están en la mira de la Policía se encuentra Ana Karin Suárez Padilla, pareja sentimental de Fritz Moreno. En los mensajes que el entonces presidiario le envió y que detectives de la División de Investigación de Delitos de Alta Complejidad (Diviac) descubrieron, Fritz Moreno le ordenaba hacer trámites y pagos a terceros.
Según las primeras pesquisas, Ana Suárez tendría un desbalance patrimonial que supera el millón de soles. A ello se suma su vida de lujos y constantes viajes al extranjero que difunde con videos en TikTok.
La argentina Camila Belén Chávez, intervenida el 10 de abril último, también es investigada para determinar si cumplió la función de cajera, tesorera o testaferra. La gaucha aparece en un video junto a Ana Suárez.
En el mismo operativo policial fue detenida Nancy Edith Dávila Roca de Palomino, mamá de la exenamorada de Fritz Moreno, quien tendría un desbalance patrimonial de medio millón de soles.
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