El ruido seco de un disparo rompió la rutina del mediodía en Comas. Lo que muchos vecinos creyeron que era un pirotécnico terminó siendo un balazo certero que acabó con la vida de un mototaxista, en plena víspera de Navidad.
El crimen ocurrió en la intersección de la avenida Alfonso Ugarte y la calle 21. La víctima había llevado su mototaxi a un taller mecánico para un mantenimiento de rutina y esperaba el cambio de frenos, sentado sobre un pequeño muro, a pocos metros de su unidad.
Fue en ese momento cuando dos sujetos armados se aproximaron y abrieron fuego. El impacto hizo que el conductor cayera al suelo y, en su intento por incorporarse, terminó desplomado junto a la llanta delantera de su vehículo.
Al escuchar el disparo, los vecinos salieron alarmados sin imaginar la escena que encontrarían segundos después. El mototaxista yacía gravemente herido, mientras los atacantes huían del lugar sin dejar rastro.
El conductor fue trasladado de emergencia al hospital Sergio Bernales, pero los médicos solo pudieron certificar su fallecimiento. El ataque ocurrió a plena luz del día, ante la mirada atónita de comerciantes y transeúntes de la zona.
Según la información brindada por sus familiares, la víctima se dedicaba al transporte en mototaxi desde hace aproximadamente un año y medio, utilizando vehículos que alquilaba para trabajar de manera independiente.
La víctima fue identificada como Michelle Navarrete Mormontoy, próximo a cumplir 42. Según fuentes policiales, Navarrete registraba denuncias por hurto, tenencia ilegal de armas y microcomercialización de drogas, por lo que la PNP no descarta un ajuste de cuentas.
El mototaxista deja un hijo en la orfandad y a su pareja embarazada. Sus familiares relataron que había manifestado su intención de dejar el mototaxi y buscar otro trabajo, pues no se sentía cómodo con el entorno de violencia que rodea a este oficio.
Allegados señalaron que el crimen estaría vinculado al cobro de cupos. Según su versión, el mototaxista trabajaba de manera independiente y no quería pagar a terceros por ejercer su labor, pese a que conocía la existencia de grupos que exigen dinero a los conductores.
Otros testimonios indicaron que laboraba dentro de un grupo informal de mototaxistas, aunque no habría accedido a pagos extorsivos ni recibido amenazas directas, al menos de conocimiento de su familia.
La Policía Nacional no descarta ninguna hipótesis. Además de la presunta extorsión, también se evalúa un posible ajuste de cuentas. Cámaras de seguridad de viviendas cercanas serán claves para reconstruir los momentos previos y posteriores al ataque.
Efectivos de la comisaría de La Pascana cercaron la zona y realizaron las primeras diligencias, mientras se esperaba la llegada de peritos de criminalística y representantes del Ministerio Público para continuar con las investigaciones.
La escena dejó una familia destrozada y una Navidad en silencio. En Comas, una banqueta frente a un taller mecánico se convirtió en el último lugar de espera de un trabajador que salió a cumplir su rutina y no volvió a casa.
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