
¿Quién está detrás de las amenazas, llamadas y cobros extorsivos que sufren a diario los comerciantes? A veces, la respuesta puede estar más cerca de lo que uno imagina. En Carabayllo, una operación policial desbarató a una pareja dedicada a cobrar cupos a los vendedores del mercado mayorista Valle Chillón. Lo más alarmante: no solo tenían contacto con sus víctimas, sino también con presuntos cómplices dentro de la dirigencia del mismo centro de abastos.
Erika Ibarra Tadeo, conocida como ‘La Diabla’, fue detenida junto a su pareja Nilton Campos Campos, alias ‘Gaspar’ o ‘El Chino’, en una vivienda de Chorrillos. Según la Policía, ambos serían parte de ‘Los Injertos de Carabayllo’, una organización que sería brazo operativo del temido delincuente Erick Moreno Hernández, alias ‘El Monstruo’.
La investigación policial arrancó tras varias denuncias por extorsión en el mercado. Los comerciantes eran obligados a pagar 2500 soles mensuales a cambio de “protección”. El dinero era depositado en una cuenta bancaria a nombre de ‘La Diabla’, lo que facilitó su ubicación.

Un audio obtenido por los agentes deja claro el nivel de intimidación que empleaban. “Estoy esperando que me paguen, si no voy a hacer la cag…”, se escucha decir a uno de los extorsionadores.
Al momento de su captura, se les incautaron 2900 soles en efectivo, cinco celulares, chips, tarjetas bancarias y fotoshecks de trabajadores del sindicato de construcción civil, varios de ellos con antecedentes policiales.
Pero eso no es todo. Según el general José Zavala, jefe de la Dirección de Ciberdelincuencia de la PNP, los criminales tendrían vínculos directos con el presidente de la junta del mercado, quien no solo conocía a los extorsionadores, sino que habría presionado a los comerciantes para que paguen. “No creo que uno sea amigo de su extorsionador”, comentó Zavala, dejando entrever una posible complicidad desde dentro.
¿UNA RED MÁS GRANDE?
Los agentes no descartan que el caso sea solo la punta del iceberg. El hecho de que se hayan hallado múltiples cuentas con depósitos similares, sumado a los vínculos con un sindicato y con ‘El Monstruo’, indica que la red de extorsión sería más amplia y organizada.
Además, según fuentes policiales, esta pareja actuaba como parte de un engranaje mayor, en el que la información sobre las víctimas provenía de su propio entorno. Gente cercana que, por unos cuantos billetes, decide aliarse con el crimen.

BAJO INVESTIGACIÓN
Tanto Ibarra como Campos han negado los cargos, pero las pruebas en su contra son contundentes. Por ahora, ambos permanecen bajo custodia, mientras el caso pasa al Ministerio Público. La Policía continuará investigando para desarticular por completo esta peligrosa organización.
En un país golpeado por la delincuencia, esta historia deja una dura lección: el enemigo puede estar más cerca de lo que crees.