En algún lugar del mundo hay un peruano que está sacando pecho por el país, tal como lo hace Jhon Mendoza quien se convirtió en jefe de cocina en un prestigioso restaurante de España que obtuvo estrella Michelin, premio que le abrieron muchas puertas. Sin embargo, la alegría duró poco tiempo, pues llegó la pandemia golpeó a todos y tras varios meses sin trabajo recibió una llamada para que se haga cargo de un restaurante en Shanghái, China donde los insumos peruanos y el cebiche son los protagonistas.
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El joven cocinero nació en Jesús María, su madre trabajaba como ama de llaves en una casa para poder sostener a la familia y el dinero no alcanzaba, peor aún con la llevada de su hermana menor, motivo por el que tuvo que ir a vivir con sus tíos al Cusco, Arequipa y Tacna.
La situación del país se volvía más complicada para su familia y su madre decidió emigrar a Italia y se los llevó, es ahí donde Jhon decidió estudiar gastronomía en la escuela de Alberghiera Adriano Olivetti, provincia de Monza donde se inició como camarero, luego conoció al chef Valentin Banica con quien aprendió más sobre cocina.
“Trabajé en muchos restaurantes de Italia, como el Carlambrouse, el hotel Biodola, restaurante el granero y en otros más, pero me sentía a gusto, sentía que algo me faltaba y decidí irme a estudiar a España”, refiere.
En ese país hizo un Máster en Gastronomía y Management Culinary en “Gasma” y aprendió mucho de grandes maestros con estrellas Michelin; uno de ellos fue el Chef Víctor Gutiérrez con quien trabajó una temporada y al ver su gran capacidad le confió la jefatura de cocina en Quintanilla de Onésimo en Valladolid.
“Se cumplió mi sueño de ser jefe de cocina de un restaurante de alto nivel y al año y medio la prestigiosa guía roja nos premió con una estrella Michelin, el reconocimiento con el que todo chef sueña”, detalla.
Jhon cuenta que fue muy emocionante escuchar en la gala de la premiación el nombre del Perú y el suyo como jefe de cocina, este premio le abrió muchas puertas porque lo invitaron a cocinar en el restaurante Boca de Dubái y ser invitado como profesor a la universidad donde había estudiado.
Pero la alegría duró poco tiempo, pues la pandemia llegó y los locales estuvieron cerrados por casi un año y una llamada le devolvió la sonrisa. “Unos franceses me llamaron ser el Chef Ejecutivo y tener partes de acciones del restaurante Paradox en Shanghái en China”, detalla.
Los primeros meses fueron duros por el idioma y la cultura, y ahora está muy feliz porque el público disfruta mucha su comida en especial los cebiches porque en esta ciudad acostumbran a comer comida cruda. “En mis platos utiliza la quinua, el ají amarillo, el ají panca y otros. Encontré la canchita que llega a costar como 50 euros el kilo. Este 21 de abril re abren el local con una nueva con toques peruanos”, cuenta.