Las historias de los peruanos en el extranjero son dignas de película. Y no exageramos. ¿Qué gatilla la determinación de dejarlo todo por nada? ¿Qué hace que una persona abandone su hogar, su barrio, su país, su trabajo, su gente, para iniciar la vida desde cero? ¿Qué motiva la decisión de caminar sobre tierras desconocidas? ¿Qué hacer con esos miedos que, de todas maneras, asoman en algún momento y sin menos esperarlo?
Para el fotógrafo peruano Marco del Río fue la necesidad de nuevos desafíos, nuevas oportunidades. Esta es su historia de cómo empezó una vida, aparentemente de la nada.
En Perú, Marco Del Río gozaba de una amplia y celebrada carrera como fotoperiodista. Su profesión la ejerció en diversos medios de comunicación, hizo grandes coberturas periodísticas y además compartió sus conocimientos en las aulas universitarias.
Sin embargo, un día se dijo: “es necesario buscar otros objetivos”. Y así, sin más, se mandó a mudar de Los Olivos a Estados Unidos hace cuatro años.
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Allá, luego de ejercer oficios tan distantes a su profesión, como lavador de platos, muñeco de Disney, obrero de construcción y personal de mudanzas, hoy Marco del Río es un peruano que la está rompiendo en los ‘yunaites’.
¿Cómo?
Pues se ha convertido en el retratista oficial de los turistas que transitan por la 44 con Broadway, en el Time Square, Nueva York.
Así es. Desde hace tres meses aproximadamente, Marco del Río, equipado con su cámara de fotos, inmortaliza a decenas de turistas que transitan por una de las avenidas más populares del planeta.
“Tengo una técnica: les tomo una foto de lejos, me acerco amablemente, les muestro la imagen y los turistas se quedan impresionados. Entonces les ofrezco una sesión ahí mismo, en plena avenida. ¿Quién no quiere una foto profesional en la Capital del Mundo?”, dice Del Río a través de la línea telefónica.
La sesión callejera no dura más de diez minutos. Él ya tiene los encuadres, la iluminación y el tiempo automatizado. Se mueve y se demora lo justo.
Al día, Del Río puede hacer hasta treinta sesiones. “A la fecha ya habré retratado a más de mil personas”, explica. “Sí, esto me da para vivir tranquilo y mantener a mi familia allá en Perú”, agrega.
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UN PERUANO EN NUEVA YORK
Como él, más de medio millón de peruanos están asentados en Estados Unidos. Muchos han llegado hasta allí empujados por el famoso ‘sueño americano’. Algunos lo han logrado, otros la siguen luchando.
La comunidad peruana es la tercera más grande entre el grupo de países sudamericanos. Un censo de 2015 arrojo una cifra de 646,395 conciudadanos establecidos en el país del Tío Sam. Hasta el año pasado, las remesas de peruanos trabajadores en el extranjero (sobre todo, Estados Unidos, Italia y España) sumaron 3,326 millones de dólares.
Le consulto si después de construir una reputación intachable en Perú, de pasear su talento por los medios impresos más importantes y de ser catedrático, no se avergonzó en un inicio de tener que empezar desde abajo. Su respuesta fue esta:
“¿Roche? No, hermano. Cuando cambian los objetivos, el roche, el orgullo, el qué dirán, se te olvida. Yo tengo cuarenta años, pensar en esas cosas… no. Con tal que me dé para vivir bien, para mantener a mi familia, yo estoy feliz. Estoy haciendo algo honesto, que me apasiona y estoy regresando a lo mío”.
Con la reapertura de los negocios, de los vuelos internacionales y con el gran ‘gancho’ que significa ofrecer vacunas gratis a los visitantes, la ciudad de Nueva York se ha visto invadida de turistas nuevamente. “Si te digo que por mi cuadra pasan cien mil personas tal vez me quede corto”, dice Marco del Río.
No es el único fotógrafo en Times Square. Sin embargo, confiesa que es el que mejor técnica tiene, por sus años de experiencia en el rubro. Por eso, en una suerte de retorno a las clases, otros retratistas de diversas nacionalidades se le acercan para hacerle preguntas.
“Aquí hay bastante competencia, muchos fotógrafos nortemericanos. Pero ellos están en desventajas porque no creo que hablen español, que es el idioma de gran parte de los turistas que caminan por aquí. Si no dominan el idioma es difícil convencer a un mexicano o un guatemalteco. Tampoco me chupo con un gringo, manejo mi inglés”, apunta.
Después de cuatro años ejerciendo oficios que jamás hubiera imaginado, hoy ‘se parte el lomo’, pero haciendo lo que ama, que es fotografiar, dice. Ha vuelto a lo suyo.
“Mi historia es la historia de cualquier migrante, de alguien que sale a buscar nuevas oportunidades y desafíos. Esa es mi historia y de esas historias está plagada el mundo”, asegura Marco del Río, el retratista peruano del Times Square, quien proyecta mostrar su trabajo en alguna exposición futura.
Él ya es parte de la serie de personajes, mucho de ellos iconos, que recorren las calles más famosas del mundo, las del centro de Manhattan, Nueva York.
“Cuando uno viene aquí, te comportas como uno más. El profesor universitario, el fotógrafo, ya no era, empecé de cero”, recuerda Marco del Río, quien sube buena parte de su trabajo en su cuenta de Instagram.
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