En la isla Chinería, en pleno corazón del triple límite amazónico entre Perú, Colombia y Brasil, la Policía Nacional detuvo a dos ciudadanos colombianos que realizaban trabajos de medición con equipos de GPS satelital, sin contar con la autorización del Estado peruano. El hecho, ocurrido en el puerto de Santa Rosa (Loreto), se produjo en un momento en que la vigilancia fronteriza se ha reforzado tras una serie de incidentes diplomáticos con Bogotá.
Veinte agentes de la PNP participaron en el operativo que sorprendió a los dos extranjeros, procedentes de Bogotá y Leticia, quienes dijeron trabajar para una constructora colombiana. “Solo nos enviaron a tomar mediciones, no sabíamos que era necesario un permiso especial”, declaró uno de ellos.
Su compañero insistió en que “es el mismo trabajo que realizamos en Colombia” y negó cualquier actividad irregular.
Sin embargo, según dicta el protocolo, para este tipo de acción los profesionales debieron solicitar permiso, aunque los intervenidos, provenientes de Bogotá y Leticia, aseguraron que no tenían conocimiento de esto.
De acuerdo a la información policial, uno de los intervenidos es topógrafo y el otro su asistente. Ambos utilizaban tecnología GPS satelital —y no el clásico teodolito— para sus mediciones.
Según explicaron, las labores estarían relacionadas con la construcción de un muelle en la vecina ciudad colombiana de Leticia. Sin embargo, en territorio peruano, todo trabajo de este tipo requiere coordinación y autorización previa, incluso en áreas donde existe libre tránsito para residentes fronterizos.
La detención se produce pocos días después de que el precandidato presidencial colombiano Daniel Quintero ingresara a Santa Rosa para izar la bandera de su país, un acto que generó indignación y motivó protestas diplomáticas. Antes de ello, un sobrevuelo de una aeronave colombiana sobre la zona y declaraciones del presidente Gustavo Petro, cuestionando la soberanía peruana sobre la isla Chinería, habían encendido aún más las tensiones.
Por ahora, los dos ciudadanos colombianos permanecen en la comisaría local en calidad de prevenidos, mientras se investiga si su ingreso al país fue por los controles migratorios formales o por un paso no autorizado. El caso podría parecer un simple malentendido técnico, pero en una frontera caliente como la amazónica, hasta una medición de terreno puede convertirse en un incidente internacional.
Contenido GEC