A pesar de haber estado en cuarentena por el mortal COVID-19, el virus de la delincuencia y sicariato ha perpetrado al menos 16 crímenes desde el inicio de la pandemia en la provincia de Sullana, el último caso es el de un hombre asesinado de cuatro balazos por dos sujetos, quienes le dispararon en el frontis de su casa, ubicada en la ampliación del asentamiento humano José Carlos Mariátegui.
Ocurrió la mañana de ayer, cuando dos desconocidos llegaron a la calle Santa Teresa. Allí esperaron a que la víctima, identificada como José Luis Cobeñas Garrido (33), salga de su vivienda junto a su esposa para ir comprar al terminal pesquero.
“Estábamos a punto de salir con mi esposo al mercado y escuché una bulla por el corral. Fui a ver qué pasaba y cuando estaba ahí, escuché unos balazos. Corrí a ver y vi herido a mi esposo”, contó Bertha Calderón Taure (30).
José Cobeña cayó al suelo mal herido y, aún con vida, fue llevado en una mototaxi al Hospital II de Sullana, donde murió tras no soportar los cuatro balazos que le cayeron en la espalda y le perforaron algunos órganos internos.
16 CRÍMENES
Desde que inició la pandemia del COVID-19, se han registrado al menos 16 crímenes, algunos de ellos han sido contra empresarios, dirigentes y hasta personas ligadas a la delincuencia que fueron ultimados a manos de sicarios y ladrones.
Entre los más sonados está el de la empresaria avícola María Betty Rey Chumacero (59), ocurrido el pasado 5 de agosto, en su vivienda del A.H. Nueve de Octubre.
El 24 de julio, un grupo de ‘marcas’, asesinó de un balazo en la cabeza al universitario Gerson Otero Ramírez (23), cuando manejaba una camioneta en un frustrado asalto en el A.H. Sánchez Cerro.
Mientras tanto, la muerte del dirigente de construcción civil Henry Noé Suárez (47), ocurrida el 13 de julio, aún sigue impune. Noé fue atacado de 7 balazos por cuatro sicarios a bordo de dos motocicletas, cuando llegaba a una obra del sector Loma de Teodomiro en Sullana.