NOCHE DE TERROR. El pasado lunes 19 de agosto, la familia Matos se encontraba cenando tranquilamente en su vivienda, en el poblado Alto Kokari, distrito de Pichanaqui, en la provincia de Chanchamayo, región Junín, cuando cuatro sujetos presuntamente extranjeros y un peruano irrumpieron en su hogar, los maniataron, golpearon y finalmente les dispararon en la cabeza. Los padres, uno de sus hijos y un trabajador de la finca fueron brutalmente asesinados.
Afortunadamente, dos integrantes de la familia lograron escapar y se ocultaron en el monte. El sobreviviente sospecha de un extrabajador que solo estuvo dos días en la finca y no terminó su contrato.
Los criminales, que inicialmente se hicieron pasar por trabajadores en busca de empleo en la chacra, ganaron la confianza de la familia antes de desenfundar sus armas de fuego y amarrar a sus víctimas.
La familia, que se dedicaba a la producción de café, guardaba una suma considerable de dinero en la casa destinada para la próxima cosecha. Esta información parece haber llegado a oídos de los criminales, quienes planearon el asalto con premeditación.
Según el relato de Wilber Matos, uno de los sobrevivientes, alrededor de las 7:00 de la noche, él se encontraba con su familia, Cirila Eñigo Rivas (madre), Zósimo Matos Carhuamaca (padre), Zósimo Matute Matos (hermano) y Feliciano Cahuana Castro (trabajador) en la vivienda de su chacra, cuando cinco sujetos, aparentemente cuatro de ellos venezolanos, ingresaron y les maniataron para golpearlos.
Tras los golpes, Wilber logró escapar al monte, pero cuando regresó se encontró con una fatal escena. “Yo me escapé de la muerte, rompí la pita de mi pie y me escapé. Estuve 5 minutos en el monte ,regresé por mi familia, pero a todos les habían disparado en la cabeza, mi personal, mi papá, mi hermano, estaban muertos, mi mamá estaba agonizando”, contó.
Wilber pidió ayuda a su vecino Martín Marquina para que puedan trasladar a su madre al hospital, sin embargo, en el camino falleció. El martes 20 los cuerpos de la madre y su hijo llegaron a la dependencia policial, para las diligencias del caso, en el transcurso del día también trasladarán los cuerpos del padre y trabajador.
El hijo sobreviviente sospecha de un trabajador que lo conoció por intermedio de otro obrero, que al ver los sacos de café de cosechaban y la camioneta planearon el atraco. “Ese trabajador solo vino dos días y no terminó su contrato, ayer regresó con sus cómplices para robar”, dijo.
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