Katherin De la Cruz, de 27 años, es madre cuidadora del Centro Infantil de Atención Integral (CIAI) Las Palmas I, del programa Cuna Más, en Cañete. Desde el 2017, cuando se inició en el cuidado de niñas y niños, se sintió comprometida con su desarrollo, pero su crecimiento y desarrollo personal continuaría; el año pasado pudo acceder al curso de liderazgo gracias al convenio entre el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) y la Fundación Romero, lo que hoy le hace sentir plena.
Los conocimientos adquiridos sobre liderazgo, inteligencia emocional y manejo de estrés le han permitido brindar charlas a sus compañeras que ha sido de gran aporte para el manejo y progreso de las niñas y niños del local de Cuna Más. Cada día se esfuerza por brindar lo mejor a estos pequeños cañetanos. Su esmero es motivo de admiración de las demás madres cuidadoras, quienes se han fortalecido con los nuevos conocimientos impartidos.
“Me inscribí en los cursos de la Fundación Romero para capacitarme y fortalecerme de conocimiento, y así mejorar mi desempeño como madre guía en la “cunita”, lo que me hace muy feliz pues me ha permitido brindar charlas a mis compañeras para el bienestar de las niñas y niños”, menciona Katherine, siempre sonriente.
Su abuela Teodora e hijos observan con regocijo el esmero que pone Katherin al preparar los papelógrafos para las exposiciones, lo que enorgullece a su familia sobre el importante valor de compartir sin esperar nada a cambio.
El día esperado por todas empieza con el cumplimiento de sus labores diarias, desde las 8 a. m. hasta las 4 p. m. Durante este tiempo, las niñas y niños desarrollan sus habilidades cognitivas y socioemocionales mediante el juego, canciones de cuna, dibujo, pintura, cuentos y lo más importante, reciben alimentación nutritiva rica en hierro. A las 4:05 p. m. las madres cuidadores se ubican alrededor de Katherin, a quien la escuchan atentamente.
“Con el cariño de nuestra expresión, nosotras podemos regular la emoción de un niño. Con un abrazo podemos lograr que cambie su estado de emoción; si está cohibido, podemos ayudar a que tenga mayor seguridad y mejore su interacción con sus compañeros”, explica Katherin, segura de sí misma.
En la primera charla de Katherin, sus compañeras interiorizaron el conocimiento. La joven madre logró convertirse en un ejemplo para su grupo de trabajo, comité de gestión y demás actores comunales. Es la manifestación de lo importante que es seguir especializándose para el desarrollo de la vida personal y crecimiento profesional.