EL COLMO. En una fiesta de un supuesto cumpleaños -que por estos días está prohibido celebrar por la propagación del coronavirus en el Perú- fue sorprendido nada menos que el comisario de Aguas Verdes, el mismo que según los colegas que lo intervinieron, tenía aliento a alcohol. La autoridad, al notar la presencia de los efectivos, se escondió en la cocina de la vivienda donde se realizaba la reunión, en la región Tumbes.
La intervención del oficial –quien debería ser el primero en dar el ejemplo y dirigir a su personal en los operativos del cumplimiento del aislamiento social obligatorio a nivel nacional- se produjo cuando un grupo de efectivos que custodia la frontera con Ecuador vio que unos jóvenes cargaban una caja de cerveza e ingresaron a la vivienda ubicada en la urbanización Tomás Arizola.
Desde el interior de la casa se escuchaba música y carcajadas. “Al tocar la puerta se demoraron en abrir la misma, en ese transcurso apagaron la música y se escucharon sonidos de botellas”, según se lee en el parte policial de la intervención.
Los uniformados ingresaron y se llevaron una sorpresa: en la cocina estaba oculto el mayor PNP Mario Bonilla Bello, quien es el jefe de la comisaría de Aguas Verdes.
En la vivienda también se encontró a un joven, así como a las ciudadanas venezolanas Gisellis Betanceourl Matos (20) Estefany Sosa Peña (18) y Roxana Matos Cortez (34).
El oficial se encontraría inmerso en el delito contra la administración pública y violación de las medidas sanitarias en agravio del Estado peruano, según informó un jefe policial.
Al cierre de la nota, el resultado de dosaje etílico practicado al comisario resultó negativo para el comisario de Aguas Verdes.