El nuevo prototipo de nave espacial SpaceX de Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo, logró despegar y alcanza unos 10 kilómetros de altura. Este hito es clave en las pruebas que realiza el magnate con el objetivo de llevar vehículos tripulados en un futuro cercano.
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Despegó a las 6:14 pm del sitio de lanzamiento de SpaceX, se deslizó hasta su altitud máxima y luego cayó hacia la Tierra horizontalmente mientras sus aletas proporcionaban estabilidad. Lamentablemente, solo ocho minutos después del aterrizaje, la nave espacial explotó en la plataforma.
En intentos anteriores, el cohete aterrizó con fuerza y explotó. Pero esta versión, conocida como número de serie 10, o SN 10, pareció funcionar con éxito de principio a fin.
El mes pasado, el prototipo anterior de Starship, SN9, se lanzó con éxito pero aterrizó con fuerza y se estrelló contra la plataforma. Ese fue el mismo destino que sufrió SN8 durante una prueba en diciembre.
La compañía espera llevar Starship a la órbita terrestre este año, y tiene planes de llevar a un multimillonario japonés, Yusaku Maezawa, y una tripulación de ciudadanos privados en un viaje alrededor de la luna.
Ellos esperan que esto suceda en el 2023, un cronograma ambicioso que sería enormemente difícil de lograr. Pero Musk dijo que estaba optimista de que podría suceder. “Estoy muy seguro de que habremos llegado a la órbita muchas veces con Starship antes de 2023”, dijo el magnate.
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