Una noticia sacudió el mundo del entretenimiento y la lucha libre mundial. Hulk Hogan, ícono de la WWE y uno de los rostros más reconocibles del ring, falleció el jueves a los 71 años en su residencia de Clearwater, Florida, tras sufrir un paro cardíaco.
Aunque su entorno había negado en las últimas semanas que el exluchador estuviera atravesando problemas de salud graves, los hechos terminaron por desmentir cualquier intento de ocultar su real situación.
Según reveló el portal TMZ, la llamada al 911 se registró alrededor de las 10 de la mañana, luego de que Hogan colapsara por un supuesto infarto. Los servicios de emergencia llegaron rápidamente a su hogar, pero lamentablemente no pudieron hacer nada para salvarle la vida, informó New Yok Post.
“Hogan estaba experimentando un grave problema médico”, confirmó el Departamento de Policía de Clearwater en una breve conferencia de prensa tras su fallecimiento.
No se reveló ninguna causa oficial de muerte, aunque las autoridades confirmaron que no se sospechaba de un crimen.
Hogan ha sido sometido a 25 cirugías y ha tenido problemas de salud por el uso de esteroides y las repetidas lesiones y golpes sufridos durante sus 40 años en el ring.
Pero su muerte dejó a muchos preguntándose sobre los recientes rumores de que Hogan estaba en su lecho de muerte, o incluso paralizado en coma, que comenzaron a circular después de que un ex amigo hiciera las afirmaciones en su programa de radio el mes pasado.
“Supuestamente Hogan está en el hospital y he escuchado a gente decir que podría no sobrevivir”, dijo Todd Clem ese mes en su programa de radio ampliamente escuchado de Florida, “The Bubba the Love Sponge Show”.
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