Las calles de la Ciudad de México se volvieron a llenar que gritos que claman justicia. Fueron gritos agudos, pero fuertes. Miles de mujeres marcharon en contra del feminicidio (Ni una menos) y hicieron un llamado a las autoridades por el reciente caso de Mara Fernanda Castilla, quien fue asesinada por Ricardo N. , un taxista de la app Cabify.
Las personas que marchan en Ni Una Menos, en su mayoría mujeres, lo hacen con objetivos comunes: protegerse entre ellas, hacer un llamado de conciencia a la sociedad machista, exigir justicia por todos los feminicidios y para que no vuelva a morir una mujer más bajo violencia de género. La fuerza y energía de estas protestas incrementa la seguridad de las mujeres que marchan y ejercen la justicia ellas mismas.
Una prueba de eso es lo ocurrido en la marcha del domingo de México. Una de mujeres que marchaban reconoció a un hombre al que acusaba de haber abusado sexualmente de ella. Los manifestantes quisieron hacen justicia con sus propias manos e intentaron atraparlo con la finalidad de entregarlo a las autoridades.
Al hombre que llamaban ‘Octavio’se refugió en los interiores del exclusivo centro comercial Reforma 222, lugar que dispuso su personal de seguridad. La policía llegó y recogió la versión de la manifestante que identificó al hombre. Ambos fueron llevados al Ministerio Público.
La Policía de la Ciudad de México indicó el lunes por la mañana que el sujeto está detenido y tiene tres acusaciones por abuso sexual.
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