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A 5 años del incendio en Las Malvinas: Una prófuga de la justicia, deudos abandonados y más informalidad

Ha pasado un lustro y la familia de los fallecidos no tienen justicia, la situación laboral continúa siendo precaria y la informalidad ha crecido por la pandemia y por falta de políticas públicas.

La tarde del jueves 22 de junio de 2017 una imagen quedó grabada en la memoria del país. Es la siguiente: .

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Los jóvenes eran Jovi Herrera y Jorge Luis Huamán. El edifico, la galería comercial Nicolini, ubicado en el Cercado de Lima en la zona de . Y el incendio, uno de los más feroces después del de , ya que para apagarlo se requirieron 900 bomberos durante seis días.

Portada del diario Trome informando sobre el incendio en Las Malvinas

La tragedia desnudó un problema eterno: las condiciones inhumanas y deplorables en la que cientos de miles de jovencitos trabajan en este país, y que ocurre hasta el día de hoy.

Con las investigaciones se supo que Jovi y Jorge Luis trabajaban en condiciones de esclavitud. Eran encerrados con candado mientras cumplían su jornada laboral. De ellos solo se halló sus cenizas.

Los cuerpos de los jóvenes, quienes trabajaban dentro de la estructura metálica y eran encerrados por sus empleadores en condiciones infrahumanas, fueron rescatados seis días después del siniestro. (Foto: Vidal Tarqui/Agencia Andina)

Los responsables de la muerte de estos dos jovencitos fueron Jonny Coico, condenado a 35 años de prisión y al pago de una reparación civil de 469, 200 soles. Además, Vilma Zeña, con una sentencia de 32 años, pero que hasta el día de hoy se encuentra prófuga de la justicia.

Han pasado cinco años desde entonces, ¿cómo ha cambiado la informalidad en el Perú? ¿Cuán difícil es pasarse a la vereda de la formalidad? ¿La informalidad es parte de nuestra cultura como peruanos? ¿Qué se sabe de los deudos de Jovi y Jorge Luis?

Portada del libro 'Las Malvinas': los sobrevivientes del incendio', del periodista Gian Calsina.

Para resolver estas preguntas, conversamos con con Gian Calsina Calixto, autor del libro ‘Las Malvinas: Los sobrevivientes del incendio’ (editorial UPC), una investigación minuciosa sobre lo ocurrido aquel 22 de junio de 2017, pero también sobre la informalidad en nuestro país. También comparte un capítulo de su libro. Empecemos.

INFORMALIDAD ALARMANTE

Gian, ¿cuál es la situación de la informalidad en nuestro país?

Definitivamente, la pandemia ha golpeado la condición en la que estábamos, pero si lo manejamos a nivel macro, la cifra del reporte del INEI en 2021 dice que la informalidad avanzó un 23.6% en comparación al 2020. Más o menos, actualmente estamos con unos niveles de informalidad entre 77 y 78%. Para resumir y hacerlo más simple, digamos que de cada 10 peruanos 8 trabajan dentro de la informalidad.

La pandemia ha golpeado, ¿pero la precarización laboral también responde a políticas de estado?

Sin duda. Antes de la pandemia manejábamos cifras que estaban entre los 6 y 7, no estaba muy lejano de lo que ha ocurrido. La informalidad, en ese sentido, es flexible y útil para las personas, pues así como no tienen un contrato y los despiden rápidamente, también vuelven rápidamente. En la pandemia y la cuarentena todas estas personas que salían a buscarse el pan día a día, una vez que se levantaron las restricciones también volvió a laborar. Y aquellos que perdieron su trabajo formal también se incorporaron en este grupo (informal) y eso ha hecho que suban estas cifras.

Más de 100 unidades del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú luchan contra incendio en galería de "Las Malvinas". (Foto: Andina)

¿Por qué en el Perú existen cifras tan altas de informalidad?

Lo que podría responder es que para mí la informalidad no es un problema económico. Es más fácil abordar la informalidad si es que lo reduces a un tema económico o social. Tiene que ver también el tema cultural, es una estructura que está insertada en nuestra sociedad con sus propias tradiciones, con sus propios códigos, con sus propias formas de vivir.

Por ejemplo, lo que sucedió en el incendio de Las Malvinas el 22 de junio de 2017, en donde estos muchachos perdieron la vida, sus padres también trabajaban en un sector informal hacía más de 40 años, también eran vendedores ambulantes y los padres de ellos, los abuelos, también eran personas que venían de provincia, trabajan en un sistema precario, arando tierras, con un pago ínfimo.

Una de las cosas por las que la informalidad está tan enraizada dentro de nosotros es porque está vinculada a la formalidad. La informalidad y la formalidad no van necesariamente por caminos separados.

¿No son opuestos?

No necesariamente, porque muchas veces la formalidad incluye prácticas formales.

¿Por ejemplo?

Si vamos a los servicios públicos. Si quieres subirte al Metro de Lima, muchas veces en estas largas colas hay informales que sacan tickets antes para que puedas pasar, era lo que ocurría en pandemia. Lo mismo puede pasar con empresas que tercerizan servicios, que tercerizan trabajos dentro de su operación diaria. Eso hace que no tengan un control de cómo este services trabaja y cómo emplea a su gente. Estos services pueden hace trabajar a su gente casi casi en condiciones de esclavitud.

Otro claro ejemplo es el edificio Nicolini que se incendió hace cinco años. Si revisas la data, el primer piso de esa galería contaba con todos los certificados de Defensa Civil, cada pequeño negocio te daba tu boleta, tu recibo, todo, en apariencia, era formal. Y tú veías los pisos superiores y esos pisos superiores no existían en los planos del edificio. No había ningún registro de que esas estructuras metálicas se estaban construyendo en el techo. Y eso era una negligencia de la Municipalidad de Lima. Los bomberos, incluso, cuando subían, no encontraban la ruta, tenían que preguntar a la gente de ahí mismo para que suban y puedan rescatar a esos chicos, labor que finalmente no se pudo lograr y todos vimos cómo fallecieron.

Más de 100 unidades del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú luchan contra incendio en galería de "Las Malvinas". (Foto: Andina)

En tu libro, ¿qué grafica este incendio?, ¿qué grafica la muerte de estos jóvenes, atrapados, trabajando como esclavos?

Lo que intenta este libro es discutir la idea que tenemos de progreso, básicamente ese es el foco principal que tiene el libro. Es discutir qué estamos dispuestos a hacer para ganar dinero y subsistir en un país donde lo que vemos es que hay poco respeto hacia el otro. Y esto se ve desde nuestras estructuras más importantes como, por ejemplo, a nivel político con las pugnas internas, en el que el ciudadano queda prácticamente relegado.

PJ reduce las condenas de acusados como responsables del incendio ocurrido el 22 de junio del 2017, en la galería 'Nicolini', en Las Malvinas, en donde murieron dos trabajadores. (Foto: Joseph Ángeles)

¿Cuánto dinero mueve la informalidad?

La informalidad no se puede estudiar porque no hay datos. Como no hay registro, es difícil poder calcular estos niveles o una cifra concreta. Pero más o menos, la cifra de informalidad a nivel económico, a nivel de PBI, el año 2019 estaba en un 19 y 20%.

¿Cómo quedó el tema judicial de esta tragedia, se hallaron a los culpables?

Mira, lo que hubo en el proceso fue, primero, detener a la pareja de esposos que habían encerrado a los muchachos. Jonny Coico y Vilma Zeña fueron condenados en primera instancia, al año siguiente del incendio, es decir en el 2018 a 35 y 32 años de cárcel.

Dictan 35 y 32 años para Jonny Coico Sirlopu y Vilma Zeña Santamaría, como responsables de incendio en galería de Las Malvinas.

El tema es que antes de la lectura de sentencia, que obviamente ya conocía la pareja o ya tenían una idea del desenlace, la señora Vilma Zeña pasa a la clandestinidad, porque además ella se encontraba embarazada en el momento que se le iba a sentenciar. Ella pasa a la clandestinidad, no se sabe hasta ahora su paradero.

En 2019 hubo una reducción de la condena para ellos. Al Señor Jonny Coico se le redujo algunos años y a la señora Vilma Zeña se le redujo casi la mitad, de 32 pasó a 15 años más o menos. Luego también hubo una condena para el joven que ocasionó el incendio, un joven de veinte pocos años. Lo qué él hacía era enseñarle a su hermano menor qué ocurría cuando una hoja de papel en fuego se caía sobre el tiner, sobre lo peligroso que era el tiner. Precisamente, haciéndole la explicación a su hermano menor, se genera este accidente. En la tienda estaba almacenado todos estos productos inflamables que luego desencadena el incendio.

En la foto, Vilma Zeña, sentenciada a 32 años de prisión, pero se encuentra prófuga hasta el día de hoy.

También hubo condenas a personas de la municipalidad, algunos gerentes de fiscalización, pero fue muy poco, fue muy poco, fue de años o meses.

¿Sabes si estas condiciones de trabajo se siguen manteniendo hasta la actualidad?

Lo que he podido saber es que el año pasado la Sunafil hizo una fiscalización también en la galería Gaviota y detecto que, la galería está muy cerca al emporio comercial de Las Malvina y del edificio Nicolini, también existe riesgo de incendio. Hay instalaciones eléctricas en malas condiciones, productos inflamables que están acinados hasta el techo y que puede generar un atrapamiento de personas, si hubiera otro incendio, puede ocurrir una serie de muertes incalculables.

Hace poco también se han encontrado menores de edad que estaban laborando en situaciones de precariedad en el emporio. Realmente, no parece que la situación haya cambiado, no parece que haya mejorado en absoluto. Además, con la reducción de las condenas te hace pensar que podemos estar peor que antes.

EL PERÚ: INFORMALIDAD vs. FORMALIDAD

Gian, ¿es difícil formalizarse?

Es una buena pregunta. ¿Por qué es difícil formalizarse? En principio, si te pones a pensar en la cantidad de empleos que hay en el país para las personas que no reciben formación, como el caso de estos muchachos que no habían concluido sus estudios secundarios, no tenían formación técnica, ni universitaria. En el mundo laboral actual, formal, existen pocas plazas para trabajos operativos y manuales, y tienen jornadas de trabajo muy extenuantes y si a alguien se le ocurre pedir mejores condiciones salariales lo botan al día siguiente, porque hay cientos de muchachos que quieren ocupar esa plaza…

Lo otro, podemos evidenciar que organismos como la Sunat deberían aplicar flexibilidades para las personas y las pequeñas empresas. Esto pasó mucho con la pandemia, con el tema del programa Reactiva. Se criticó mucho cómo las grandes empresas fueron las que acumularon más estos créditos y las personas que lo necesitaban no contaban con el conocimiento necesario, debían apoyarse de conocimiento profesional para poder iniciar esta serie de procedimientos en créditos. Es una falta de legislación que va hacia arriba y no hacia abajo.

Desde ese enfoque, se pone la vaya muy difícil para que las Mypes, que son más del 80% que constituyen las empresas del país, se formalicen.

Recuerdo en el 2020, por pandemia, aumentó el número de vendedores ambulantes, la reacción de la sociedad fue rechazarlos, despreciarlos. Son personas que se ven obligadas a trabajar en las calles, pero la sociedad no lo entiende.

Es verdad, pero es parte, como te comentaba, de esta estructura de informalidad que incluye una serie de tragedias sociales dentro. Dentro de la informalidad podemos incluir negligencia, desidia, falta de empatía. Lo que tú graficas, esta forma de denostar y depreciar al otro, hay una brecha entre los unos y los otros que se marca en distintos componentes, social, económico, políticos.

Jovi Herrera era padre de una niña de tres semanas de nacida, planeaba alquilar un local de la galería Nicolini y empezar un negocio propio. (Foto: Twitter)

Por ejemplo, esta es una reflexión del libro, yo me preguntaba qué tipo de factores influían para que a mí, en mi caso, me encontrara en un edificio con aire acondicionado, donde tenía un contrato laboral, y cómo es que a menos de 15 cuadras dos muchachos fallecían de la manera más trágica posible y en condiciones deplorables. Cómo es que dos vidas, las de ellos y la mía, podían ser tan distintas en una distancia física tan corta, eso te muestra este sistema trágico que vivimos, que no lo podemos palpar, pero de la que sí tenemos muestras a través de hechos tan simples como comentas, por ejemplo, encontrar a vendedores ambulantes y tratarlos con desprecio.

Jorge Luis Huamán Villalobos, víctima del incendio en Las Malvinas

¿Qué se sabe de los deudos de estos jóvenes?

La última vez que tuve contacto con ellos fue en 2020, justo antes de pandemia todavía vivían en condición precaria. No existe prácticamente ninguna condena por no pagar reparación civil, los deudos no han visto nada de dinero. Había un monto de reparación civil, un monto importante.

¿Nunca se pagó?

Como es costumbre en este país, nadie paga la reparación civil. Los deudos siguen viviendo en situación de precariedad, la señora (abuelita de uno de los fallecidos) que estaba muy enferma, de los bronquios, de la espalda, ella todavía vende en las calles de Independencia. La familia Huamán vive en Independencia, la familia Herrera vive en otro distrito.

¿Gamarra, Las Malvinas son los únicos focos importantes de informalidad laboral?

Nosotros podemos ver ejemplos muy gráficos de informalidad en Gamarra, en el Parque Industrial de Villa el Salvador, en las zapaterías de Trujillo.

Puede haber muchísima informalidad, pero lo importante de entender es que también transita por el camino formal. Hay una suerte de ocultamiento dentro del sistema formal, que legitima. Por ejemplo, las aplicaciones de taxi, hasta hace poco no tenía regulación, para la gente era más seguro utilizar un taxi de estas empresas de aplicación porque le llegaba información del conductor, porque te evita un riesgo si tomas un taxi de la calle, que te expone a posibles asaltos, etc. Estas empresas de taxis por aplicación, que son informales, imagínate cómo dan una solución a los usuarios.

Emporio. Estiman crecer 30% en ventas en temporada otoño-invierno. (Foto: GEC)

Hay una legitimación de la informalidad porque los servicios que ofrecen son útiles. La combi es un ejemplo clarísimo. Nuestro sistema de transporte público es tan ineficiente que hace que las personas se aglomeren y hagan colas, que esperen horas antes que llegue un bus. En cambio, las combis te dejan muy cerca a tu casa, a pesar de que ni siquiera tenga SOAT y el chofer no tenga licencia, aunque todos vayan como sardinas, sin embargo, la gente lo utiliza porque es útil.

A veces la formalidad es más beneficiosa que la misma formalidad…

Totalmente. Por eso tiene tanto espacio.

Incluso, hay casos en los que un trabajador no desea un contrato laboral para que no se le descuenten los impuestos…

El otro día leí un artículo de de jóvenes que hacían de cobradores de combi, podían ganar hasta 2000 o 2500 soles en algunos casos, dependiendo de la ruta que hacían. En un empleo formal, jamás le iban a ofrecer esa cantidad de dinero. Muchas veces ocurre, como práctica formal, que pueden firmar un contrato de ocho horas y le hacen trabajar 12, 13 o 14 horas. El lema ‘El peruano camiseta’, ese tipo de frases, de códigos, legitima prácticas de precarización, de abuso.

Gian, finalmente, ¿cómo terminamos con la informalidad?

Es una pregunta muy difícil porque, en principio, podría partir de esta última idea que menciono, que lo formal sea más útil que lo informal y eso es complejo en un país como el nuestro.

LEE EL PRIMER CAPÍTLO DEL LIBRO

Las Malvinas: los sobrevivientes del incendio

Informalidad, desigualdad y otras tragedias

Autor: Gian Calsina Calixto

CAPÍTULO 1

Los que perdieron

Hoy, 18 de febrero de 2019, como ciertos lunes en los que no le dan las fuerzas ni las ganas para trabajar, Bertha Villalobos da vueltas por un edificio alto y obsoleto instalado en la segunda cuadra de la avenida Argentina, en el Cercado de Lima.

Ningún nuevo visitante que vea ese edificio sucio, desteñido e inhabitado podría dar fe de que, hasta hace dos años, era una galería emblemática entre las cincuenta que aquí se reúnen formando el conglomerado electroferretero más importante de la capital. Menos de que en su primer piso se distribuían más de mil puestos y se reunían a diario cinco mil comerciantes, o de que los ingresos diarios del centro comercial alcanzaban y pasaban el millón de soles. Resulta difícil imaginar que aquel primer nivel en el que se ofrecían productos a precios mayoristas, con puestos enumerados y ordenados, con permisos y licencias, con comprobantes de pago, que los mostraba como ejemplo de superación y éxito, escondía en sus cuatro pisos superiores depósitos en los que se guardaban de manera negligente varias toneladas de material combustible; y que en los almacenes metálicos tipo contenedor de la azotea, que relucían en la fachada que daba a la calle, dos jóvenes, sin ningún tipo de contrato, eran encerrados durante el día para trabajar.

En Las Malvinas, como se les conoce a las primeras ocho cuadras comerciales de la avenida Argentina y donde el metro cuadrado puede alcanzar los 13 000 dólares, lo mismo que ganaría un peruano con salario mínimo en cuatro años sin gastar un céntimo, los 15 000 metros cuadrados de Nicolini son vistos como un estorbo. Un desperdicio de dinero.

Un cuidador de autos ha sabido darle uso a lo que queda y cobra a los choferes que se estacionan alrededor del edificio. Estuvo antes de la tragedia y es el único que genera dinero por Nicolini. “Es recio, así como lo ves, sus columnas no se han hecho nada”, me dice viendo lo que alguna vez fue un lugar vivo, como si no se enfocara en el hollín negro que ha teñido el interior de la estructura, ni en las paredes con pintura destartalada. “¿Hueles? —me pregunta—. Huele como a plástico, plástico quemado. Hay días en los que se siente más fuerte”.

Las informaciones iniciales convergían en que los dueños de las galerías Nicolini eran los comerciantes del primer piso y JPEG S. A. C. como propietaria de los pisos superiores. La empresa ha negado las acusaciones y ha presentado una serie de documentos en los fueros judiciales para sostener que desde hace varios años los espacios habían sido vendidos a terceros.

En la esquina de la avenida Guillermo Dansey, la señora Bertha Villalobos mira el edificio a la sombra de un puesto ambulante de golosinas. “¿Sabe quién es ella?”, le pregunto al cuidador. “Sí... Siempre viene. Es la mamá del muchacho... del que murió arriba encerrado”.

Desde que perdió a su hijo en el incendio de Nicolini, el jueves 22 de junio del año 2017, Bertha Villalobos deja de trabajar ciertos lunes. A veces, por el dolor intenso que sufre en la espalda, que la deja tumbada en cama un día entero; otras, por ese dolor acumulado que le estruja el pecho y la hace llorar al recordar el rostro de Jorge Luis Huáman —Luis para ella—. Cuando eso ocurre se va a Las Malvinas a dar vueltas. No sabe bien qué buscar: ¿una respuesta, una anécdota, una voz que le cuente algo nuevo sobre Luis? Si no consigue hablar con nadie se compra una gaseosa en la esquina de Guillermo Dansey y se queda mirando el edificio por un rato. Llora, se calma, en ocasiones se alegra al recordar una vivencia con su hijo y se va.

DATO SOBRE EL LIBRO

El libro ‘Las Malvinas: Los sobrevivientes del incendio’ (editorial UPC) se puede encontrar en formato digital, así como en la librería de la UPC, también en SBS y El Virrey.

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