Un gran ejemplo de solidaridad en medio del desastre. Cuando un abuelito estaba a punto de ser sepultado por un huaico en Cañete, varios jóvenes se unieron para socorrerlo de las turbulentas aguas. El indefenso anciano se encontraba llorando sostenido en una viga al observar toda su casa destruida.
Al ver al pobre hombre, un grupo de personas lo cargó, como si se tratara de un niño, y lo llevó a un lugar seguro del distrito de San Vicente. A pesar de que aún no se recuperada del todo, no dejaba de preguntar por sus nietos e hijos.
Debido a las fuertes lluvias en Cañete, un canal de regadío se desbordó y varios pobladores tuvieron que cruzar por las vías inundadas con sogas para poner a buen recaudo a sus hijos. De esta manera, todos trataron de ayudar a los más indefensos en medio de la emergencia.
Además, 28 colegios quedaron afectados por el desborde del río Pocoto en Cañete. Las clases fueron suspendidas por las autoridades y se evalúa la posibilidad de reiniciar el lunes 20.