La Plaza de Armas de Lima ya no podrá ser cerrada por el presidente Pedro Castillo ni ninguna otra autoridad, gracias a una orden judicial que beneficiará a los vecinos, comerciantes y miles de turistas que llegan al Perú. Pero ¿cuál es la historia de este importante sitio histórico de la capital del país? Aquí le contamos todo.
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Antes de la llegada de los españoles, el espacio de la actual Plaza de Armas tenía un aspecto triangular, según el historiados y arquitecto Juan Gunther. En ese lugar se ubicaba el palacio de Taulichusco (en el mismo emplazamiento del actual palacio de Gobierno), a un lado una pequeña huaca llamada por Emilio Hart-Terré, Puma Inti (sobre esta se construyó la Catedral de Lima) y en el otro extremo un corral de llamas que era propiedad de Taulichusco (terreno hoy ocupado por la Municipalidad de Lima).
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El mismo historiador señala que “el palacio del curaca formaba una sola unidad con el solar de Jerónimo de Aliaga a la que se accedía por una rampa, paralela a la actual calle Palacio. Detrás del Palacio, como ya se dijo, estaba la bocatoma del más antiguo río artificial del valle y la huerta desde donde también se controlaba el riego del río Huatica”.
A fines de 1534, Francisco Pizarro llega a Pachacámac procedente de Jauja, donde había intentado fundar la capital del Perú, pero desistió por estar lejos del mar, principal vía de comunicación con Europa y los otros dominios españoles. Exhausto, el conquistador envía una comitiva compuesta por Ruy Díaz, Juan Tello y Alonso Martín de Don Benito a buscar un valle aparente para fundar una ciudad a la semejanza de las españolas. Una semana después el grupo regresa diciendo que habían hallado ese lugar. Estaba en los dominios de Taulichusco, el curaca de Lima, el Señor más importante de todos los valles de la región.
Cuando el extremeño llega a la zona, se maravilla. Era un vergel, miles de árboles y sembríos se abrían paso hasta donde daba la vista. Cerca de allí un río ruidoso llamado Rímac abastecía de agua a la comarca. Estaba lleno de peces y camarones. Había una gran población de agricultores, alfareros y religiosos.
Pizarro eligió la mañana del 18 de enero de 1535 como la fecha para la fundación de la que sería la capital del virreynato más rico y extenso del mundo. Aún no lo sabía, pero iba a ser el eje económico, político y cultural del país.
Según la leyenda, tomó su espalda y él mismo trazó la plaza y los solares que les corresponderían a sus soldados victoriosos. También el sitio donde estarían la casa de Gobierno, el Cabildo y la iglesia matriz o futura catedral. En el centro puso el madero o picota, donde se colocaban los avisos importantes o se ahorcaba a los delincuentes y traidores.
Desde ese momento, se convirtió en lugar de ejecuciones del Santo Oficio, plaza de toros, mercado y hasta en fuerte contra los ataques del enemigo. Allí también se celebraban las fiestas religiosas o en honor al monarca español o la llamada ‘nochebuena de la patria’.
En el centro de la plaza había una pileta de agua desde donde se abastecía la población.
Su primer nombre fue Plaza Mayor, pero en la independencia es cuando cambia a plaza de armas, pues era el centro de reunión de las tropas que se enfrentaban a los españoles o viceversa.
La primera pileta la mandó a construir el virrey Toledo, pero décadas después su sucesor, García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, la cambió por la actual en 1631.
El lugar vio a los primeros faroles de alumbrado en la ciudad, a fuego o gas, y también el primer tranvía.
La Plaza de Armas fue uno de los escenarios escogidos por el libertador José de San Martín para proclamar la independencia el 28 de julio de 1821. Fue una ceremonia pública y solemne frente a cientos de vecinos.
Ha sido testigo de revoluciones en los 200 años de república y decenas de presidentes han pisado su suelo. Cerca de allí, en el pasaje Olaya, fue fusilado el héroe José Olaya por enviar a nado información a los patriotas.
En 1991, la Unesco le otorgó el estatus de Patrimonio de la Humanidad, pues no solo tiene 500 años de historia, sino es considerada una de las plazas más bellas del mundo.
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