Gerald Oropeza, autodenominado ‘Tony Montana’, amante de los Ferrari, Porsche y Audi, de los viajes al Caribe y Europa, ha sido condenado por el Poder Judicial a seis años de prisión por el delito de conspiración para el narcotráfico. Una sentencia a la que, sin embargo, el Ministerio Público apelará. (1)
Desde el 2015, año en que Gerald Oropeza fue capturado en Salinas (Ecuador), su vida ha pasado de las grandes celebraciones -con exuberantes mujeres, finos tragos y animado por artistas de fama internacional- a tener que obedecer las órdenes de los agentes del INPE en distintas prisiones del Perú.
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Hoy los días de Gerald Oropeza transcurren en las frías instalaciones del penal de Yanamayo, en Puno, a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, con escaso oxígeno, bajas temperaturas, un frío que doblega hasta al más recio.
El frío no es un clima que guste mucho a Gerald Oropeza, acostumbrado en sus años de esplendor a vacacionar en las playas más paradisiacas del caribe.
Su estilo de vida, propia de un hombre acaudalado, terminó el 1 de abril de 2015 cuando su camioneta Porsche Cayenne fue atacada a balazos y con granadas de guerra.
Aquel atentado fue el primer rastro que los sabuesos de la Policía Nacional del Perú comenzaron a seguir para descubrir una red criminal que operaba en el Callao.
Antes de que sucediera aquel ataque, la vida de Gerald Américo Oropeza López era visto como la de cualquier empresario exitoso. Entonces, a sus 32 años, administraba el negocio que su padre le había heredado, después de morir acribillado. (2)
SERGERO SAC era la compañía de limpieza que ‘Tony Montana’, apodado así por la mafia italiana, lideraba.
Esta empresa había amasado su fortuna gracias a sospechosos contratos con el Estado, según diversas investigaciones periodísticas. Tenía jugosos contratos con, por ejemplo, la Contraloría de la República y el Ministerio Público.
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Los lujos que Gerald Oropeza se daba antes de saltar al ojo público eran los mismos que se daba el capo colombiano Pablo Escobar: coleccionar autos de lujo. Tenía un Seat León, un Audi TT, un Porsche 911, un Ferrari F12 Berlinetta, un Audi R8. Y, claro está, el delator Porsche Cayenne blanco. Un millón de dólares solo en sus ‘naves’.
Al igual que ‘El patrón del mal’, amaba la velocidad, los fierros. Existen registros de sus participaciones en concursos de piques. La única vez que ganó una competencia fue cuando su rival tuvo una falsa partida, en 2013.
Otros de sus pasatiempos favoritos era organizar fiestas. Y no simples fiestas. Había tres requisitos indispensables para sus celebraciones: Mujeres exuberantes, tragos costosos y grupos urbanos de moda.
Los hacía en sus mansiones. Entre las que estaba una en La Planicie y otra en Pachacamac.
En esas fiestas, Gerald Oropeza daba cuenta de su gran poder. Revolver en mano perreaba sin desfachatez. Hay testimonios de ello.
Así lo cuenta un integrante del grupo de reggaetón Trébol Clan: “Cuando sacó el arma, ahí sí se puso un poquito mala la cosa. Yo seguí mi espectáculo como los demás. No sabíamos que había pistolas, eso nos sorprendió”.
Otros de sus hobbies era viajar. Su registro migratorio entre 2013 y 2015 reveló que entraba y salía del país constantemente. Sus destinos favoritos eran México, Cuba, República Dominicana, Estados Unidos, Colombia, Argentina, Panamá, El Salvador, Chile, Italia y España.
Fue al retorno de sus vacaciones en Cancún, cuando iba del aeropuerto a su domicilio, mientras atravesaba el distrito de San Miguel, en la avenida Insurgentes, su Porsche Cayenne blanco, de placa D7Q-298, fue atacado.
El vehículo recibió más de 40 disparos de fusiles AKM y dos granadas de guerra.
Los ocupantes de la camioneta -Gerald Oropeza, Olenka Cuba (hoy esposa del cumbiambero Leonard León), Luis Acuña, Carlos Sulca Cruz y Juan Fidel Berríos- pudieron escapar del lugar.
Pero en esa fuga por salvar sus vidas, dejaron sus celulares y documentos con información que luego serviría a la policía para seguirle el rastro a una organización criminal que operaba en el primer puerto del Perú.
Cuando la policía llegó a la escena del crimen aquel 1 de abril de 2015, no solo encontraron pólvora, casquillos de balas y esquirlas de granada, sino halló en la gaveta de la camioneta el celular de Gerald Oropeza. Objeto elemental para la investigación que sucedería días después y terminaría con su captura.
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En el smartphone existían fotos, videos, audios y chats que hicieron levantar la ceja a los sabuesos de la PNP.
Una conversación puntual destapó la olla de grillos. La de Gerald Oropeza con el capo de la camorra napolitana Salvatore Zazo, alias ‘Zazá’. En ella, ambos personajes negociaban sobre envíos de mercadería de Perú a Italia.
En uno de los audios recuperados por la policía se oye decir a ‘Zazá’: “Grande uomo, grande capo. Gerald, hermano”. Y el mismo Oropeza se presentaba como ‘Tony Montana’, el narco más famoso de Hollywood.
La tesis del Ministerio Público señaló entonces que el atentado al Porsche Cayenne había sido producto de una represalia por parte de una organización criminal liderado por Gerson Gálvez Calle, alias ‘Caracol’, quien reclamaba la exclusividad del dominio del puerto del Callao.
Sin embargo, el mismo Oropeza ha manifestado -en una entrevista concedida a Día D el fin de semana último- que el ataque a su camioneta se debió a un lío de faldas, pues la mujer con quien había vacacionado en Cancún era del interés de ‘un enfermo enamorado’.
Para el Ministerio Público la fortuna de Gerald Oropeza no vendría de su empresa de limpieza SERGERO SAC, sino de sus presuntas actividades vinculadas al narcotráfico.
Según los fiscales, la organización que lideraba el ‘Tony Montana’ peruano se encargaba de ‘preñar’ con droga containers del primer puerto y tenían como destino Europa.
Esta actividad habría sido mal vista por ‘Caracol’, quien envió a liquidar a Oropeza y allegados.
Al verse descubierto por las autoridades del orden, Gerald Oropeza desapareció por meses del mapa. Se convirtió en uno de los hombres más buscados del Perú.
Con la policía respirándole en la nuca, huyó al exclusivo balneario de Salinas, Ecuador, donde finalmente fue capturado en setiembre del 2015. El mismo ministro del Interior coordinó su traslado. (3)
Desde entonces, el ‘Tony Montana’ peruano ha pasado sus días en Challapalca, Tacna, y actualmente en Yanamayo, Puno, penales de alta seguridad.
En 2017, sus propiedades y autos fueron subastados. Y en 2020 fue sentenciado a 8 años de prisión por el delito de conspiración para el narcotráfico. Sin embargo, esta condena fue anulada por la Segunda Sala Penal de Apelaciones.
En su argumentación, la Segunda Sala de Apelaciones consideró que las comunicaciones de Oropeza sobre las cuales se fundamentó la acusación del Ministerio Público constituyen “prueba ilícita”. Todo volvió a foja cero y se inició un nuevo juicio oral.
Hace una semana, el Poder Judicial dictó seis años de prisión contra Gerald Oropeza por el delito de conspiración para el narcotráfico, los que ya habría cumplido mientras se realizaba la investigación.
Sin embargo, continuará en Yanamayo seis meses más, pues viene acatando prisión preventiva por otro delito que se le investiga: Lavado de activos en la modalidad de narcotráfico y defraudación de impuestos.
Desde Puno, el ‘Tony Montana’ ha dicho: “Nunca me prueban nada que tenga que ver con drogas. No hay testigos”.
(1) La sala solo leyó la parte resolutiva de la sentencia. El texto completo será dado a conocer este jueves a las 4 de la tarde.
(2) El padre de Gerald Oropeza fue un importante dirigente aprista en San Juan de Lurigancho. Fue asesinado en extrañas circunstancias a escasos metros de su casa. A su velorio asistió el mismo Alan García.
(3) En su captura participó el Grupo Especial Móvil Antinarcóticos (GEMA) de Ecuador y oficiales de la DIRINCRI de Perú.
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