El departamento de Áncash es mucho más que una hermosa cordillera, es un lugar único e incomparable. Es una aventura constante, donde te cruzas con paisajes increíbles y lugares inolvidables: El Mirador de Portachuelo de Llanganuco es uno de ellos. Ubicado en el corazón del Parque Nacional Huascarán a casi 4800 metros sobre el nivel del mar, ofrece al turista una vista privilegia de los andes peruanos.
Como fotógrafo profesional, he tenido la oportunidad de estar comisionado a diferentes lugares de Perú y el extranjero para el diario Trome. Sin embargo, en esta oportunidad, daré a conocer mi experiencia visitando El Mirador de Portachuelo de Llanganuco. Partimos desde Huaraz en un vehículo, que nos trasladó hasta Yungay; una vez ahí, otro transporte nos llevó hasta la quebrada de Llanganuco. Durante nuestro recorrido pudimos conocer las lagunas Chinancocha y Orconcocha (Laguna hembra y macho), que eran unas verdaderas obras de arte de la naturaleza para nuestra vista. Desde ese mismo instante, la adrenalina se apoderó de nuestro espíritu: empezamos a ascender por una sorprendente e interminable carretera en zigzag hasta llegar a la cima del Paso Portachuelo.
Desde este mirador se puede apreciar en toda su magnitud los nevados: Huascarán (picos norte y sur), Chopicalqui, Pisco, Chacraraju, Yanapaccha, Huandoy; así como la quebrada de Llanganuco con sus imponentes lagos turquesas de fondo. En este punto hicimos una corta caminata y sorteamos el implacable frio, con el fin de conseguir los mejores ángulos fotográficos. ¡Y vaya que valió la pena!
Esta ruta se hace en un día. Se puede llegar en carro, en bicicleta de montaña y caminando. Cuenta con una carretera en buen estado y un sendero bien definido para evitar las múltiples curvas. Los guías turísticos recomiendan a los excursionistas hacer esta caminata para aclimatarse y poder escalar los nevados. De regreso a Yungay y satisfechos por la ruta cubierta, recuperamos fuerzas con una rica Yunca de gallina (sopa) y un delicioso picante de cuy, acompañado de la chicha de jora.
Sin duda, ser peruano, es ser afortunado de tener todas estas bellezas naturales en nuestro país. Visitar y volver siempre a Áncash es una tarea obligada, más ahora que ya se aperturaron los vuelos de Lima a Anta (Carhuaz). Aproveche los meses de julio, agosto y setiembre que el cielo andino está despejado y con buen clima.