Aunque ambos le deben su fama a la condición de conquistadores de mujeres, debemos precisar algo.
Don Juan Tenorio es un personaje de ficción, mientras que Giacomo Casanova fue real. Un hombre de carne y hueso que hizo de su nombre sinónimo de seducción en la Venecia del siglo XVIII.
Nació el 2 de abril de 1725 en Italia y falleció un día como hoy, 4 de junio, en 1798, hace 226 años.
Eclesiástico, escritor, soldado, espía, diplomático, ingeniero, violinista, filólogo, matemático, químico y geógrafo, pero quizá lo que más resalta en su historia son sus dotes de enamorador.
Sus innumerables conquistas femeninas iban desde aristócratas hasta monjas.
Don Juan es el personaje más universal del teatro español. Fue creado por Tirso de Molina en el ‘Burlador de Sevilla’ y retomado por otros autores.
Para Don Juan la conquista es un reto. Una vez que consigue a la mujer que quiere, deja de interesarle y la abandona.
Luego hace alarde de su condición de ‘macho’. Don Juan es un machista y acomplejado que necesita demostrar al mundo que puede humillar a una mujer mediante su conquista y abandono.
Para Casanova no se trataba de amor, sino de sensualidad. A él realmente le gustaban las mujeres, las escuchaba, ayudaba, resolvía sus problemas, las respetaba profundamente, pero evitaba a toda costa los apegos.
Casanova nunca hablaba de sus propias conquistas y no fue sino hasta su vejez que, por prescripción médica, escribió su libro ‘Historia de mi vida’, donde afirma haber seducido a 122 mujeres.
Algunos historiadores creen que hacia los 46 años ya eran 132. Fue publicado 25 años después de su muerte en doce volúmenes.
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