Santiago Gary Valencia es un joven mototaxista de 19 años, que pasa sus días trabajando y viendo el río en busca de animales que por infortunio del destino caen en las bravas agua. Él no duda en arriesgas su vida y salvar, no uno, sino varias mascotas.
Santiago se crió en las orillas del río Rímac, siempre carga una cámara de llanta parchada. Incluso un mal movimiento puede hacerlo morir, ya que el caudal de esas aguas en estas temporadas está por encima de los 500 mililitros por metro cuadrado, pero esto no es impedimento para salvar al ser que esté intentando salir del ‘hablador’.
Santiago prefiere morir salvando la vida de un animal que morir sin ningún propósito. “Yo sé que la gente va ver esto… Solo un menaje, ¡No haga esto. Está arrojando una vida al río ¿Por ser animal, no es un ser vivo? ¡Es un ser vivo, amigo!”, dijo el ‘ángel de los perros’.
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Pero no solo los saca del agua, Santiago también los lleva a un veterinario para que pueda determinar si el animal se encuentra bien o sufrió algún daño. En esta ocasión el can estaba sanito, pero no todo es perfecto. Él trabaja como mototaxista porque no puede costearse un estudio superior, y su gran deseo es ser policía, para servir y ayudar.
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