Cuando se recibe el Año Nuevo muchas personas comen las famosas 12 uvas que simbolizan deseos para que desde el primer día del nuevo año que llega sea mucho mejor, pero ¿de dónde proviene esta tradición? Esta creencia llegó a América Latina desde España y existen varias teorías.
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La primera se remonta a 1888 cuando la clase burguesa española imitaba a la francesa, y algo que siempre hacían en la noche del 31 del diciembre es que se comían uvas y tomaban bastante vino para celebrar el Año Nuevo.
Los madrileños adoptaron esa costumbre y cuando iban a la Puerta del Sol para escuchar las campanadas de medianoche, comían las uvas al ritmo de cada sonido.
La segunda teoría es que los dueños de un viñedo en Alicante quisieron incrementar sus ventas y se les ocurrió crear una campaña con las uvas indicando que era un símbolo de buena suerte.
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Justo el 31 de diciembre vendieron el paquete de 12 uvas para que las personas se las pudieran comer en la cena de Año Nuevo.
Aunque no ha quedado claro cuál es la verdadera historia, todos los fines de año en la mayoría de casas de América Latina se comen las uvas.
Según la tradición, en una mesa se colocan 12 uvas para que cada persona puede comerse cada una con el sonido de las 12 campanadas. S
Las 12 uvas representan los meses que tiene un año y, según la leyenda, aquellos que logren terminar las uvas en el primer minuto del año tendrán buena suerte y se cumplirán todos sus propósitos.
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