Más de una vez los animales nos han demostrado ser más sensibles y amigables que los seres humanos. Y este es el caso de este enorme oso polar que, lejos de atemorizar al perro de trineo que tiene al lado, lo acaricia tiernamente en la cabeza.
El perrito estaba descansando atado a su trineo después de un agotador viaje cuando recibe la visita del oso blanco que al parecer lo acorrala para intimidarlo. Sin embargo, en vez de atacarlo, lo acaricia con su pata con mucha delicadeza.
Y aunque al final casi se enredan por la cuerda del perro, ninguno de los dos se muestra agresivo.
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