La madrugada del pasado viernes, un adolescente se encontraba jugando fútbol junto a sus amigos y, luego de que la pelota cayera en un cementerio, decidió ingresar al sitio para buscarla; sin embargo, no se le volvió a ver y ahora es buscado por la policía.
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El incidente se produjo en el cementerio de Eugenio Bustos, ubicado en Mendoza, Argentina. Los testigos afirmaron que el chico, al saltar la pared para buscar la pelota, dio una serie de gritos, y fue allí que desapareció sin dejar rastro, informó el medio Todo Noticias.
Las autoridades dieron a conocer que fue un amigo del menor, conocido como “Chuqui”, quien se puso en contacto con la policía. Según su testimonio, el adolescente pegó muy fuerte la pelota, provocando que esta termine en el mencionado lugar. Por ello, se ofreció buscarla saltando un metro de dos muros; no obstante, no se supo más de él.
Luego de esperar por varias horas, se hizo la denuncia ante las autoridades. Por su parte, representantes del cementerio aseguraron que, en el momento en que se produjo el hecho, no había vigilante que pudiera haber atentado contra el menor. Tras un rastrillaje en la zona, los efectivos no lograron dar con el paradero de “Chuqui”.
Cabe agregar que, aunque la Fiscalía de la ciudad dispuso que se abra una investigación para ubicar al joven, algunos medios locales señalan que la denuncia podría tratarse de una broma de mal gusto.
Cadena 3 indica que el Ministerio de Seguridad baraja la posibilidad de que se trate de un hecho inventado, pues ya pasaron varios días desde el incidente y “nadie de la familia del menor se acercó a una comisaría u oficina fiscal” para reportar la desaparición.
Semanas atrás, se dio a conocer otro caso igual de extraño: una cámara de seguridad registró el momento en que un vigilante del Sanatorio Finochietto, hospital ubicado en Buenos Aires, recibe a un supuesto paciente “fantasma”.
Las imágenes, ampliamente difundidas en redes sociales, muestran que el trabajador estaba sentado en un escritorio de madrugada cuando las puertas se abrieron automáticamente. Tras ello, se puso de pie y anotó el nombre del “visitante”.
Luego, se observa que el miembro de seguridad le ofrece una silla de ruedas, pero la persona con quien “conversa” se niega.
Luego de un buen rato, el vigilante decide consultarle a los médicos sobre el paciente, quien había llegado al sitio “para recoger algunas pertenencias”; sin embargo, ellos le dijeron que durante ese todo ese rato no atendieron a nadie.
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