Cuatro estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú han construido gran parte de su campus en Minecraft. Tratando de hacerlo lo más verídico posible, utilizan una escala real dentro del mundo virtual. A través del servidor conocido como Pukecraft, estos jóvenes combinan su hobbie y el cariño hacia su institución.
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Los encargados de dicha hazaña son Cristhian Cahui, de Ingeniería Industrial y Diego Criollo, de Ingeniería Mecatrónica. Además, también los acompañan Gerardo Donaire y Paulo Silvera, ambos de Comunicación Audiovisual.
CÓMO COMENZARON
Desde el 2019 se les ocurrió la idea de replicar el campus de la PUCP dentro del mundo virtual de Minecraft. Con ese objetivo, decidieron crearon un servidor multijugador. Si bien tuvieron complicaciones al inicio, fue en la pandemia cuando este proyecto alzó vuelo.
“A inicios del segundo ciclo de 2019 nos planteamos lograr trasladar la Universidad a Minecraft. Había varias instituciones que ya estaban haciendo su campus en este espacio. Ahí tuvimos la idea de publicar una convocatoria en Facebook para llamar gente. A mediados de ese semestre, ya se había construido Estudios Generales Ciencias”, relata Gerardo Donaire.
PROCESO DE CONSTRUCCIÓN
Para poder imitar cada una de las estructuras, utilizan fotos de ellas y herramientas digitales. Con estos implementos ya listos, proceden a la construcción de las fachadas. Colocan las columnas, puertas, ventanas y demás implementos que se necesiten. Este proceso puede tomar entre uno y tres días. Y para los interiores, de 10 días a más.
Si bien algunas estructuras eran fáciles, se complicaba cuando había diagonales o desniveles. Esto generaba un problema, ya que el juego se basa en poner cubos de diversos tipos. Eso es lo que los mantiene hasta ahora en un 60% de construcción.
NOSTALGIA UNIVERSITARIA
“Cuando llegó la pandemia, el proyecto tomó un fuerte impulso. Nos dimos cuenta de que era el único medio a nivel virtual en el que distintos estudiantes podrían conocer la Universidad. Esto dejó de ser algo que hacíamos por hobbie y pasó a volverse algo más personal”, explica Gerardo.
Pues, después de casi dos años de no poder ingresar al campus, cada que ingresan sienten nostalgia. Recuerdan los momentos que pasaron dentro de la universidad y precisamente eso quieren replicar a sus demás compañeros.