¿Bolivia a punto de convertirse en un narcoestado a manos del peligroso Cartel de Santa Blanca y su mesiánico (pero despiadado) líder, El Sueño? Esa es la trama bajo la que se desarrolla el videojuego Ghost Recon: Wildlands, donde Ubisoft apuesta nuevamente por un enfoque de mundo abierto para narrar esta nueva historia del imaginario de Tom Clancy para PlayStation 4, Xbox One y PC.
En Ghost Recon: Wildlands controlaremos a un comando élite compuesto por cuatro integrantes de la DEA a través de las espesas selvas bolivianas con la misión de desestabilizar y erradicar el narcoimperio de El Sueño, eliminando paso a paso a las cabezas de su organización encargadas de la seguridad, contrabando, producción e influencia del Cartel de Santa Blanca.
Después pasar unos minutos personalizando la apariencia de nuestro comando élite a través de un muy nutrido editor de personaje, Ghost Recon: Wildlands nos muestra uno de sus principales atractivos: la de desplazarse bordo de un vehículo terrestre (y en algunas ocasiones aéreo) y viajar sin limitaciones a cualquier punto de las más de 20 zonas en las que se divide su extenso mapa.
Cabe precisar que cada una de estas "provincias" tiene un nivel de dificultad diferente, por lo que, al principio, se recomienda evitar las que representen un mayor desafío y centrarse en las más asequibles, para ir poco a poco ganando más experiencia acostumbrándonos al modo de juego de Ghost Recon: Wildlands completando las misiones principales y las secundarias.
Sobre el modo de juego, Ghost Recon: Wildlands nos presenta las alternativas de jugar en solitario o de forma cooperativa, sin embargo, este último modo es el más recomendable ya que la limitada IA aliada desaparece por completo y aparecen otros jugadores online en su lugar, quienes te ayudarán (o dificultarán, según su nivel de habilidad) completar tu objetivo.
Sin duda el modo cooperativo es uno de los aspectos más divertidos de Ghost Recon: Wildlands ya que con otros usuarios la cosa se vuelve realmente divertida y abierta, ya que lo impredecible de la mente humana convierte en un verdadero desafío los tipos de misiones como transporte de vehículos, escolta, asalto, protección de una zona concreta, sigilo, etc.
Sin embargo, tras unas cuantas horas de juego empezaremos a sentir que el juego se vuelve algo monótono pese a contar con compañía humana (ya sea en tu partida o a la que te hayas integrado) si decides completar las misiones del modo campaña, o si eres de a los que les gusta completar al 100% sus juegos, las secundarias que llegan a repetirse en determinado punto.
Otro aspecto que le juega en contra a Ghost Recon: Wildlands es precisamente uno de sus atributos más publicitados: el tamaño del mapa, ya que con los excesivos paseos de un punto a otro para cumplir cada una de las misiones unido al tiempo que tarda en cargar el juego, puede llegar a desanimar hasta el más entusiasta de los gamers.
En el apartado gráfico, Ubisoft demuestra una vez más su experiencia a la hora de recrear ricos entornos de mundo abierto como esta Bolivia alternativa, en la que destaca su amplia diversidad de paisajes del país altiplánico. Sin embargo, el diseño de personajes secundarios y enemigos –que se repiten en demasía– deja un poco que desear.
En resumen, si bien Ghost Recon: Wildlands puede tornarse repetitivo, su historia es muy linear (el completar las misiones secundarias no altera para nada la trama) y su extenso mapa que a veces puede llegar a jugarle en contra, este titulo es es capaz de proveer satisfactorios momentos de diversión si decides disfrutarlo en modo cooperativo.
* Gracias a Solutions2Go, representante oficial de PlayStation en Latinoamérica, por facilitarnos una copia de Ghost Recon: Wildlands para el análisis respectivo del juego.
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