Hace unos días se lanzó la nueva expansión de Assassin’s Creed Valhalla. ‘Dawn of Ragnarok’ viene a mostrarnos un nuevo ángulo de la historia de Eivor en la vida nórdica de hace más de un siglo. Y no solo eso, sino que explora más allá gran parte de la mitología, planteando un interesante cierre a la trama del juego.
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Ubisoft nos trae una nueva historia que modifica ligeramente el gameplay al juego base. La llegada del Ragnarok nos trae nueva habilidades y ejecución en una expansión que parece un título en solitario.
Lo primero que debemos mencionar sobre Assassin’s Creed Valhalla: Dawn of Ragnarok es su historia. En esta expansión cambiamos de ser un vikingo llamado Eivor a ser el mismísimo Odín.
En la piel del dios y siendo guiados por Frigg, debemos adentrarnos en Muspelheim para rescatar a Baldur, nuestro hijo. Sin embargo, no será tan fácil, ya que sucederán diversos eventos desafortunados.
Si bien existe ciertas omisiones en la historia mitológica, Ubisoft nos da a un Odin más humano y con varias dudas. Incluso, replantea su papel como dios y padre a lo largo del juego.
Vale recalcar que la historia de Odin se desarrolla en un mapa equivalente a un tercio del juego base. Pero aún así, se pueden explorar diversos aspectos de la trama con elementos de Jotunheim, Asgard y Muspelheim.
Al igual que en el juego principal, vas a pasar mucho tiempo corriendo o en una montura para trasladarte de un lado al otro. Sin embargo, eso te permite explorar diversos lugares y los paisajes.
Así también, como se ha venido repitiendo en las últimas ediciones, el factor de sigilo queda de lado en muchas oportunidades. Además, nos saturan la pantalla con diversos avisos y puntos intrusivos.
Un cambio relevante en esta expansión es que pasamos de una jugabilidad realista a tener poderes de un dios. Esto debido a que enfrentamos todo tipo de criaturas mitológicas, ya no solo personas.
Si has jugado la campaña principal y eres fanático de ella, no debes perderte esta nueva expansión. Le da un cambio interesante al gameplay en la franquicia, dejando de lado los asesinos y centrándose en los dioses.
Con nuevas herramientas y enfrentamientos, este es un gran cierre para la historia de Eivor y el mundo de los vikingos.
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