Los besos son uno de los placeres de la vida más dulces, en la que podemos expresar amor y afecto, pero también tienen grandes beneficios que traspasan el ámbito emocional con mucho efectos maravillosos para nuestra salud, tanto como psíquica como física. Mucho se habla y se escribe sobre los besos, incluso se han realizado diversos estudios e investigaciones en la que se dicen que ayuda a reducir la presión arterial, evita los calambre, entre otros.
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Con la llegada de un nuevo amor aparece el efecto de la dopamina en la vía de recompensa de tu cerebro. Esta hormona se libera cuando haces algo que te hace sentir bien, como besar y pasar tiempo con alguien que te atrae.
Los besos de tu familia y amigos tienen grandes cantidades de beneficios mentales y físicos que hacen que valga la pena dar uno o recibirlo. Para empezar, los besos hacen que tu cerebro libere un cóctel de sustancias químicas que te hacen sentir increíblemente bien al encender los centros de placer del cerebro. Estas sustancias químicas incluyen oxitocina, dopamina y serotonina, que pueden hacer que te sientas eufórico y fomentar sentimientos de afecto y vinculación. También reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Un beso profundo puede darle forma al cuello y a la línea de la mandíbula, los cuales a menudo son zonas problemáticas para aquellos que les preocupa verse más viejos. La boca tiene muchos músculos faciales y cuando estos intervienen para dar un beso, puedes tensarlos y tonificarlos.
La oxitocina es una sustancia química vinculada a la afinidad de las parejas. La descarga de oxitocina liberada cuando te besas con alguien causa sentimientos de afecto y apego hacia esa persona. Así, besar a nuestra pareja puede mejorar la satisfacción de la relación y puede ser especialmente importante en las relaciones a largo plazo.
Los besos pueden ser una excelente forma para comprobar la compatibilidad de un posible compañero sexual antes de involucrarte emocionalmente.
Además de aumentar la hormonas, los besos pueden reducir los niveles de cortisol, lo que podría mejorar nuestra autoestima. Un equipo de investigadores en un estudio de 2016 descubrió que los participantes que no estaban contentos con su apariencia física tenían niveles más altos de cortisol.
En un estudio que publicó la revista Western Journal of Communication en el 2009 se encontró que las parejas que aumentaron la frecuencia de los besos románticos experimentaron una mejora en el colesterol total. Como ya sabemos, mantener el colesterol bajo control reduce el riesgo de varias enfermedades, incluidas enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Los besos también disminuyen los niveles de cortisol y el estrés. Los besos y otras comunicaciones afectivas, como abrazar y decir “te amo” o “te quiero”, tienes un gran impacto en los procesos fisiológicos relacionados con el control del estrés.
El neuropéptido oxitocina (hormona del amor y la felicidad) disminuye la ansiedad y aumenta la relajación y el bienestar.
Besarse no solo pone en funcionamiento nuestras emociones, sino que además nos permite ejercitarnos a nivel físico. Besar apasionadamente consigue acelerar tu latido de una manera sana que ayuda a bajar la presión arterial. Además, besar dilata los vasos sanguíneos, lo cual facilita que llegue a todos sus órganos vitales.
La dilatación de los vasos sanguíneos causada por una buena sesión de besos puede ayudar a aliviar el dolor. Si nos besen estando en medio de esos días tan nefastos del mes realmente puede valer mucho la pena.
Los besos estimulan las glándulas salivales, lo que aumenta la producción de saliva. La saliva lubrica la boca, ayuda a tragar y evitar que los restos de comida se peguen a los dientes, lo que puede conducir a la prevención de caries.
Besar es estupendo si tienes un dolor de cabeza o dolores menstruales, pues la dilatación de los vasos sanguíneos causada por una buena sesión de besos puede ayudar a aliviar el dolor.
Una sesión de besos vigorosa puede quemar 8 a 16 calorías por beso. Pero para quemar esas calorías es necesario tener un beso apasionado.
Intercambiar saliva puede aumentar nuestra inmunidad al exponernos a nuevos gérmenes que fortalezcan el sistema inmunológico. Un estudio de 2014 publicado en la revista Microbiome descubrió que las parejas que se besan con frecuencia comparten la misma microbiota en la saliva y en la lengua.
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