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Yovana Francisco: “Hemos aprendido a crear un negocio que nos permita apoyar a nuestra olla común”

En el momento más difícil de la pandemia, la olla común “Dios es amor” surgió con el propósito de alimentar a 120 personas. Con esfuerzo, sus lideresas hoy impulsan un pequeño negocio que promete ser el soporte de su olla común.

Lhistoria de Yovana Francisco, huaralina de 49 años y líder de la olla común “Dios es amor”, ubicada en el distrito de Santa Rosa (Lima), es un ejemplo de respuesta ante las dificultades. En plena pandemia se quedó sin chamba, pero jamás tiró la toalla: tomó las riendas de su hogar y buscó la salida para que no les faltara comida a sus dos hijos y a su esposo, quien vive con una discapacidad.

Con ese carácter fuerte y osado que la caracteriza, alentó a las vecinas de su barrio para hacer una olla común. En un terrenito donado por un vecino, con ollas prestadas, una cocina a leña, mucha dedicación y un profundo cariño por la comunidad, empezó a funcionar la olla común “Dios es amor”.

Y desde ese momento, no ha cesado el trabajo de las madres para alimentar a 120 personas diariamente. Los ancianos y pequeños que forman parte de la asociación son su más grande motivación. Por ellos y sus familias, dan todo de sí mismas en cada capacitación del programa Ollas que Desarrollan, iniciativa de Alicorp que apoya el fortalecimiento de las ollas comunes.

Ayudando a las emprendedoras

Ellas reconocen que en las charlas y mentorías del programa han aprendido a idear un negocio con el que pueden aprovechar los insumos y herramientas que tienen en su olla común. Así, decidieron aventurarse con la venta de mermeladas artesanales: dulces que preparan en su cocina en los ratos libres. “Estamos capacitadas para construir nuestro negocio. Las clases han cambiado nuestra forma de ser y nos han ayudado a desenvolvernos mejor. Ahora sabemos cómo sacar presupuestos y conocemos los riesgos que hay en los negocios”, señala Yovana.

Muchas veces el día puede ser agotador, pero las madres nunca dudan en tomarse un tiempo para su emprendimiento. “Estamos probando con fresa y aguaymanto, pero planeamos usar mango, membrillo, melocotón e higo para nuestras mermeladas”, expresa Yovana.

El pequeño negocio que aún está saliendo del cascarón, próximamente será una fuente de ingresos para su olla común y, por ende, ayudará a continuar alimentando a más peruanos del norte de Lima.

“Las capacitaciones de Ollas que Desarrollan han sido muy útiles. Estamos preparándonos para obtener el capital semilla que brinda el programa y poder sacar adelante el emprendimiento. Ahora siento que podemos lograr todo lo que deseamos, porque todo esposible con esfuerzo”.


Yovana Francisco, presidenta de la olla común “Dios es amor"

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