Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un arroz con mariscos acompañado de sarsa criolla y ajicito molido. Para tomar pidió una jarrita de limonada frozen para bajar el calor. “María, el Perú asiste perplejo a un profundo deterioro de la sociedad en general, con la pérdida de valores y el poco respeto a las normas.

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Ahora es normal que los choferes se pasen la luz roja o que el vecino robe cable. O que los menores no respeten a los adultos y hasta los insulten, como he visto en mi barrio. Cuando yo era chiquito, el Policía era uno de los miembros más respetados de la comunidad y se le tenía como una persona honesta y de altos valores.

Ahora vemos cómo los agentes son prepotentes, malcriados y hasta piden coimas como si fueran los delincuentes que deben perseguir. ¿Cómo hemos llegado a esto? ¿Será consecuencia de la desintegración de la familia? ¿La educación que reciben en el colegio ha provocado esto? Son muchas respuestas, pero la mía es que la educación en valores, creencias y tradiciones debe regresar a los padres y no debe intervenir para nada el Estado, vía el colegio.

Los padres antes ponían disciplina y eran ejemplo para sus hijos. El que se torcía en la vida era castigado. Veo también mucha sobreprotección, lo que no ayuda a los menores, que creen que toda la vida tendrán a su madre para defenderlos y crecen así, como si el mundo tuviera que rendirle tributos.

Pero desde las altas esferas de la política y las instituciones también dan un mal ejemplo. ¿Qué pueden pensar los demás, los ciudadanos de a pie, si nuestros congresistas son ‘comepollos’, ‘mochasueldos’, violadores y lobistas? Y, lo peor, que no les pasa nada. Hasta los jueces y fiscales, que deben repartir una recta justicia, son corruptos y reciben ‘aceitadas’ para liberar hampones.

  • Sé un ejemplo para tus hijos. Enséñales a respetar las normas. No arrojes basura a la calle, no agredas a la gente, ni te pases la luz roja si tienes carro.
  • Si conduces no tomes licor. Paga tus impuestos, pues es una obligación para que el Estado haga obras.
  • Castiga las malas acciones, no apañes a tus hijos. Si lo haces, siempre pensarán que tienen derecho a hacer lo que quieren.
  • Haz deporte con tus hijos o fomenta que ellos lo hagan. El deporte aleja de los vicios. Dales otros pasatiempos útiles para que no piensen en cosas malas.
  • Debes imponer reglas en casa que tienen que acatarse. Hora de regreso al hogar, limpiar sus cuartos y saludar al llegar. Que tus hijos se ganen todo lo que piden”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.

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