Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un adobo de chancho con lentejita y ensalada de lechuga. Para tomar pidió una jarrita de emoliente tibiecito. “María, el gobierno dice que tiene como prioridad la lucha contra el hampa organizada y hasta ha declarado en emergencia los distritos de San Martin de Porres y San Juan de Lurigancho, así como siete de la ciudad de Sullana, ante el incremento de los robos, extorsiones, asaltos y sicariato. Sin embargo, poco se puede hacer si no se apoya a la Policía Nacional en este afán. No puede ser posible que una gran cantidad de patrulleros esté en calidad de chatarra o malogrados en los talleres.
Según el mismo comandante general de la PNP, general Jorge Angulo, existe desabastecimiento de patrulleros, pues el 50 % está en mal estado. “En mi carrera profesional de 37 años no he visto desabastecimiento de patrulleros como ahora”, reveló. En ese sentido, pidió declarar urgentemente en emergencia la institución que encabeza a fin de hacer las compras directamente. Y reconoció que faltan de 40 mil a 50 mil policías para enfrentar la inseguridad ciudadana, lo que calificó como ‘serias limitaciones’. El caso más grave es el de Sullana, que a pesar de ser capital de provincia y con una población de 300 mil habitantes, solo tiene ¡tres patrulleros! Eso solo pasa en el Perú. ¿Así se quiere combatir de verdad a la delincuencia o es un chiste?
El Gobierno debe abastecer a la Policía
El Gobierno debe actuar de imediato y comprar patrulleros, motos, armamento, equipos de comunicaciones, refaccionar las comisarías y dotarlas de internet y toda la logística necesaria para enfrentarse a las organizaciones criminales, que pueden comprar en el mercado negro armamento moderno y de mayor alcance. No solo eso, hace falta capacitar en técnicas de investigación e intervención a nuestros agentes, pues no están recibiendo una adecuada preparación en la actualidad. ¡Estamos en guerra contra los delincuentes más sanguinarios!
Es la misma situación de los años 80 y 90 en que Sendero Luminoso y el MRTA nos tenían en vilo y la sociedad en general tuvo que unirse para derrotarlos. Ya casi nadie tiene tranquilidad en el país, menos los pobres. Porque la gente que tiene dinero contrata guardaespaldas y se compra carros blindados para no sufrir asaltos, o se van a Miami a vivir. Pero la gente necesitada tiene que persignarse antes de salir de casa, pues ahora te matan por un celular ‘chanchito’ de 100 soles. O te extorsionan por tu tienda de abarrotes o a los modestos choferes de mototaxi. ¡Ya basta! Esa debe ser la consigna de todos. ¡Ya basta de pasividad, basta de mano blanda y de pensar tanto en los derechos humanos de los criminales, olvidando los derechos humanos de las víctimas!”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.