Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por una tortilla de raya con arrocito blanco, chifles y salsa criolla. “María, lamentable el nuevo accidente de carretera en Ayacucho, con un saldo de 16 muertos, entre ellos el excontralor de la república y excongresista Edgar Alarcón. Por causas que se desconocen, el bus de la empresa Civa volcó en la pista y terminó con las llantas hacia arriba luego de partir de Lima. Según la Policía, solo en este año hubo 700 accidentes que dejaron 115 muertos y 900 heridos. Las causas son diversas: desde el pésimo mantenimiento de las pistas, falta de señalización, transporte informal y choferes con poca experiencia o explotados. Mientras todo esto pasa, todos los poderes del Estado están enfrascados en batallas personales por más poder o mantener sus privilegios. Así, más seguro es viajar en avión que en bus o auto.
En lugar de gastar el dinero en cosas inútiles, como pagar asesorías o aumentarles el sueldo a los parlamentarios y sus empleados, hay que invertir en infraestructura vial. Y, por supuesto, castigar a las empresas que no respeten las normas. De la misma manera, chofer que maneje ebrio, que tenga papeletas por faltas graves o sin brevete, debe ser considerado asesino. En sus manos están las vidas de decenas de pasajeros. En otros países, los buses solo salen de terminales municipales. Allí revisan los carros, supervisan a los choferes y certifican número de pasajeros. Nada se les escapa. Acá salen de donde quieren y recogen usuarios en paraderos informales.
- Solo usa empresas formales para viajar. Y denuncia si recogen pasajeros en paraderos informales.
- Alerta de inmediato si el chofer hace ‘carreritas’, invade el carril contrario o maneja ebrio.
- Preferible es viajar de día, cuando la visibilidad es mejor.
- Si eres el chofer, no manejes ebrio o cansado. Siempre debes llevar un copiloto.
- Revisa el vehículo antes de salir. Llantas, frenos, luces y combustible.
- No uses el celular mientras manejas y respeta los límites de seguridad”. Me voy, cuídense.
