Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por su lomito saltado con arroz graneado, papitas crocantes y, para tomar, una limonadita. “María, hoy se recuerda los 201 años de la declaratoria de la independencia nacional, realizada un 28 de julio de 1821 por el libertador José de San Martín. Esta celebración nos agarra en uno de los momentos más dramáticos de nuestra historia republicana. Nada menos que el presidente de la República, , se encuentra involucrado en una maraña de corrupción pocas veces vista. Según su exsecretario de Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, quien se entregó el sábado tras varios meses prófugo, coroneles de la Policía pagaron veinte mil dólares por ascender de grado. También que Castillo, a través de su asesor Beder Camacho, lo ayudó a fugar, escondió en Huaral y le puso hasta seguridad. Son acusaciones muy graves que podrían derivar, ahora sí, en la destitución del jefe del Estado. Afortunadamente, no todo el Perú es así. Hay muchos peruanos capaces y brillantes. Miren nomás a la atleta Kimberly García, doble ganadora de medallas de oro en el Mundial de Oregón, o a los chefs Virgilio Martínez, de Central, y Mitsuharu Tsumura, de Maido, que recibieron los Oscar de la gastronomía semanas atrás. También están los emprendedores que, empujados por su perseverancia y visión, inician negocios diversos, dan trabajo y mueven la economía.

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El peruano invade un cerro o una pampa y allí pone sus cuatro esteras, luego de a pocos va mejorando su casita con ladrillos o calaminas. Y se organiza para reclamar por agua y luz. Así también pasa con aquellos que son despedidos de sus trabajos. No se quedan a esperar que ‘papá Gobierno’ los ayude con dinero. Ellos mismos se las rebuscan poniendo un negocio, haciendo taxi, colectivo o lanzando productos nuevos. Allí está como ejemplo palpable el emporio de Gamarra, donde se hace la mejor ropa, o la de Mesa Redonda, que de la zona cercana al Mercado Central, ahora abarca una gran extensión del centro de Lima con diversas galerías. También están los ferreteros de la zona de Las Malvinas, o los del Parque Industrial de Villa El Salvador. Cuando veo las noticias deprimentes de la corrupción, recuerdo con agrado estas experiencias de peruanos ganadores y dejo de renegar. Con ellos el Perú es posible. Solo falta el estadista, ese líder que nos guíe desde el atraso hacia las ‘ligas mayores’ del mundo. Por eso, en este 28 de julio mi homenaje a estos peruanos emprendedores y trabajadores. Salud por ellos”. Pucha, bonitas palabras de mi amigo Gary. Ya basta de corrupción. Es hora de los peruanos honrados y emprendedores. Me voy, cuídense.

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